Aquí [Harry Styles]

Cincuenta y cuatro

"A salvo"

-Despierta –un sacudón propiciado a mi cuerpo hace que abra los ojos de par en par. Miré a mi alrededor asustada y luego caí en la realidad. En la dura y cruel realidad.

Jacob me zarandeaba con su pie derecho para que me despertara. Me incorporé un poco en mi posición y él me observó. Aun no entendía como decía quererme, teniéndome en estas condiciones. No, él no me quería. Él se había obsesionado conmigo. Para él solo era un juego más del cual quería salir ganador.

Si me hubiese querido, me hubiese dejado en paz. Hubiese comprendido cuando parar, cuando dejar de intentarlo. Pero ni siquiera parece haberlo intentado desde el principio, siempre se comportó de una manera extraña.

Él acerco con su mismo pie un plato hacia mí, fijé mi vista en su contenido y mi estómago rugió. Había una especie de cereal acompañado con unas rodajas de pan. Al lado de este un simple vaso de agua. Aprecié como mis ojos se humedecieron al darme cuenta la situación en la que me encontraba. Solo llevaba unos días aquí y ya no quería seguir así. Mientras comía (me atragantaba) recapacitaba en las tantas personas que habrán soportado esto por años.

Luego de unos minutos, Jacob volvió a la habitación con un teléfono celular en su mano. Me asombró mucho el hecho de que él viniera hacia mí con ese objeto, sabiendo que podría utilizarlo en su contra.

Una sonrisa apareció en su rostro cuando vio mi semblante, enseguida se agachó hacia mí y me extendió el teléfono celular. Dudé muchísimo en tomarlo pero lo hice después de todo. No hablé ni emití sonido alguno. Dejaría quien sea que esté en la otra línea hablará.

-Sé que me estas escuchando –indicaron del otro lado. El teléfono resbaló de mis manos cuando menos lo pensé, cubrí mi rostro con mis manos y comencé a sollozar fuertemente. No quería escuchar su voz. No lo deseaba.

Jacob pareció enfurecerse por mi acción y se encargó de acercar el teléfono celular a mi oído, negué varias veces con mi cabeza, no quería hablar con él.

-Habla –demandó Jacob ejerciendo presión en mi brazo. Lloré aún más y con el corazón en pedazos me dediqué a escuchar lo que decía el individuo del otro lado de la línea.

-Espero que te haya gustado la sorpresa –expresó Eric del otro lado, sentí mi garganta contraerse y tuve que respirar profundamente un par de veces para no devolver todo lo que había consumido.

Escuchar su voz de nuevo fue como si un remolino me atacara en este momento. Nunca se me había pasado la idea de que Eric se encontraría detrás de todo esto. Mis piernas temblaban y agradecí estar sentada en el suelo. 

Miles de preguntas inundaban mi cabeza, ¿Eric trabajando con Jacob? ¿Jacob trabajando con Eric? ¿Desde cuándo? ¿Por qué se empeña en arruinarme la vida?

-Le avisé a tu suegra querida –lo oigo chasquear la lengua del otro lado.

Sollozo fuertemente y cubro aún más mi boca, no podía evitar admitir que Eric lograba debilitarme siempre. Todo lo que sucedió con Anne en esta semana viene a mi cabeza, todo encaja de repente. Anne no me estaba corriendo de casa, ella me estaba protegiendo de esto. Al ver que no respondo él sigue hablando.

-¿Acaso pensabas que metiéndome en prisión te librarías de mí? Siempre supe que eras débil e ilusa. Desde que te dejaron conmigo supe que no servías en nada. Por eso te pasa todo esto, porque eres basura.

Me sorprende el tono de voz que usa para decirme todo lo que me dice. Se oye tranquilo, como si lo que dijese fuera lo más normal de la vida, como si dialogara con una pared y no con una persona. Aunque me ha tratado así toda mi vida y se supone que debería estar acostumbrada, me duele. Me rompen sus palabras. Me rompe el hecho de que siendo mi única familia de sangre me haya tratado así siempre.