Aquí [Harry Styles]

Tres

"Día de suerte"

Cerré mis ojos tratando de tranquilizar mis temblores, me estaba congelando y la verdad que no estar en movimiento empeoraba todo. Mi abrigo en este momento se encontraba cubriendo el cuerpito de Noah a lo largo de la banca de la plaza.
Él se encontraba dormido manteniendo su cabecita en mi regazo.

El sueño comenzaba a acoplarse cada vez más en mis ojos y la cabeza empezaba a dolerme. No iba a dormir porque claramente tenía miedo de que algo nos pasara.

¿Y si me sacaban a Noah? ¿Y si Eric volvía por mí?

—Hey...—dijo alguien a mis espaldas provocandome un mini ataque cardíaco.
Salté de la banca, me imaginaba que era la única en esta plaza, levante mi vista para encontrarme con el mismo señor que le regaló la paleta a Noah.

—¿Puedo sentarme? —preguntó, mirandome ansioso por mi respuesta.

—Claro —tartamudee en signo de nerviosismo, ya no sabía si temblaba por nervios, o por frío.

Él tomó asiento en el lugar restante que quedaba en la banca donde nos encontrabamos, siempre con cuidado de no mover a mi hijo.

—¿Esperas a alguien?

Miró hacia delante unos segundos y yo aproveché para observar su perfil. Su barba estaba creciendo en principios, y tenía uno que otro granito en su rostro. En simples palabras su piel era más perfecta que la mía.

—Quiero decir, ¿qué haces aquí? Estas calles son peligrosas, y más a esta hora.

Me mantuve callada un tiempo, pensando en que decirle exactamente. No es que no quisiera hablar con él, pero vamos, que podría responderle "Me he escapado de casa y no, no es mi hermano menor, es mi hijo."

Estaba por decir algo pero me paralicé al ver que ubicaba un abrigo en mis hombros. Su abrigo.

—No, no —intenté sacarla de mis hombros pero detuvo mis movimientos con sus manos.

—Calla, despertaras a tu hijo —me observó un momento, asentí, para volver a mirar hacia un árbol situado justo en frente de nosotros.

El calor que me proporcionó su abrigo fue de gran ayuda, habia dejado de sentir algunas de mis extremidades.

—¿Cómo sabe que es mi hijo? —pregunté un poco desconcertada, a la vez tratando de romper con el silencio en el que nos habíamos sumido.

—Lo supuse, ya que él te llamó "mami" en la tienda —miró sus manos y luego a Noah.

—Claro, gracias —me miró con el rabillo del ojo, pero esta vez no me puse tan nerviosa.— ...por tu abrigo.

—No has respondido mi pregunta anterior, ¿Esperas a alguien?

Estaba tratando de dejar atrás el tema pero no funcionó.
No sabia si contárselo, no sabía si podía confiar en un completo desconocido. Hacía tiempo no hablaba con alguien que no fuera Eric o Noah, y me estaba dando cuenta lo malo que fue para mi.

—No espero a nadie. Solo estoy aquí

¿En serio? ¿"Solo estoy aquí" fue lo mejor que se me ocurrió?

—¿Estás aquí? —preguntó, pude distinguir un toque diversión en su voz cuando lo dijo.

—Sí, quería tomar aire —miré a otro lado, sinceramente soy mala mintiendo u ocultando la verdad, lo que sea que estuviera haciendo.

—Pero es demasiado tarde para que una joven ande a estas horas en la calle, ¡y con tu hijo! —levantó la voz pero en cuanto se dio cuenta de que podía despertar a Noah la bajó.— Vamos, te llevaré a casa —dijo parándose y ofreciéndome su mano.