Cuatro

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"Preguntas"

Desperté con una sensación diferente después de mucho tiempo de no sentirme así. Estaba tranquila en mi interior. Tal vez era por dormir en una cama decente o simplemente porque sentía me sentía segura estando aquí, lejos de los malos tratos de Eric.

Me deslicé saliendo de la cama con cuidado de no mover a Noah, y me dirigí hacia abajo, en busca de alguien que me indicara como empezar mi trabajo. Contando además de que necesitaba mi ropa de vuelta. Porque esta me iba bastante grande.

Cuando llegué a la cocina me sorprendí bastante.

"¡Vaya!"

No sé dónde trabajaba el Sr. Styles, pero fuere donde fuere ganaba bien.
Todo mi alrededor tenía marmol, sumado a eso estaba en perfecto orden y extremadamente limpio por donde mirara.

-¿Buscas a alguien? -husmeó alguien detrás de mí, me di vuelta un poco asustada y observé que se trataba del Sr. Styles, que me analizaba con la mirada.- Un poco grande pero no te queda mal.

Trate de disimular la sangre que subía a mis mejillas. Miré a mis manos porque no quería que el Sr. Styles se diera cuenta que estaba sonrojada gracias a su comentario.
La segunda vez que lo lograba en menos de 24h de conocernos.

-Toma asiento -indicó retirando la silla para mí, lo cual agradecí profundamente. Soy muy torpe y más cuando me pongo nerviosa, ya me veía haciendo el ridículo delante de él.

-Gracias.

-No me has dicho tu apellido -me observaba con esas pupilas que tan nerviosa me ponían.- No tienes que estar nerviosa, mira que no muerdo.

Intenté sonreír al igual que lo hizo él con su chiste, pero solo salió de mí una mueca rígida. Solo quería evitar el momento que temía tanto, el de "preguntas y respuestas". Pero muy a mi fondo sabía que algún día debía responder a esas preguntas.

-Apuesto a que debe ser tan bonito como tú.

¡Oh por dios! ¿Acaso no podía callarse y dejar de decir esas cosas? Me consumía la vergüenza francamente.

-Alika Steves -dije centrando mi mirada hacia mi regazo.

-Raro, raro pero lindo -me guiñó un ojo.- ¿Cuántos años tienes?

-Tengo dieciocho años señor -odiaba mostrar tanta timidez frente de él. No exageraba cuando decía que estar tanto tiempo en mi casa me había hecho mal.

-No me llames señor, me conformo con que me digas Harry. ¿Eres de otra ciudad? Pareciera que no tenías idea de donde estabas anoche.

-Nací en un pueblito cerca de aquí y luego me mudé a la ciudad -susurre a lo último.

-¿Qué sucede con tu familia entonces? -se quedó mirándome esperando una respuesta de mi parte.- Te deja varada en medio de la calle a altas horas de la noche.

Empezaba a creer que esto fue mala idea, la idea de que pudiera juzgarme me aterrorizaba. No soy una persona mala, solo me sucedieron cosas malas.

Me sentí asfixiada ante la idea de ser echada a la calle y tener que volver a esa plaza esta noche.

Mis ojos se llenaron de lágrimas tan solo pensar en que tendré que hacer para sobrevivir allá afuera. Sé que al principio no quise aceptar su ayuda, pero la verdad tener un techo significa mucho. No quería llorar delante de él, no quería llorar frente a nadie, pero las lágrimas ganaron esta vez.

-Tranquila, no era mi intención preguntar algo que te hiciera sentir mal. Si quieres no me cuentes, solo preguntaba. Viviremos juntos, es normal -eliminé las lágrimas con mis dedos temblorosos. No podía verme más infantil en este momento.

Aquí [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora