MEGAN
- Estoy bien, completamente bien. Voy a estar mejor aun si no te preocupás por esto.
- Cómo querés que no me preocupe por esto si te estás deteriorando... Amor, no puedo permitir que sigas así de cansada todos los días.
- Y qué vas a hacer? Solo hay que esperar a que termine la jornada.
- No. Tengo que ir a hablar con el director de la película... Elizabeth, no puedo dejarte así.
- Meg, no hagas nada. Tengo treinta y cinco años, puedo hablar por mi misma, a parte no quiero dejar de trabajar.
- No me importa la edad que tengas, porque solo tenemos que pedir que te reduzcan las horas que trabajas por día...
- Basta, Megan, no va a suceder -dijo firmemente.
Me alejé de ella un poco mirándola a los ojos.
- Si fuese yo la que llegase a la casa cansada, la que bajara abrúptamente de peso porque no tiene ni tiempo para comer, y la que no duerme, ya estaría encerrada en esa habitación gritando para que me dejes salir mientras vos te vas a hablar con la producción de la película, Elizabeth, así que fijate cómo estás siendo de injusta conmigo al querer ayudarte. Y no te pongas en modo madre cuando comience a hacer lo que vos hacés -dije mirándola seriamente.
Su expresión se tornó apenada al comprender que me había enojado aún más que ella.
- Amor... -dijo acercándose a mí.
- No, no, está bien Elizabeth. Si querés que no me meta, voy a ser la novia que siempre quisiste, la que no se mete en tu vida más que lo que un amigo lo haría. No querés que me preocupe por vos? No querés que te cuide? Entonces no busques que yo sí quiera que hagas eso por mí.
- Te estás comportando como una nena, Meg, hablémoslo como personas grandes.
- Será porque vos sos la mayor y me tratás como una nena? -pregunté alejándome aún más.
- Amor, no discutamor por esto, sí? Hablémoslo bien.
- Ya dije todo. Querés que duerma en otra cama también? Digo, si tan distante querés que sea entonces no sé si a la señora de la casa le gustaría que la niña se le acerque demasiado, no vaya a ser cosa que la quiera cuidar!
Me fui al estudio sin mirarla otra vez, cerré la puerta con llave y me apoyé en esta sentándome en el suelo.
Solo un rato después de entrar a la oficina, escuché ruidos en la cocina y cuando ya estaba por quedarme dormida del sueño, tocaron la puerta.
- Amor, me abrís? Quiero hablar con vos... -dijo Lizzie.
No le respondí, solo me quedé en la misma posición sin hacer ruido.
- Está bien, si no querés abrirme lo entiendo. No tuve que haberte tratado así, perdón, Meg. Me voy a quedar de este lado, cuando te sientas menos enojada, salí -dijo.
Oí que apoyaba algo en el suelo y luego se sentaba. Aun no le abriría. Me daba lástima, pero tenía que aprender a no tratarme de esa manera y dejarme cuidarla.
Casi media hora después, abrí la puerta. Esperaba que ella se me abalanzara encima pero la vi durmiendo apoyada en la pared. Me dio ternura, por lo que solo le sacudí un poco el hombro hasta que abrió los ojos. Entonces sí tiró los brazos hacia mí aferrándome fuerte a su pecho. Recién ahí me di cuenta de que a su lado había un plato con brownie.
- Ah, lo hice hace un rato... Sé que es tu favorito... -dijo al verme mirar el plato- Es mi ofrenda de paz.
- La acepto con una condición -dije.
- Sí, voy a hablar con el director y arreglar menos horas por día -dijo.
La besé en los labios sonriendo.
- Eso es un "estás perdonada"? -preguntó.
- Es un "necesito que me toques" pero si lo querés en el modo romántico no tengo problema... -dije riendo, ella hizo lo mismo.
- Está bien, pero primero probá esto -dijo acercándome el plato- Me salió riquísimo.
- Gracias, amor, perdón por haber sido tan dura... Pero no había manera de hacerte reaccionar...
- Está bien, cielo, vamos al comedor.
Nos levantamos del suelo, y con su mano en mi cintura caminé hasta el comedor. Había aún más brownies ahí, se ve que preparó mucho por las dudas.
- Mañana tengo una reunión con la producción de Mujercitas, voy a poder hablarles acerca de esto -dijo.
Sonreí y la besé. Sin alejar mis labios de los suyos, pasó su mano por mi espalda hasta llegar a mi cadera y luego a mi trasero. Apretó el agarre desde ahí, a lo que reaccioné gimiendo un poco, acción que ella aprovechó para meter su lengua en mi boca. Luego atrapó mi labio superior entre sus dientes y apretó un poco para después soltarme.
- Tu sabor mezclado con el del brownie es un espectáculo -dijo mirándome con una sonrisa pícara
Eran ya las doce cuando terminamos de comer lo que quedaba del brownie. No nos fuimos a dormir, nos quedamos en el sillón mirando una película.
- Estamos tan poco acostumbradas a las peleas... -dijo ella riendo.
- No aguantamos mucho tiempo peleadas, eso es lo que pasa.
- Tengo que darte la razón en lo que dijiste acerca de que lo injusta que soy a veces... Tengo que dejar que me cuides tanto como yo quiero protegerte a vos -dijo besándome la cabeza.
- Eso significa que vas a pedirle una reducción al horario?
- Sí, para eso vamos a hablar mañana.
- Pero nada de una sola hora, amor, eh? Tiene que pensar en que estás toda las semana metida en sets de grabación. Pedile tres horas.
- Qué? Meg, es una locura todo ese tiempo.
- Cuánto pensabas pedir?
- No sé... una hora...
- Ay, Elizabeth! -exclamé separándome de ella.
- No me vuelvas a llamar así -dijo poniendo una mano en mi cuello.
- No recurras al deseo sexual para que yo acepte que pidas solo una hora menos -dije agarrando la muñeca de la mano que ella había puesto en mi cuello- Sé que te quedaste con ganas de que siga lo que empecé cuando estábamos comiendo brownie, pero hasta que no te convenza de que tenés que exigir más horas no me tocas.
Me distancié un poco soltando su mano de mí.
- Está bien... pido más horas... -dijo con pesar.
Sonreí, ella sonrió derrotada.
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ELIZABETH OLSEN
Teen FictionMegan Smith, reconocida actriz estadounidence/argentina, de dieciocho años comienza a trabajar en Marvel, por lo que conoce al elenco y más que nada a una de ellos desde muy cerca.