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MEGAN

Cuando ya nos estábamos yendo, después de tener el número del padre que los llevaría a la pizzería y darle algo de dinero a Lila, ella volvió corriendo hacia nosotras.

- Chau -dijo con una sonrisa.

- Chau, amor, nos vemos en un rato. Vamos a estar por ahí cerca, sí? Vamos a cenar en esa zona así que cualquier cosa decile al padre de tu amiga que nos mande mensaje.

Asintió y se fue.

- Tenemos que comprarle un celular -dijo Lizzie.

- Sólo si tiene únicamente whatsapp... No quiero que tenga redes sociales.

- Sí, obvio... Sólo para que pueda mantenerse en contacto con nosotras.

- Mañana puedo comprárselo y charlamos con ella, ahora que tiene más grupos va a necesitar poder comunicarse con ellos.

Asintió y me tomó la mano cuando salimos a la calle.

Vino un viento fuerte que me puso la piel de gallina, hacía mucho frío.

- Querés mi campera? -preguntó.

Yo había ido con una polera negra y jeans, estaba algo abrigada pero igual sentía el frío.

- No, estoy bien, ya casi llegamos al auto.

Negó con la cabeza y se sacó la campera.

- Yo me abrigué un poco de más porque sabía que ibas a necesitar la campera -dijo sonriendo.

Yo también sonreí y la besé.

- Cómo me gustaría poder casarme otra vez con vos para decirte que sí... Siempre va a ser un sí.

Fuimos a cenar a una cuadra de la pizzería a la que fueron. El mensaje de que ya habían terminado nos llegó justo cuando pagábamos la cuenta.

Lila salió con una sonrisa mientras saludaba a su compañeros y entró al auto radiante de felicidad.

- Cómo la pasaste, amor? -pregunté desde el asiento de copiloto.

- Hermoso... Me dolió la panza de reírme.

Lizzie la miraba por el espejo retrovisor sonriendo como yo.

- Qué bueno, princesa -dijo-. Sabés que con mamá estuvimos hablando el tema de que tengas celular... Mañana te vamos a comprar uno así podemos estar en contacto con vos, pero sólo para eso, nada de redes sociales aún.

- En serio? Gracias! Hoy me preguntaron si tenía whatsapp y me dio vergüenza decir que no... Tienen hasta un grupo.

- Por eso, así estás más enterada y podés hablar con tus amigos... Vamos a tener una charla más profunda mañana acerca de cuáles son los límites, sí?

Lila asintió, nada podía sacarle la alegría que tenía en ese momento.

LIZZIE

Al otro día le compramos el celular, le aclaramos las reglas, que no podía estar más de una hora con el celular en el día, que era para contactarse con nosotras, familiares o sus amigos, nada de redes sociales. Ella no tenía problema en aceptar todo eso porque no le fascinaban las redes, de la casa la única que las tenía era Meg y no la veía usándolas mucho. A veces me decía que había subido una foto nuestra o una foto de nuestras hijas en la que nunca dejaba que se le vieran las caras.

- Sobre el apellido... -comenzó Lila cuando le dimos el celular.

- Sí, amor, qué pasa?

- Cuándo puedo cambiarlo?

Meg me miró sin saber qué responder, ninguna tenía idea de qué se hacía en esos casos.

- Tendríamos que averiguar, pero si es lo que vos querés vamos a hacer todo lo que podamos... Querés ser Lila Olsen Smith o Smith Olsen? -pregunté.

- Creo que Olsen Smith suena mejor... -dijo Lila algo tímida, no quería que Meg se sintiera mal.

- Amor, no me molesta, me encanta que quieras tener mi apellido... -respondió mi esposa.

MEGAN

Averiguamos el proceso y, aunque requería demasiado papeleo, lo hicimos por ella. Cuando Lila por fin tuvo su documento con su nombre completo, nos miró con una sonrisa inmensa.

Miré a mi esposa que estaba aguantándose las lágrimas y yo ya estaba llorado.

- Te amamos tanto, Li... aunque no tuvieses nuestro apellido... -dije.

LIZZIE

El cumpleaños número trece de Lila estuvo atravesado por una propuesta laboral que me cambió por completo el humor ese día. Mi representante me mandó un mensaje diciendo que tenía la oportunidad de interpretar un protagónico en una película que sería grabada en Francia, ni tenía que hacer la audición, el problema era que debía estar tres meses en Francia.

Esa mañana, cuando aún estaban todos dormidos, me quedé en mi oficina pensando en qué era lo correcto, qué debía hacer. Me decidí a hablarlo con Megan después de la fiesta de cumpleaños de nuestra hija, no quería arruinarle el día.

Subí a las nueve, cuando ya tenía el desayuno preparado para todos. En mi habitación estaba Megan con Matías a su lado, no se abrazaban pero ella su mano sobre él y estaban acurrucados uno al lado del otro.

Me acerqué a mi esposa que se despertó con una sonrisa y me besó.

- Ya hice el desayuno -dije.

- Lo íbamos a hacer juntas! -me reprochó.

- Te vi muy tierna con Mati...

Me sonrió y asintió dándose por vencida.

Entramos al cuarto de Lila en silencio, ella estaba aún dormida, enroscada en su frazada. Me abalancé sobre ella con cuidado, abrazándola fuerte. Se despertó entre sorprendida y asustada.

- Feliz cumpleaños, amor -dijo Megan desde la puerta acercándose.

Solté a nuestra hija cuando la escuché riendo.

- Feliz cumpleaños, Li -dije.

-Gracias... podían haberme despertado más pacíficamente...

Megan me miró sabiendo que ella tenía razón con respecto a que el saludo era algo violento.

MEGAN

El resto del día transcurrió tranquilo, alquilamos un salón para que pudiera invitar a sus amigos del colegio y de actuación, también vino Scarlett con Rose que era muy amiga de nuestra hija mayor.

Lizzie estaba muy atenta a los detalles, quería que Lila tuviese el mejor día y que nuestros demás hijos también la pasaran bien.

ELIZABETH OLSENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora