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MEGAN

En el colegio les fue bien, se amoldaron rápido, ni necesitaron la semana de adaptación. Para Lizzie y para mí era mucho más facil llevarlas y traerlas ya que era ir al mismo lugar para llevar a todas.

Unas noches más tarde, Scarlett nos invitó a su fiesta de cumpleaños, las nenas tendrían que quedarse en casa porque incluía alcohol. Decidimos que Rose se iría a nuestra casa donde estaba la niñera.

Era la primera vez que íbamos a una fiesta de ese estilo desde que teníamos a Simón, por lo que me daba algo de culpa el dejarlos toda la noche.

- Van a estar riéndose toda la noche -dijo Lizzie tratando de reconfortarme antes de salir.

Yo estaba frente al espejo maquillándome mientras ella me acariciaba la espalda estando parada detrás mío. Me había puesto un enterito negro que me tapaba desde la cintura para abajo, pero tenía parte de los pechos y la espalda al descubierto, sin quedar demasiado expuesta.

Lizzie se puso un short de jean negro para combinar conmigo y una remera blanca con estampado vintage.

- Vos super elegante y yo casi de entre casa -dijo riendo.

- Esto no es elegante, voy a ir de sandalias -aclaré.

Ella me miró sonriendo por el reflejo del espejo.

- Estás hermosa.

- Vos también.

Salimos cuando llego Scar para dejar a Rose. No nos llevó en su auto porque luego no tendríamos cómo volver, pero salimos juntas.

La ayudamos a decorar lo que faltaba y a meter las bebidas en el freezer.

LIZZIE

A la hora comenzó a llegar la gente, Megan estaba sirviéndome un vaso cuando me acerqué tomándola por la cintura.

- Terminaste de socializar? -preguntó casi como reproche.

- Tenía que saludar a los últimos que llegaron.

- A todos?

- A caso percibo celos de alguien en especial? -dije levantando su mentón con mi índice.

- No... pero no tengo con quién hablar... y vos te quedaste mucho con ellos...

- Son mis compañeros de trabajo... están en la serie. A mi me parece que a vos te pasa otra cosa...

No respondió ni bien me escuchó, pero su mirada ya me decía mucho.

- Me preocupan las nenas... y no sé con quién hablar acá...

Frunció las cejas y se estrujó las manos, nerviosa.

- No pasa nada, estoy yo -sonreí extendiendo mi mano.

- Pero no puedo depender de vos cada vez que salimos.

- No es cada vez, a parte, quiero bailar con la mujer más hermosa de la fiesta.

Y por fin la vi sonriendo, tomó mi mano y me siguió a la sala donde estaban pasando la música. Tenía en su mano un vaso de algo que seguramente tenía alcohol y me lo extendió.

- Te lo serví a vos, yo no puedo tomar... -dijo.

Asentí, seguía teniendo que amamantar a Simón.

- Podés tomar otra cosa, querés agua o alguna gaseosa? -pregunté.

- No, estoy bien.

Tomé un trago y lo dejé sobre la mesa. En ese momento comenzó a sonar una canción lenta pero de reggeton. Me miró con intención a lo que yo supe qué debía hacer.

Ella se puso de espaldas a mi y yo rodeé su cintura con mi brazo mientras me apoyaba completamente en toda su parte trasera, amoldandome a sus curvas.

La canción comenzó a hacerse cada vez más lenta, por lo que Meg empezó a bajar al suelo haciéndome casi imposible el mantenerme ahí sin poder tocarla más de lo que ya estaba haciendo. Entonces la tomé de la cintura con fuerza para que no bajara más porque estaba teniendo demasiado contacto con mi zona que ahora estaba ardiendo.

Miró hacia atrás pero sin dar vuelta el cuerpo, aún de espalda a mí.

- No soportás? -preguntó riendo.

La hice girar para que quedemos cara a cara, ella tenía esa sonrisa pícara que me decía que sabía qué estaba activando en mí.

En ese momento Scarlett se nos acercó con dos vasos.

- Para mi pareja favorita -dijo riendo, estaba muy ebria-. Tomá, Meg, te vi con la mano vacía.

Le dio uno de los vasos a mi novia que lo olió antes de probarlo.

- No tiene alcohol, estaré borracha pero soy responsable -soltó Scar y me dio el otro vaso a mí, que tuve que soltar una de mis manos de la cintura de Megan-. Este sí tiene alcohol.

Me guiñó el ojo y se fue.

- Estamos de acuerdo en que no vamos a llegar a casa, no? -dijo posando su mano sobre la mía que aún la agarraba firmemente.

Tomé un sorbo del vaso que me dio Scarlett, era algo fuerte mezclado con un jugo.

- Me dio jugo de ananá -comentó Megan mirando su vaso y luego a mi.

- Qué casual... sabés lo que dicen del ananá? Del efecto que causa en el sabor de ahí abajo?

Ella rió asintiendo, obvio que sabía.

- Pero... -su expresión cambió a una de inocencia sobreactuada-, creo que vas a tener que comprobarlo vos misma...

No dije nada acerca de que tardaría en hacer efecto, realmente no me importaba.

- Me estás haciendo muy difícil el mantenerte vestida en frente de toda esta gente... agradecé que no me gusta compartir.

Contuve mi impulso de levantarla del suelo y posicionarla con sus piernas alrededor de mi cintura; en su lugar, la tomé de la mano, como si sólo fuésemos a buscar algo de comida y subí las escaleras que sabía que daban al pasillo en el que estaba el baño que nadie usaría, porque la fiesta era abajo, pero estábamos a punto de llevar parte de ella a ese baño.

Ni bien entramos, la levanté del suelo dejándola sobre la encimera que tenía a un lado la canilla.

- Dejame presentable para bajar las escaleras y pretender que no pasó nada.

- Vas a tener que conformarte con que te deje capaz de bajar la escalera -susurré en su oído y mordí lentamente el lóbulo de su oreja.

Su intento se frenar el gemido fue lo que me sacó de quicio, entonces me di cuenta del problema que implicaba la ropa que llevaba puesta Megan ya que era un enterito, por lo que el pantalón iba conectado a la parte de arriba.

- No lo rompas, tengo que salir de acá vestida -me recordó cuando vio mis intenciones.

La ayudé a sacárselo mientras la besaba en todas partes, descubrí el punto débil de esta noche, era su clavícula, cada vez que besaba esa parte, largaba un sollozo contenido, agradecí que la música estuviese tan alta como para taparlo y aue yo fuese la única testigo.

ELIZABETH OLSENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora