Cincuenta

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"Indiferencia"


Un sonido me saca de mi nube de pensamientos y tardo unos segundos en darme cuenta de que es mi teléfono celular. Noah es más rápido que yo y lo toma de la mesa ratonera por lo que con algo de desespero se lo quito de sus pequeñas manos.

Me apresuro a leer el identificador de llamadas que indica el nombre de Anne, pero cuando atiendo es demasiado tarde porque su nombre desaparece de la pantalla,  sin dejarme mediar palabra. Un malestar se instala en mi pecho en tan solo pensar que algo pudo haber ocurrido con Harry. Juro que nunca me había sentido así... tan dependiente de alguien.

Desde que me fui del hospital esta tarde no he tenido noticias de él. Marco el número de Anne sin esperar a que vuelva a llamar. Ella atiende al primer pitido.

-Anne.

-Alika, suenas preocupada. No era mi intención preocuparte, lo siento –comenta, noto una pequeña sonrisa en su voz.

-No se preocupe, ¿Pasó algo con Harry?

-Sí, bueno en realidad no. Hablé con él médico, le conté un poco lo que había pasado y dijo que si Harry realmente se adormecía por nosotros y no por dolor estaba listo para ser dado de alta.

-Oh... –murmuro lentamente mientras pienso que más decir, no me esperaba esta noticia.- ¿Cuándo?

-Mañana, después de la hora de merienda –casi había dejado de escuchar a Anne, pensando en lo difícil que sería convivir con el nuevo "papel" que ha adoptado su hijo.

-¿Alika? –escucho a lo lejos la voz de Anne, trayéndome de nuevo a la realidad.

-Disculpa, está bien le llevaré rompa limpia para mañana entonces.

-Se lo que estabas pensando querida, no te preocupes y cuida de ti ¿Si?

-Adiós –me despido de ella sin contestar su acotación porque no quiero seguir hablando sobre el tema.

-¿Todo bien? –Federico ingresa al living con Noah en brazos, ni siquiera me había dado cuenta en el momento que escapó de mi lado.

-Si –refriego mis ojos luciendo cansada física y mentalmente. Fede se queda mirando hacia mí, sé que quiere que le cuente más pero no quiere asfixiarme con preguntas.- Mañana le dan de alta.

{...}

Ha medida que voy avanzado por el pasillo la figura de Anne se hace más notoria a mi vista. Cuando por fin llego a mi destino ella me brinda un pequeño abrazo y luego entra a la habitación con el bolso de ropa en manos.

Aprovecho el momento y me doy vuelta para sentarme en la banca que hay aquí. Supongo que Anne lo estará vistiendo. No me puedo imaginar a Harry en esa camilla siendo prácticamente innecesario en la acción. Luego de unos veinte minutos, la puerta de la habitación es abierta y de ella sale Anne, detrás viene el médico encargado de atender a Harry.

Me paro en espera de él. Unos segundos pasan y la puerta es empujada un poco más hacia atrás. De allí sale una silla de ruedas con Harry encima pero no es manejada por él, sino por un enfermero. Mi intención está en saludarlo pero a pesar de que busco su mirada, la suya sigue mirando hacia abajo. El enfermero hace una mueca y el médico se despide de nosotros.

Anne es la primera en comenzar a caminar, luego sigue él y detrás yo. Me extraño un poco cuando veo que el enfermero atina a subirse al auto de Harry que es conducido por Anne en estos momentos.

-¿Vas con nosotros? –le pregunto amablemente a lo que él responde de la misma manera.

-Sí, viviré un tiempo con ustedes hasta que se acostumbren a una silla de ruedas –mi expresión de sorprenda se transforma en una expresión nula.- Tranquila, este es mi trabajo. Me pagan para ayudar en estos casos...

Me choco con la mirada de Harry por el retrovisor pero el inmediatamente la quita. Recuerdo cuando me miraba así a principios de nuestra relación, a mí me encantaba que mi "jefe" me mirara a escondidas. Porque me encantaba que Harry me mirara. 

Cuando llegamos al departamento el portero nos entretuvo unos minutos con su conversación, dando gracias a dios de que Harry estuviera de vuelta acá. De vez en cuando veía a Harry incómodo allí pero él siempre se caracterizó por su respeto así que no dijo nada.

-Bien –dije más para mí pero parece que fue audible para los tres restantes. Me paré frente a la puerta e introduje las llaves.

Ingresé tirando mi bolso al primer sitio libre que encontré. Estaba exhausta. El embarazado me juega una mala pasada estos días, hace que me enamore más y más de mi cama.

-Papi papi papi –Noah llegó corriendo desde la cocina, parece hacer caso omiso al hecho de que Harry está en silla de ruedas. Estira sus brazos para abrazar a Harry pero este simplemente desvía su silla pasando por el lado de Noah y yéndose a su habitación.

La imagen nos impacta a los cinco, incluido Federico quien se encuentra en el umbral de la puerta. Mi corazón se deshace ante lo que acaba de suceder. Una cosa es que actuara así con nosotros, los adultos. Pero actuar así con un niño, con su propio hijo, es otra muy distinta. Las ganas de llorar me asaltaron y tuve que morder mi labio para no romper en sollozos frente a todos.

Noah no comenta nada respecto a lo que acaba de ocurrir. Simplemente pide que lo cargue y me siento con él en el sofá. La alegría que lo invadía hace minutos se esfuma como por arte de magia y no soy capaz de descifrar que está sintiendo ahora.

-¿Quieres que veamos a Jorge el Curioso? –le pregunto tratando de animarlo, él solo niega con su cabeza, se queda así callado y tranquilo sobre mi falda.

{...}

-Entonces para trasladarlo de la silla a cualquier otro lugar, lo que deben hacer es colocar su brazo por aquí -dice el enfermo explicándonos como pasar a Harry a la cama.- Y el otro así.

En este caso no ha agarrado a una almohada de modelo en su explicación, si no que ha utilizado al mismísimo Harry. Anne y yo miramos atentas la explicación.  Federico ni se molestó en venir al cuarto, ya que sigue molesto con Harry, como todos supongo.

-Gracias Daniel. Ven te prestaré algunas cobijas –sí, lamentablemente él debe dormir en el sillón sofá ya que no hay camas disponibles. Hasta Federico duerme con un colchón en el piso de la habitación de Noah.

De vuelta en la habitación me deshago por fin  de mi ripa y me coloco mi pijama. Puedo sentir la mirada de Harry en mi espalda. Su mirada siempre se distingue del resto de las miradas. Me apresuro a apagar la luz de la habitación y me subo a la cama. A través de la oscuridad veo que Harry ha colocado uno de sus brazos encima de sus ojos. 

Desde que llegó del hospital no hemos cruzado palabra alguna. Seguía molesta por su actitud con Noah, me dolía machismo su indiferencia hacia toda su familia. 

-Noah es solo un niño –me apresuro a decir antes de que caiga dormido.- No entiende nada de esto, no lo lastimes por favor... –ruego con mi voz entrecortada, siempre fui una chica sensible y ahora con el embarazo me está yendo peor. Él no contesta, sé que solo está ignorándome. Decido continuar hablando con él, quiero que esto acabe de una vez, no quiero vivir así.

-No sé a dónde se fue el hombre maduro del que me enamoré.

-Ese hombre se fue cuando lo arrojaron por un balcón – dice haciendo que mi corazón se estreche de dolor.

Me giro a verlo pero él sigue igual, no se ha movido ni un centímetro.

-Te he pedido disculpas mil veces, ¿Qué necesitas para perdonarme? ¿Crees que a mí no me duele? Me lastima que me ignores todo el tiempo. Ojalá pudiera quedarme en la cama todo el día para no tener que soportarlo. 

Mi voz sale demasiado rota cuando digo lo que digo, realmente el sentimiento de culpabilidad te hace añicos en horas. Observo a través de mis ojos empañados como Harry ha quitado su brazo de encima de sus ojos e intenta tocarme con él. Soy más rápida y me aparto de un golpe parándome a un lado de la cama.

-No me toques...


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Hola a todos. Gracias por leer.


Aquí [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora