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- Buenos días -dijo sonriéndome-. Cómo te fue con los cuatro fantásticos?

Se la notaba de buen humor.

- Pude darle la mamadera a Emma -dije después de darle un beso.

- En serio? Qué bueno, amor! Cómo hiciste?

- En realidad fue Lila... No sé cómo hizo, pero le explicó a Emma que tenía que tomarlo y lo hizo, sabe lidiar con bebés.

- Esa nena... No puede ser tan linda... -dijo.

- Vas al set hoy?

- Me dijeron que a partir de hoy ya no tenía que ir, que empezábamos de vuelta la semana que viene.

- Genial, un día para nosotras solas... -comenté abrazándola desde atrás.

Ella seguía tomando café, apoyó una mano suya sobre las mías y tiró su cabeza hacia atrás para verme.

- Son tan hermosos, los cuatro... -dijo sonriendo.

- Como si los hubiésemos hecho nosotras... -reí-. Eva es parecida a vos.

- Lila es igual a vos, es una Lizzie en miniatura.

- Matías es una mezcla.

- Sí, es protector como vos y sensible como yo...

- Y Emma es igual a mí físicamente pero tu carácter -dije.

- Exactamente, son todos una parte nuestra...

En ese momento mi celular comenzó a sonar.

- Hola?

- Hola, señorita Olsen?

- Sí, quién habla?

- Nos comunicamos desde el colegio de Matías, su hijo, comenzó a llorar y no podemos calmarlo, dice que quiere a sus mamás, Lila está acá con él tratando de contenerlo, pero no sabemos qué más hacer...

- Está bien, ahora vamos para allá...

Corté, le conté a Megan, que se mostró igual de preocupada que yo, y salimos con el auto.

Al llegar a la oficina de la directora del colegio, vimos a Matías sentado en una banco con la cara colorada de tanto llorar. Lila estaba a su lado mirándolo.

- Nos lo llevamos a casa -le dije a la directora-. Li, vos querés venir o te quedás?

- Me quedo, tengo que ir a clase ya, vine porque lo vi pasar por el pasillo...

- Bueno, amor, andá, después las pasamos a buscar -dijo Megan saludándola.

Yo tomé a Matías, lo alcé y lo llevé a upa hasta el auto después de saludar a la directora.

- Manejo yo, querés llevarlo? -le pregunté a Meg.

- Sí, dámelo.

Lo tomó de la misma manera que lo había hecho yo y se sentó atrás.

- Qué pasó, amor? -dijo mirándolo.

Él escondía su rostro en el cuello de Megan.

- Unas compañeras me dijeron que ustedes no me iban a querer más porque soy latino...

Comenzó a llorar de vuelta, no parecía poder parar.

- Ay, amor... Vos sabés que yo soy latina también? -dijo Meg acariciándole la espalda.

- En serio? -preguntó Matías levantando la mirada.

- Sí, soy de Argentina... Vos?

- De Mexico, pero nuestros papás se mudaron a Estados Unidos y acá tuvieron a Eva, después nos dejaron solos...

- Tendrías que estar orgulloso de ser latino, sabés cuántas cosas hermosas tiene Mexico? Ellos no tienen ni idea.

- No me acuerdo mucho de Mexico...

- Podemos ir de vacaciones ahí si querés -dije.

- Podemos? -preguntó.

- Obvio, amor, cuando terminen las clases vamos a ir, sí?

Él asintió, estuve tentada a decirle lo que ya le había dicho dos veces a Lila, quería que se expresaran con palabras, pero estaba demasiado triste.

Al llegar a casa, nos quedamos en la sala con el proyector, veríamos una película hasta que tuviésemos que buscar a las nenas.

- Qué te gusta ver? -pregunté.

- Me gustan los super héroes, a mi hermana también -dijo, estaba aún a upa de Megan, ella no parecía querer soltarlo.

Megan me miró, sabía qué diría, quería ponerle una película de Marvel, yo también.

Puse una en la que aparecíamos las dos y nos acostamos en el sillón con él en el medio de ambas.

Cuando apareció Megan, él miró sorprendido la pantalla y después nos miró a nosotras.

- Esa... Sos vos? -preguntó mirando a Meg.

- Sí, pero es un personaje, yo actúo de ella.

- En serio? Trabajás de super heroína?

Estaba tan emocionado que tuve que pausar la película.

- Sí, amor -respondió mi novia.

- Amo esta familia! -dijo Matías sonriendo, abrazó a Meg y seguimos viendo la película con él apoyado en el regazo de ella.

Cuando aparecí yo, miró la pantalla de la misma manera que antes.

- Vos también trabajás de super heroína?

- Sí, nos conocimos en el trabajo -le recordé.

- Me gusta que sean mis mamás -dijo ahora abranzándome a mí.

- A nosotras nos encanta ser tus mamás, amor -dijo Meg, le acariciaba la espalda y yo la cabeza.

A la hora de ir a buscar a Emma, fui yo porque ellos estaban muy concentrados. Volví, se la dejé a Megan, y pusimos otra película.

- Mamá, teta -dijo nuestra hija.

- Amor, mamá tiene que dejar de darte teta, sí? Pero vas a poder seguir tomando leche... -dije mirándola-. Así que estos días van a ser los últimos de teta, entendido?

- Sí -respondió ella, quizás Lila tenía más razón de la que creí.

Matías se acostó en mis piernas y Megan acomodó a Emma para amamantarla. Al rato tuve que ir a buscar a Lila y a Eva, fui yo sola porque estaban los tres con la película del Grinch.

Al volver, Megan se había dormido con Emma en brazos, que miraba la película habiendo dejado a mi novia con una teta fuera de la remera, y Matías también miraba la película.

- Vení, amor, a almorzar -dije dirigiendo a los nenes al comedor para que Megan pudiera estar tranquila. Tomé a Emma a upa y fui a preparar el almuerzo tras acomodarle la ropa a Meg.

- Hoy vimos una película en la hora libre y mis compañeros me burlaron... -dijo Lila.

- Qué? -dije frunciendo el seño.

- Sí, vi que aparecían vos y Megan en la película y dije que eran mis mamás, nadie me creyó porque mi apellido no es ni Olsen ni Smith...

Ya habíamos hablado con Lila el tema de nuestro trabajo porque ella ya sabía más sobre qué era ser actriz.

- Está bien, Li, no les des bola, ellos van a pensar lo que quieran. Y, sobre el apellido... Cuando ustedes quieran podemos cambiar sus apellidos a los nuestros... Pero sólo si quieren.

En ese momento Megan entró aún con cara de cansada.

- Miren quién se despertó -dije sonriéndole.

ELIZABETH OLSENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora