Veintiséis

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"TP"

Noah se ha estado mantenido bastante bien, casi todas las mañanas amanece risueño y su buen humor no cambia durante el resto del día, es algo típico de los niños supongo. Ha cambiado tanto desde que llegamos a esta casa, su cabello castaño ha crecido demasiado, se podría decir que está un poco más alto y algo demasiado "nutrido", aunque no me quejo. Amo sus cachetes.

Harry por su parte ha estado muy enfocado en su trabajo ya que según él quiere "librarse de lo mayor posible para tomarse vacaciones pronto". También se ha mantenido muy atento a los cuidados de Noah y no podría estar más agradecida. Aunque él reitera que no es molestia, no me gusta estorbarlo, así que trato que no lo haga.

Se ha ocupado de enseñarme a profundizar mis conocimientos en la cocina, me faltaba ese empujoncito para que mis comidas sabieran totalmente bien. También ha trasladado mis cosas a su cuarto y mi cuarto quedó a disposición de Noah.

Mientras tanto yo he empezado el colegio hace una semana. Mis rutinas se basan en levantarme a las seis de la mañana, terminar las tareas, desayunar y despertar a Noah para prepararlo, ya que Harry lo lleva hacia su trabajo. La verdad el colegio no es como me lo imaginaba, debo decir que los problemas aparecieron desde el día uno, pero le he hecho caso omiso, no quiero que Harry me vea mal.

No soy la misma chica que cruzó por esta puerta hace unos meses. Estoy más fuerte que nunca, se que puedo superar cualquier problema que tenga en el colegio.
Harry me enseñó a creer en mi, todo lo que hago es por él y por Noah.

Mis problemas en el colegio son los típicos que sobrepasa la mayoría de los adolescente, y me refiero a grandes rasgos al bullying. Trato de no tomarle importancia porque sé que esas personas insultan a otras para sentirse bien consigo mismas, pero tendré que soportar esto dos años, me fastidia tan solo pensarlo.

Es increíble la cantidad de estúpidos que hay en este mundo, ni siquiera el título de animales se merecen, pero no importan ya ellos. Importo yo. Ellos lo que están haciendo es asesinando mi autoestima, pero no los voy a dejar. Vamos, no le debo de dar importancia. Sé que es difícil de ignorar, lo sé, pero la vida está llena de personas así, y de estas ocasiones son de las que tengo que aprovechar para hacerme más fuerte. Tengo que sacudir cualquiera de sus palabras que entran por mis oídos, no me debe de afectar, porque sé que soy una chica con una gran fortaleza escondida, o eso es lo que me dice la mayoría de las veces Harry.

Hoy empezaba un día más, una semana más, de a poco voy entendiendo por qué Harry se queja todo el tiempo por los lunes. Lunes todo comienza, a comenzar las clases, ir al trabajo, no pasaron ni pocas horas de este lunes y ya deseaba que terminara.

-Harry ya es tarde –digo ingresando a la habitación, me cruzo de brazos esperando a que termine con su corbata. En serio me gustaría ayudarlo pero no hallo como hacer el famoso nudo, demasiado torpe y el doble los días lunes.

-Casi lo tengo, un momento.

Se me hace casi imposible concentrarme en sus palabras porque en el momento que termina de hablar coloca la punta de su lengua entre medio de sus labios. El deseo se hace repentinamente presente en mi cuerpo y esas ganas de besar sus carnosos labios me invaden en un instante.

-¿Lista? –escucho su voz y me veo obligada a salir de mi nube de pensamientos que me rodea constantemente cuando pienso en sus labios.

-Sí, iré por Noah –aclaro mientras bajamos las escaleras juntas, él toma camino hacia la salida para preparar el auto.

Para cuando llegamos al colegio me despido de Noah a regañada dientes y luego de Harry con un beso en la mejilla.

En el momento en el que ingreso a el salón veo a Marina y otras chicas al su alrededor. No es que me haya caído mal desde el primer momento, si no que he notado en ella cierto interés en llamar la atención todo el tiempo. Y me molesta o mejor dicho detesto eso en las personas.

Aquí [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora