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El patio fue lo que más les gustó porque tenía pasto y la pileta enorme.

- Acá no se puede estar si no estamos nosotras, sí? Porque está la pileta.

- Yo sé nadar -dijo Matías orgulloso.

- Yo no... -dijo Lila.

- Está bien, podemos enseñarte, amor, pero por eso no pueden estar acá si no está alguna de nosotras.

Asintieron.

Cuando ya era hora de cenar, yo me puse a cocinar. De fondo escuchaba la risa de las nenas y a Megan jugando a ser diferentes personajes. Pasó de ser una pirata a ser una bruja que se quería llevar a Eva, y Matías la defendía mientras Emma y Lila le tiraban almohadas. No pensé que tener tantos niños en casa podía ser tan lindo, el sonido de sus risas me ponía de buen humor y no podía dejar de mirar a Megan sonriendo también.

Cuando estaba por terminar de cocinar, sentí las manos de mi novia rodeándome la cintura y su mentón apoyado en mi hombro.

- No puedo ser más feliz... -dijo.

Me dio un beso en la mejilla. Me di vuelta para rodearla a ella.

- Me encanta que te sientas así -dije y la besé.

- Son tan lindos... y Emma está tan contenta...

- Era lo que nos faltaba, no? Una familia grande, muchos nenes corriendo por la casa... -dije.

- Sí, absolutamente, no creí que sería tan hermoso, pero es tan lindo tener tantos...

- No mentí cuando te dije que tendría diez hijos con vos...

- Bueno, no nos emocionemos, yo creo que con cuatro estamos bien, no?

- Sí, y nos vamos a dar cuenta cuando tengamos que dormirlos a todos... -reí.

Al rato llamé a todos para que fueran a la mesa, comieron sin dejar de hablar.

A la hora de dormir, ya sabíamos que quizás íbamos a batallar un poco porque tenían demasiada energía, no era como con Emma que se dormía inmediatamente después de darle la teta.

Fuimos con los cuatro al cuarto, cada uno eligió una cama, pero no parecían querer dormir.

- Hagamos algo -dije-. Tenemos acá el sillón con el proyector, podemos poner una película y después, si o sí, ir a dormir, les parece?

- Sí! -dijo Eva emocionada, aunque no creo que haya entendido todo lo que dije, sólo debe haber escuchado la palabra película.

Nos sentamos en el sillón grande del cuarto, yo en la parte larga que se usaba como sofá cama, con Megan apoyada en mi pecho entre mis piernas acomodando a Emma para amamantarla. Los demás se acostaron Lila al lado mío, apoyando su cabeza en mi hombro, al lado suyo Eva y Matías estirado por el sillón con su cabeza acostada en las piernas de Lila y su hermanita entre él y el respaldo del sillón.

Puse la película de Valiente porque sabía que era la favorita de Megan y supuse que a los nenes le gustaría. Aunque no importó mucho porque no tardaron en caer dormidos uno por uno.

Me sorprendí al ver a Megan también dormida con un pecho afuera de la remera y Emma aún succionando pero más por un reflejo porque había quedado dormida al mismo tiempo que los niños.

Acomodé a Megan para que siguiera durmiendo mientras llevaba a cada uno a su cama. Primero a Eva que estaba sobre Matías. La dejé en la cama que ella había elegido. Hice lo mismo con el nene. Megan se movió dormida y casi se le cae Emma, por lo que agarré a mi hija y la llevé a su cuna. Fui hacia mi novia, le acomodé la remera para que estuviera cubierta y la alcé en mis brazos. La llevé a nuestro cuarto y volví por Lila.

ELIZABETH OLSENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora