Cuarenta y dos

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"Rehabilitación"


Después de la charla con Harry he decidido acercarme al departamento de Benjamín para disculparme con él. Tal vez no se haya dado cuenta de mi comportamiento en el pasillo aquel día, o tal vez si.

Toco el pequeño botoncillo del timbre y este retumba en todo el departamento, espero un minuto como mucho antes de ver como la puerta es abierta. Una señora de aproximadamente setenta años aparece a mi vista, su cabello muestra algunas canas por aquí y por allá, y las arrugas en sus expresiones se ven muy marcadas.

Me sonríe antes de que pueda empezar a hablar, sus ojos son iguales a los de Benjamín. Supongo inmediatamente que se trata de su madre.

-Hola -platico un poco tímida.- ¿Se encuentra Benjamín? -ella abre un poco de más los ojos e inmediatamente me hace un seña para que ingrese a su acogedor hogar.

-¿Eres nuestra vecina? -dice mientras camina alejándose en busca de Benjamín. 

-Sí, un gusto conocerla -le sonrío a la nada, ya que ella se ha perdido entre los pasillos.

 Al cabo de unos segundos Benjamín aparece por el mismo lugar por el cual se fue su madre. Está un poco despeinado y se encuentra descalzo. Creo que esa es una de las ventajas de tener alfombra por todos lados.

-Hola -sonríe y llega hasta mí para saludarme con un beso en la mejilla.- Veo que ya has conocido a mi madre.

Nos conduce sin decir nada hasta un sillón que se encuentra allí. Mis ojos no paran de examinar cada rincón del departamento. Me extraña un poco la falta de decoración con muebles, pero decido dejarlo pasar. Sobre gustos, no hay nada escrito... ¿No?

-Quería pedirte disculpas -digo sin dar más vueltas.- Por la escena del otro día, en el pasillo.

-Sabía que venias a eso -su voz suena un poco decepcionada al pronunciar esas palabras.- No tienes que pedir disculpas. Digamos que no pasó nada ¿Sí? -guiña un ojo en mi dirección y comienzo a sentirme incomoda. Eso definitivamente no fue un tic nervioso. 

Cuando comienzo a ponerme de pie, veo aparecer por el pasillo a la pequeña niña que iba con él el otro día. Se acerca a Benjamín y estira los brazos en su dirección para que la cargue. 

Me deleito con la imagen en frente a mis ojos. La niña se ve tan dulce y frágil, sus mechones de cabello rubio caen en sobre su pequeño rostro, mientras ella se las arregla por peinarse. Me encantaría tener una hija mujer algún día en un futuro. ¿A Harry le gustará también? 

-¿Puedo hacerte una pregunta? -digo y no me arrepiento. Mi ser interior es tan curioso, que necesita saber el lazo que los une para calmar mi curiosidad.

-Sí, lo que sea -me mira, esperando ansioso mi pregunta con la niña en sus brazos.

-¿Y su madre? -miro a la niña a la vez que hablo, sus rasgos son bastantes parecidos a los de Benjamín.- Disculpa mi atrevimiento, si quieres puedes no responder.

Me concentro en echar un vistazo mis dedos entrelazados en una fuga de vergüenza que corre por mi cuerpo. Hasta que su voz se hace presente y me obliga a mirarlo.

-Con mi madre estamos haciendo lo posible por cuidarla -hace una pausa unos instantes, y sé que duda si seguir hablando o no.- Mi hermana Lucy, ella se encuentra en rehabilitación en estos momentos, espero que algún día salga de ese lugar.

Después de su declaración nada queda por decir y nos hundimos en un silencio bastante incomodo, mi curiosidad fue saciada, pero sigue pidiendo a gritos más, ahora que se algo de su vida. Nunca hubiera esperado una respuesta así.
Creo que sí me decía que la madre de la niña había fallecido, hubiese estado menos asombrada que ahora.

Aquí [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora