Aquí [Harry Styles]

Cuarenta y nueve

"La verdad"

-Hola -expresa Federico en forma de saludo hacia mí. Le dedico una sonrisa y acepto el café que me está ofreciendo. Él todavía recuerda mi obsesión por este.

Bebo un gran trago de mi vaso de papel, quemándome instantáneamente los labios, la lengua y la parte delantera de la garganta.  Se que si Harry estuviera aquí, me regañaría por beber tanto café. Apenas habíamos pasado dos días juntos desde que le anuncié lo del embarazo, y ya me cuidaba de todo lo que ingiriera. Así es Harry.

-¿Anne se ha quedado? -curioseo al no ver a mi suegra por ningún lado.

-Sí, lo decidió de último momento. Quiso quedarse con Noah y casi me obligó a venir aquí -se ríe de lo que acaba de decir mientras toma asiento a mi lado. Una semana ha pasado desde la última vez que vi despierto a Harry. Ni siquiera había podido cruzar palabras con él.

Simplemente me quedé mirándolo segundos que parecieron años. Él había pedido que le inyectaran su medicamento segundos antes. Era él, pero no parecía estar dentro de sí, lucia desorientado. Y luego de eso toda la semana se fue en vano. No he podido verlo despierto, siempre que logro ingresar a la habitación se encuentra adormecido. Tampoco he logrado hablar con él respecto a su condición.

Anne me ha dicho que con la fortuna que tiene Harry seguramente podremos recorrer el mundo en busca de nuevos tratamientos, me ha animado bastante esta idea. Doy por sentando que lograremos salir adelante.

En cuanto a mí, me ha bajado la presión un par de veces. Supongo que era producto de la mezcla de emociones que vivía aquí y el contexto que me está rodeando. Federico no quiso volver a su casa hasta que todo se arreglara y me ha estado cuidando tanto como si el hijo que llevo adentro fuera suyo.

-¿Has logrado verlo hoy? -me pregunta mientras me abraza haciendo que recueste mi cabeza sobre su pecho, moviendo su mano de arriba hacia abajo en mi cabello despeinando así mis tristezas.

-No lo he intentado siquiera, él seguramente estará dormido ¿Sabes? No lo culpo porque debe doler bastante, pero extraño sus ojos –el simple hecho de pensar en ellos hace que mis estomago estalle de alegría, sus verdes ojos que proyectaban esa luz.

-¿Quieres que lo pruebe? -la pegunta de Federico me sorprende un poco e inmediatamente me niego. No quiero que siga haciéndose cargo de cosas por mí, aunque sea insignificante, no quiero molestarlo más.

-Iré yo, de todas formas el trasero comenzaba a dolerme acá -nos reímos y aun con el café en la mano sigo mi camino hasta el cuarto de Harry.

La puerta de la habitación se encuentra semi abierta así que solo la empujo un poco y esta se abre sin hacer el más mínimo ruido. Me emociono al ver a la enfermera de espaldas a mí hablando con alguien. Es obvio que ese alguien es Harry, mi Harry.

-Ella ha estado todos los días aquí, esperando a verte despierto -dice y pienso en interrumpir o no. Me quedo unos segundos más en silencio para seguir escuchando.

-No quiero verla, inyéctalo ya, tú no eres la parapléjica -noto que la voz de Harry lleva más dureza de lo común y hasta un poco de ira consigo.

-¡Está embarazada! –sé que están hablando sobre mí. Ella sigue insistiendo, se nota que le importa un carajo su trabajo y quiere hacer las cosas bien. O eso es lo que aparenta ahora.

No estoy llorando, pero tengo muchas ganas y más que eso es una sensación mala que siento en mi pecho. Toda la información cae como un balde de agua helada en mí, pienso en huir y aparentar que esto no sucedió pero me resisto a la opción fácil.

Me siento mal, me siento pésimo. El rechazo que Harry vino haciendo hacia mí me da ganas de vomitar lo poco que he consumido. No tan solo a mí, ha rechazado la ayuda de su madre. No intento entender el por qué ha hecho esto, porque simplemente sé que no lo entenderé.

Me muevo un poco hacia adelante de modo que Harry pueda verme desde la camilla. Cuando lo hace se queda con su mirada estática en mí, la enfermera tarda un poco en darse cuenta de que estoy justo detrás suyo. Ella hace unos pasos atrás y después de analizar la situación deja la jeringa que tiene en la mano y se va de la habitación, murmurando un pequeño "Lo siento".

Harry voltea su vista hacia la ventana que se encuentra a su derecha, con las cortinas cerradas. Siento el impulso de sentarme al lado suyo pero no lo hago, estoy demasiado dolida con él en este momento. Por segunda vez en mi vida me siento realmente traicionada. Esto me recuerda una y otra vez al momento en el que me di cuenta que mi madre no volvería por mí.

-¿No vas a decir nada? -indago con el corazón palpitándome a mil. No sé si es por nervios o por miedo. Miedo a lo que pueda llegar a decir. No me imagino una vida sabiendo que Harry me rechaza, sabiendo que prefiere ignorarme. 

-Has escuchado todo, no tengo nada por decir -el tono que usa para hablarme termina por lastimarme.

-Pensé que me amabas -le digo sin pensarlo, es lo primero que se viene a la mente en este momento.- ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Sabes cuantas veces estuve a punto de desmayarme por el estrés de estos días?

-Eso no viene al caso -sigue sin mirarme mientras me habla. Ya no lleva la mascarilla de oxigeno con él. Su barba a crecido bastante en estos días. Me encantaría jugar nuevamente con ella y acariciar su mejilla como lo vine haciendo este tiempo. 

-Me estas lastimando, ¿Puedes dejar de ser así? -me enfurece el hecho que se esté comportando como un adolescente rebelde. Él no es un adolescente, yo lo soy y nunca me he comportado como lo está haciendo.

-Largo de aquí -me dice y ahora gira su cabeza para mirarme. Las lágrimas que estaba reteniendo salen velozmente.- ¡Largo!

-¡NO! ¡NO ME IRÉ! -realmente no me importa estar gritando. Aunque todo esto me esté doliendo hasta la mierda no pienso dejarlo. Cuando está por decir algo en mi dirección Federico entra apresurado a la habitación, me mira sorprendido y cuando ve mis lágrimas no tarda en mirar malamente a Harry.

-¿Qué pasó acá? –la voz de mi amigo sale ferozmente. La enfermera entra detrás de él, ahora sé que es ella la que se encargó de avisarle.

-Nada que te importe, ya deja de meterte entre nosotros -Harry escupe en dirección a mi amigo. Veo como Federico reacciona convirtiendo sus manos en puños y atina a dar unos pasos hacia donde está Harry.

Tomo rápido del brazo a Fede antes de que cometa una locura y lo saco de la habitación. Me largo de allí solo por respeto a él que estuvo siempre a mi lado, no se merece esto por parte de Harry.

-¿Qué pasó Alika? -Federico sigue sin entender nada. Me detiene en medio del pasillo sujetándome del brazo.- Dime.

-Harry pasa, él hacía que le colocaran el medicamento para no tener que vernos la cara -me estruja fuertemente contra su pecho en un abrazo conciliador.- No sé qué hice para que me tratara así, me dejó desconcertada desde que entré a habitación.

-¿Quieres irte de acá? -me pregunta.

-Es lo que más deseo en este momento.

Juntos salimos del hospital, una vez que estamos en la calle la gente nos mira extraño. Tal vez se deba a la apariencia de "novia plantada en el altar" que llevo conmigo. Federico de vez en cuando intenta hacer una que otra broma para levantarme el ánimo pero nada va a solucionar lo que estoy sintiendo en este momento.

Cuando llegamos al apartamento empiezo a llorar de inmediato al ver a Anne. Ella se preocupa un poco al principio pero cuando le cuento todo lo que acaba de suceder su rostro refleja furia, fresca y pura furia. No duda en tomar cartas en el asunto, se prepara para ir al hospital, está enojada con Harry y más con ella misma por no haberse dado cuenta de esto.

-Harry siempre intenta huir -dice Anne y luego cierra la puerta del apartamento con un golpe. Mi cabeza trata de formular posibles respuestas a lo que ha hecho Harry todo este tiempo. No puedo enojarme con él aunque me de todas las razones del mundo para hacerlo.

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Gracias por leer.