Rain (KSJ x PJM)

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Sus dedos picaban por tocar la piel de Jimin, pero no lo hizo enseguida, Seokjin no quería un encuentro alocado, él quería darse el tiempo y disfrutar de lo que fuera iba a ocurrir esa casi noche de domingo. 

La lluvia comenzó a caer mientras Seokjin arrastraba su mano derecha por la espalda aún vestida del rubio que resultó ser un buen besador. A Seokjin le encantaba una buena sesión de besos y estaba bastante conforme con que Jimin, al parecer, le gustara tanto como a él enredar sus lenguas y besarse hasta que sus respiraciones se hacían más y más rápidas. 

Acostados en la cama, Seokjin se deleitó con los pequeños ruidos que su colega dejaba salir de sus tentadores labios. Gemidos bajitos y controlados que tenían a Seokjin hambriento por escucharlo fuerte, quería hacerlo gritar, no quería que se contuviera.

Su mano fue a parar al trasero del rubio y así como estaban acostados, pecho con pecho Seokjin lo atrajo aún más hacia él sin dejar de besarlo en ningún momento. 

La habitación se había vuelto tan calurosa que Seokjin estuvo tentado a levantarse y abrir una de las ventanas de su habitación, pero no lo hizo porque cuando todo acabara y el calor se esfumara de ellos, él tendría una excusa para buscar calor en Jimin. 

Dejando los labios del rubio y sin decir una palabra Seokjin se arrodilló entre las largas piernas del hombre que respiraba con dificultad y mordió su labio ligeramente. Deslizó sus manos por los muslos que aún envueltos en aquel pantalón de jeans apretados, se veían deliciosos. 

Las zapatillas de ambos habían sido quitadas luego de haber caído en la cama como así también sus calcetines. Aún tenían mucha ropa para quitar y ese pensamiento le dio una idea a Seokjin para quizás otro encuentro… Una fantasía que esperaba cumplir con el rubio. 

Sus dedos trabajaron el botón y luego el cierre del apretado pantalón que se había puesto Park Jimin ese día domingo. Lo tiró despacio con una lentitud que lo tenía babeando a cada centímetro de piel que se exponía a medida que bajaba la tela por las piernas del atractivo rubio. Un boxer negro de marca reconocida le dio la bienvenida y también una erección que no se podía ocultar bajo la tela. Jin se acercó un poco más y con sus largos dedos delineó la carne dura sobre la tela, sintió como el pene de Jimin se contraía y un gemido bajito y controlado salía de los labios ajenos. 

Alzó la mirada y sus ojos se encontraron. Seokjin entonces, y sin dejar de mirar a Jimin, deslizó su lengua por el contorno que se levantaba bajo la tela de boxer. Lo hizo nuevamente y sonrió de lado cuando Jimin echó su cabeza para atrás y abría su boca para tragar aire. 

Dejó el maravilloso bulto que ya quería probar  y comenzó a dejar besos por el abdomen plano que podía apreciar, con sus manos fue subiendo el suéter y se encontró con un tatuaje justo sobre la costilla del rubio, maravillado por aquello Seokjin trazó con su lengua la palabra que allí se encontraba. Fue en ese momento que Jimin pareció perder un poco el control. Su espalda se arqueó sobre la cama pero todavía era silencioso. 

Quitando la prenda, Seokjin se aseguró de hacerlo con cuidado y cuando la tuvo en la mano se la llevó a su rostro. A su nariz llegó el olor del perfume de su acompañante y luego, cuando se sació de aquello, tiró el suéter sobre el piso de su habitación. 

—Me estás matando —Jimin se llevó una de sus manos hasta su erección y apretó con sus pequeños dedos gimiendo bajito. 

Seokjin se dio un festín con lo que estaba viendo y su propio pene comenzó a pulsar bajo la cremallera de su pantalón. Park Jimin se veía como un desastre delicioso, su cabello rubio revuelto, sus ojos brillantes  deseosos de más, sus labios gorditos y besables estaban rojos y húmedos…