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LIZZIE

- Matías me dijo que quiere empezar un deporte, no sabe cuál -comentó Meg mientras miraba el menú.

- Quiero mandarlos a todos a hacer un deporte, necesitan una actividad que los canse, al menos una vez a la semana.

-Emma quiere ir a patín, ya me dijo. Eva cree que quiere voley, pero también me mencionó fútbol, así que no sé qué elegirá.

- Y Lila?

- Yo creo que con actuación es suficiente.

- Quiero algo físicamente recreativo...

- Amor, ya está yendo a clase de idioma, ahora se suma actuación, otra actividad más no va a soportar.

MEGAN

Noté que mi novia estaba algo estresada.

- Qué te preocupa? -pregunté.

- No sé... creo que mi cerebro busca excusas para alejarla de la actuación...

- Es entendible, Beth, pero no dejes que eso la afecte...

Negó con la cabeza, como sacándose los malos pensamientos de la mente.

Me sonó el celular, era la niñera.

- Sara?

- Hola... Megan, Simón está teniendo una crisis... no sé... está llorando desde que se fueron y pensé que iba a poder contenerlo, pero no. Perdón... siento que es algo emocional, no físico y no sé cómo calmarlo...

- No pasa nada, Sara, no es tu culpa... Ya mismo salgo para allá, sí? Esperame un ratito.

Corté y Lizzie me miró extrañada.

- Simón tiene otra de las crisis de llanto...

Me notó estresada por la situación.

- Querés que vaya yo?

- No, seguramente quiere teta, mucho tiempo con la leche de fórmula... tuve que haberlo traído acá...

- Te acompaño con el auto y después vuelvo a buscarla -dijo dándome la mano.

Ni llegamos a pedir nada en la cafetería, por lo que nos fuimos.

Ya en el auto, con Lizzie en el asiento del conductor, estaba a punto de llorar por el estrés.

- Hey... amor, tranquila, qué pasa? -preguntó Lizzie sabiendo que había algo más que me ponía nerviosa.

- Es que... siento que estoy fallándole a nuestro hijo... dejándolo tanto tiempo...

- Estas cosas pasan, Meg, no es que le estés fallando... si justamente estamos yendo para que puedas estar con él, estás haciendo todo lo humanamente posible por ser la mejor para él...

Asentí secándome las lágrimas y ella arrancó el auto.

Al llegar a casa, no se escuchaba a Simón llorando, cosa que me tranquilizó. Mis hijas estaban jugando con Sara que tenía en su mano el Baby call.

Al vernos, suspiró aliviada.

-Perdón por hacerlas venir... -dijo pero la frené.

- No pasa nada, si querés andá yendo, nos vemos mañana.

- Está bien... Simón está en su cuna, se durmió llorando...

Asentí y me saludó, luego a las nenas y fue con Lizzie a que le abriera la puerta. Yo fui a ver a mi hijo que estaba en su cuna dormido.

Tenía la expresión de angustia que tanto me dolía a mí. Lo tomé en mis brazos, sabiendo que se iba a despertar. En ese momento llegó Lizzie.

- Y?

- Mirale la cara... todo colorado por llorar, con esa tristeza... -estaba a punto de llorar yo.

- Pero ya estás acá... ya estamos las dos.

LIZZIE

Él comenzó a despertarse y, al vernos, sonrió algo cansado. Sus expresiones eran idénticas a las de Megan, y eso que era un bebé de meses todavía. Podía distinguir en él la sonrisa risueña de mi novia y sus ojos que se achicaban al reír.

Megan lo abrazó contra su pecho, yo la abracé a ella.

- Sólo necesitaba esto... -dijo ella-. Simón sólo necesitaba este momento.

Asentí sintiendo todo el estrés yéndose, ahora que Megan estaba tranquila.

Se acomodó para amamantarlo, yo me quedé a su lado hasta que se hizo la hora de salir para buscar a Lila.

Claramente fui yo sola, Meg se quedó con nuestros hijos en casa.

Lila salió de la escuela de actuación con una energía completamente distinta, estaba alegre.

Me saludó con un abrazo, contuve mis ganas de alzarla en mis brazos como cuando era chiquitita.

- Cómo te fue?

- Re bien! Tengo amigos nuevos... son todos buenos con todos... me encanta.

- Me alegro tanto, cielo -dije sonriendo.

- Hicimos de todo, me reí mucho.

- Se enteraron de quién sos hija?

Su tono cambió un poco al responder.

- No... y no quiero que lo sepan por ahora... Perdón, mamá -sonaba decepcionada de sí misma.

- Por qué me pedís perdón? Está bien si preferís eso. Me gustaría que en algún momento puedas decirlo sin miedo a que eso te defina, pero no tengo problema en que sea a tus tiempo, amor.

- Es que... no es por ustedes... Pero todos eran tan bueno y nadie me trataba diferente porque nadie sabía quiénes eran mis mamás... y en el colegio eso es distinto, ahí sí hay gente que me trata de otra manera y no quiero eso en este lugar.

- Está bien, Li, podés ser quien quieras ser en esa escuela. Para mí siempre vas a ser mi princesa mayor, obvio, pero para ellos podés ser lo que quieras.

Rió y sentí que algo se sanaba en su miedo al apellido y ese tema de la identidad.

- Por otro lado, estamos teniendo problemas con Simón, no quiere quedarse mucho tiempo con la niñera estos días, no sé por qué. Te aviso por si escuchás que llora mas que otros días, es por eso...

-Debe ser la crisis de los ocho meses...

Lo pensé y me tomó segundos en darme cuenta de que sí debía ser por eso, no entiendo cómo no lo había pensado.

- Y tus hermanas quieren empezar deportes, si vos no querés por los tiempos, está bien.

- Quiero hacer voley.

Me sorprendí.

- Bueno, pero sólo si es lo que querés, porque te vas a cargar con muchas cosas, amor.

- Quiero empezar voley y adoptar un gato -dijo mirándome fingiendo seguridad.

Iba a ser una semana complicada.

ELIZABETH OLSENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora