78

313 42 4
                                    

MEGAN

(Días más tarde)

Eran las cuatro de la madrugada cuando me llegó una llamada de Lizzie, hacía unas horas que había traído a las nenas a mi casa.

- Amor...  -comenzó-. Amor, está ahí?

- Qué pasa, Elizabeth?

- Amor... te amo... perdoname por todo, todo, todo.

- No te das cuenta de que así no se soluciona todo?

- Perdón... amor...

- Tomaste alcohol?

- Sí... un par de tragos... unos diez, diez es par, no?

- No quiero hablar con vos de esta manera, que descanses.

-Amor... por favor...

No sé por qué no corté, había algo que me hacia quedarme ahí, quería cuidarla.

-Estás en tu casa?

- Sí...

- Te paso a buscar, no podés estar sola y así de ebria.

Las nenas estaban dormidas, por lo que salí en silencio. Cuando llegué con el auto, Lizzie estaba sentada en la vereda sonriéndome.

- Gracias... -dijo tímida mientras subía al auto.

Efectivamente, estaba borracha.

No dije nada en el viaje a mi casa, pero ella miraba como si nada las calles.

Al entrar a casa, le dije que hiciera silencio porque las nenas dormían.

Ya en mi cuarto, le di ropa mía, olía demasiado a alcohol. Nos acostamos en la misma cama, y me di cuenta de cuánto había extrañado dormir con alguien.

Se acurrurcó en mi pecho abrazándome.

- Lizz...

- Meg, perdoname... por todo, sé que no estoy en condiciones de pedirlo, pero por favor, te amo demasiado como para perderte...

-Hablamos mejor mañana, cuando estés bien -dije acariciándole la espalda.

LIZZIE

Al día siguiente, me desperté con ella aún con sus manos a mi alrededor.

- Buenos días... -dije sonriendo.

- Estás mejor?

- Sí.

- Las nenas no saben que estás acá, así que vas a quedarte hasta que las lleve al colegio, y cuando vuelva, hablamos.

Asentí nerviosa, quería hacer todo bien por ella.

Me quedé esperando, miré mi celular. De la nada, como si supiera, mi mamá me mandó una captura de pantalla de una noticia. A ella le había contado que estábamos medio peleadas con Meg,  que nos tomamos un tiempo y ella vivía en otro lado, y mi mamá siempre me decía que tenía que pedirle perdón, lo mismo que decía Lila. En la noticia que me mandó mi mamá, estaba la foto se Meg hace unos días con Simón en brazos, yendo a comprar y la nota decía:

"Se vio a Megan Smith, actriz de Marvel y, ahora en duda, pareja de Elizabeth Olsen(?) Yendo a comprar con su hijo menor. Lo que nos llamó la atención es cómo ha perdido peso la joven de no más de veintiocho años. Desde lo que suponemos que fue su separación con Elizabeth, no se la vio por muchos lugares y lo que se notó fue su manera de empeorar anímicamente. Fuentes anónimas nos dijeron que fue al hospital a hacerse unos chequeos y los resultados dieron que tiene anemia. Esperamos que se recupere pronto".

Terminé de leer la nota a punto de llorar, Meg nunca me dijo de la anemia y, aunque había notado la pérdida de peso, no pensé que hubiese sido así.

Me levanté, le prepararía un desayuno, debía agotar todas mis opciones para convencerla de volver. No conocía esa cocina, pero me las ingenié para encontrar lo necesario. En su heladera tenía cosas que comían nuestras hijas, y en la alacena tenía paquetes de harina sin abrir y todas cosas que no parecía haber usado.

Cuando llegó, yo ya tenía todo preparado en la mesa.

Me miró sorprendida y sonrió.

- No hacía falta...

- Yo quise hacerlo.

- Gracias...

Nos sentamos a la mesa.

- Podenos hablar sobre lo que te dije ayer?

- Recordás algo de lo que pasó ayer? Estabas demasiado ebria.

- Sí, me acuerdo de todo.

- Bueno, qué tenés para decir.

Tomé un respiro antes de hablar.

- Quiero que me des una oportunidad más para arreglar todo. Sé que fui una mierda y te traté mal y lastimé los sentimientos de nuestros hijos, pero merezco una oportunidad para demostrarte cuánto lo siento...

- Lizz, si vos vas a decir eso para después, cuando te estreses, volver a tratarnos igual, no quiero nada.

- Juro que lo voy a hacer bien... por favor...

Pero de la nada, abrí los ojos. A mi lado estaba Meg dormida con Simón a un lado...

Tardé en entender. Había sido todo un sueño mío... sonreí al darme cuenta y abracé a Meg contra mi pecho.

- Te amo tanto -dije besándola.

Ella se despertó con una sonrisa.

- Por qué tanto amor?

- Es que soñe algo horrible...

Tomó a Simón en sus brazos y se incorporó en la cama. En el reloj de la mesa de luz marcaba las cuatro de la mañana.

- Qué soñaste?

- Que me volvía una persona mala... que te trataba mal a vos y las nenas... y que nos separabamos...

- Amor... -me acarició el rostro al verme angustiada.

- y vos bajabas mucho de peso, tenías anemia... todo por la separación... y las nenas estaban mal también... y un día me emborraché y te pedí perdón... y al otro día te pedí volver.

- Quizás te quedaste con culpa por lo de ayer... lo de que me trataste mal.

Simón comenzó a lloriquear, Meg lo acomodó para amamantarlo.

- Nunca te trataría tan mal como en mi sueño... jamás.

- Lo sé, Beth, lo sé tan bien que puedo asegurarte que sos el amor de mi vida entera...

La besé sonriendo.

-A dormir, amor, fue solo una pesadilla -dijo volviendo a acostarse.

Asentí y me recosté abrazándola.

ELIZABETH OLSENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora