MEGAN
Una semana más tarde, mientras yo ordenaba lo que mis hijas habían dejado tirado en la sala, aprovechando que estaban en la escuela, Lizzie me comentó que ya tenía el pasaje para Francia.
- Es el martes de la semana que viene -dijo.
Asentí tratando de que no se notara que me ponía triste que se fuera.
- Te voy a extrañar demasiado -dijo acercándose.
Pero antes de que pudiera responder, sonó mi celular.
Atendí y puse en altavoz cuando vi que era el colegio se nuestras hijas.
- Hola?
- Hola, señorita Smith?
- Sí... soy yo, qué pasó?
- La llamamos porque su hija Lila y su hijo Matías se metieron en una pelea junto a otros alumnos del colegio... Necesitamos que venga a una reunión y luego veremos si la suspensión de sus hijos es de unos días o de la semana completa.
Lizzie me miraba sin comprender del todo, no parecía real que nuestros hijos hubiesen hecho algo así.
- Está bien, ya mismo vamos para allá con mi esposa.
Llegamos a los veinte minutos al colegio, la directora nos recibió en la puerta.
- Qué hicieron? -pregunté inmediatamente.
-Les voy a contar la versión que me llegó a mí. Parece que Matías se peleó con un compañero suyo por algún juego y se metió el hermano mayor del nene cuando Matías le pegó y le hizo sangrar la nariz...
- Ay dios... -comenté sin saber cómo podía ser que Matías hubiese hecho eso.
- Y ya entenderán cómo entra Lila en todo esto... -dijo.
Asentimos ambas.
- Quiso defender a su hermano, empujó al más grande y se puso entre ambos. Entonces terminó la pelea cuando llegó un maestro.
- Matías no suele ser así... -dijo Lizzie.
-Lo sé -continuó la directora- Las llamé por protocolo y porque Matías tuvo una crisis de llanto cuando lo trajimos a la sala de dirección... Pedía a gritos que las llamáramos, quería a sus mamás...
Asentí, sabía que él querría ser contenido por nosotras.
- Nosotras nos encargamos de hablar con ellos, disculpe las molestias... -dije.
-No, está bien. Lo que me sorprendió fue que él pidiera que las llamáramos. La mayoría de los niños que son castigados y que les decimos que vamos a llamar a sus papás, lloran diciendo que no, que no le contemos nada a sus padres... Se ve que le dan mucha seguridad a su hijo porque realmente las necesitaba...
Sonreímos, no sabíamos qué responder al halago.
- Y Lila... Es una nena excepcional, por eso no dejé anotaciones de lo sucedido, sé que ella no es del tipo de persona que se pelea, sólo defendía a su hermano. Por lo único que debo suspenderlos es porque Matías hizo sangrar a su compañero y, si no los suspendo, los padres de ese nene me van a hacer una denuncia...
-Entendemos completamente -respondió mi esposa-. De cuánto tiempo es la suspensión?
- Una semana, el miércoles recién pueden volver al colegio.
Asenti tratando de mostrarme afligida pero sabía que Lizzie estaba pensando lo mismo que yo: podría disfrutar de ellos más tiempo antes de irse a Francia.
Nos trajo a nuestros dos hijos, se notaba que Matías había llorado, tenía la cara colorada. Corrió a abrazarme, yo lo levanté del suelo sosteniéndolo. Lila estaba calmada, con la frente en alto pero no se mostraba con soberbia, simplemente parecía estar segura de algo.
Fue hacia Lizzie que la tomó por los hombros pero nada más, ni una señal de castigo ni enojo.
- Bueno, volvemos mas tarde a buscar a nuestras demás hijas... -comencé pero seguidas por una maestra venían Emma y Eva casi corriendo.
Lizzie se pasó la mano por la frente presintiendo el estrés próximo.
- Qué pasó? -pregunté aun con mi hijo en brazos.
Emma se tapó la cara y se agarró a mi pierna. Mi esposa entendió que quería que le hiciera upa por lo que tomó a Matías entre sus brazos y yo levanté a Emma.
- Podemos hablar a solas? -preguntó la maestra.
Asentimos, Lizzie dejó a Matías en el suelo y me acompañó, yo seguía con Emma en brazos porque suponía que era sobre ella.
- Tuvo un accidente... se hizo pis -explicó la maestra algo tímida-. La cambié con ropa que había en el sector de objetos perdidos, pero se angustió y me pidió que las llamara, vine justo para hacer eso...
- Y Eva?
- Ella la encontró en el pasillo con el pantalón mojado.
Asentí, no sabía bien qué hacer o decir.
- Es común que les pase eso a los nenes cuando están atravesando momentos de estrés en la casa, quizás un cambio brusco...
Lizzie fue la que asintió esta vez.
LILA
Esperamos en el auto a que mamá viniera con Simón porque ya lo iban a retirar para no tener que volver después. Matías estaba ansioso, Eva trataba de calmarlo pero ninguna sabía cómo.
Cuando Megan llegó con Simón, lo sentó en su asiento y luego fue al del copiloto.
- Cuando lleguemos a casa vamos a hablar bien, les parece? Hay muchas cosas a resolver, no vamos a enojarnos, no vamos a gritar, vamos a hablarnos con respeto y a decir lo que pasó, sí? -dijo ella.
- Yo sé que hice lo correcto, la semana de suspensión es injusta -dije.
Lizzie me miró por el espejo retrovisor y me guiñó un ojo, Megan me miró directamente dándose vuelta.
- Les vamos a creer, así que quiero que hablen con la verdad, gracias, Li. Y, Emm, no pasa nada, sí?
Emma estaba callada y seria. Ya nos habían dicho que se había hecho pis encima.
- Sabés qué me pasó a mí una vez en el hogar? -dije para tratar de animarla.
-Qué pasó?
- Me reí tanto tanto que me hice pis! -ella comenzó a reírse-. Y me dio tanta vergüenza que no me quería reír más, hasta que la directora del hogar me dijo que a ella también le pasaba.
Mis mamás me miraron sonriendo, Megan pasó su mano hacia donde esta a yo y me acarició la pierna.
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ELIZABETH OLSEN
Novela JuvenilMegan Smith, reconocida actriz estadounidence/argentina, de dieciocho años comienza a trabajar en Marvel, por lo que conoce al elenco y más que nada a una de ellos desde muy cerca.