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MEGAN

Cuando nos dieron las cosas, nos sentamos en una de la mesas, ella con Lila a upa, ahora sentada en sus piernas. Desayunamos en silencio. De vez en cuando me miraba sin querer que yo la viera, para ver si había comido el tostado, hasta que lo terminé y la miré.

- Eso es todo -dije suspirando.

- Te amo, Meg -me besó en la boca.

Después de un ratito, despertó a Lila.

- Amor, comé esto, dale, después seguís durmiendo -dijo mientras le acariciaba la espalda a nuestra hija.

Lila comió una medialuna, sentada en las piernas de Lizzie, cuando terminó, apoyó la cabeza en el pecho de mi novia y siguió durmiendo.

La dejamos en su asiento en el auto y seguimos camino. De ahí fuimos a la casa de Scar a buscar a Eva y Matías que estaban dormidos también. La mamá de Lizzie nos dio a Emma en brazos, porque también estaba dormida, yo la tomé y me senté con ella adelante porque atrás no entraba.

Una vez en la casa de la playa, después de ordenar un poco todo para que pudiéramos quedarnos ahí y pedir que nos trayeran algunas cosas de ma otra casa, cuando ya era de noche, acostamos a todos en un cuarto general parecido al que tenían en la otra casa, en los días siguientes iríamos buscando las cosas.

Recién cuando acostamos a todos, pudimos irnos a dormir nosotras dos solas. Lizzie se pegó a mí, aferrándome más fuerte que lo normal.

- Amor, está todo bien? -dije.

- Ahora sí... Sólo que me dio miedo...

- Acá hay muchísima más seguridad, amor, a parte nadie sabe que nos mudamos...

- No van a tardar en enterarse, como de todo lo que pasa en nuestras vidas.

- Hay cámaras, no? Y hay guardias por todos los alrededores, estamos bien.

Me acunó en sus brazos, eso la hacía sentir más tranquila. Recién ahí pudo dormirse, y yo también.

LIZZIE

Al día siguiente les contamos a nuestros hijos lo que pasaría desde entonces, que estaban bien y que su vida seguiría igual, sólo que desde otro lugar. Contratamos a una señora que limpiaría la casa y estábamos buscando una niñera para cuando no estábamos.

Yo fui al trabajo las horas adecuadas, según mi novia, y volví antes de cenar para estar con ellos. Lila estaba con Megan en la arena, descalzas, los demás estaban adentro de la casa.

- Cómo están mis nenas más grandes? -pregunté sonriendo.

Le di un beso en la frente a Lila y uno en los labios a mi novia.

- Cómo te fue en el trabajo, mamá?

- Bien, cansador porque estamos con las escenas intensas, pero lo disfruto. Los extrañé, claramente, como siempre.

Ella sonrió, a lo que yo la levanté del piso y la alcé abrazándola.

- Extrañé a mi princesa... Cómo te sentís? Te duele algo?

- No, el lugar del golpe solamente, pero estoy bien.

- No habrá que llevarla al médico? -dije mirando a Meg.

- Puede ser... Si mañana te sigue doliendo, vamos al médico, sí?

Lila asintió, aún a upa mío, con su cabeza en mi pecho.

- Mañana viene la niñera nueva... Hoy vino la mujer que limpia? -pregunté mirando a mi novia.

- Sí, es un amor. La niñera es la misma que tenía Rose?

- Sí, Scar me la recomendó.

Al entrar en la casa, Matías estaba corriendo con Emma, y Eva se reía mirándolos. Bajé a Lila, y mis otros hijos corrieron hacia mí para abrazarme.

- Les gusta la casa? -pregunté.

- Síi!

- Tiene cuartos gigantes! -dijo Matías mirando a su alrededor.

- Mañana va a venir la niñera a la mañana porque mamá y yo nos tenemos que ir a trabajar, así que espero que se porten muy bien y si llega a pasar algo que no les gusta, nos llaman, entendido? -pregunté.

- Sí... Pero... Va a estar todos los días? -preguntó Lila algo entristecida.

- Sí, amor, menos los fines de semana, por qué? -preguntó Meg acercándose a ella.

- Porque no quiero tener que pasar menos tiempo con ustedes...

Mi novia miró a Lila y luego a mí.

- Va a ser sólo cuando tengamos que trabajar, Li, no todos los días... A parte, quizás ahora que van a empezar sus vacaciones pueden acompañarnos... -dije.

- En serio?! -exclamó Matías contento.

- Sí, pero uno a uno, no todos a la vez, mientras que nos llevamos a uno al trabajo, los demás que se quedan con la niñera.

A todos pareció gustarles el plan, por lo que decidimos que la semana siguiente llevaríamos a Lila al set.

Esa noche los llevamos a la playa, se metieron hasta que el agua les llegaba a la cintura, porque sabían que no los dejaríamos más. Megan estaba a mi lado.

- Te acordás la primera vez que nadamos en esta playa? -pregunté.

- No es que hayamos nadado específicamente... -rió.

- Extraño estar embarazada... -dijo mirándose la panza plana ahora por el ejercicio y las dietas que hacía por trabajo.

- Amor... -comencé, pero la veía demasiado ilusionada-. Querés un quinto hijo?

- Si lo decís así suena feo... quiero otro bebé,  pero cuando Emma tenga tres años quizás... Sólo sé quiero otro... si a vos te parece...

- Te lo dije antes y lo digo otra vez, con vos, lo que sea. Si querés diez hijos más, a su orden mi reina.

Rió con esa risa contagiosa que me encanta.

- Esta vez tiene que ser con tu óvulo -dije-. Quiero uno que se parezca a vos...

- Está bien... creo que con una sola mini Lizzie alcanza...

- Creo que hay dos... -dije riendo mirando a Lila que corría para tomar a Eva de la mano porque se estaba yendo más lejos.

- Es momento de volver a ser responsables, no? -preguntó.

- Me parece que sí... -respondí sonriendo, pero inmediatamente vi a Emma corriendo hacia el otro lado de la playa y me levanté rápido.

Salí corriendo detrás de ella y la atrapé sin mirar dónde ponía los pies, por lo que caí abrazándome a ella, pude darme vuelta para no caer sobre mi hija por lo que la escuché riendo cuando me di cuenta de lo que había pasado.

- Me atrapaste! -gritó sin dejar de reír.

- Sí,  amor -respondí acunándola en mis brazos mientras iba hacia los demás que nos esperaban para volver a la casa.

- Fue difícil atraparla? -preguntó mi novia riendo.

- Un poquito,  algunos tropezones, pero se pudo.

ELIZABETH OLSENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora