MEGAN
Después de comer, cuando acostamos a todos, yo estaba lavando los platos. Me sentía agotadísima. Lizzie había subido porque tenía que dormir a Simón que se despertó cuando lo acosté en la cuna.
Al terminar, subí, con ganas de tirarme en la cama y dormir días enteros, pero un dolor repentino en la panza me hizo frenar.
- Meg, ya se durmió -dijo Lizz desde la pieza de los nenes.
- Amor... -la llamé, me sostenía la panza con un dolor tremendo.
- Meg? -preguntó y la escuché ir hacia la escalera, donde estaba yo sentada.
Se me acercó y me miró la cara que yo sentía ardiendo, le expliqué qué me dolía.
- Creo que es el estrés... -dije.
- Puede ser... Vení.
Me tomó de la cintura y me llevó hasta el baño de nuestra habitación donde estaba la bañera llena y tenía un olor riquísimo.
- Qué es esto? -dije mirando los pétalos que había en el piso.
- Te preparé un baño para que te relajes...
- Amor...
- Te duele mucho?
- No tanto, puedo moverme sin que me duela... tiene que haber sido el estrés.
- O sea que podés meterte?
- Sí, obvio -dije-. Encima que preparaste todo... te amo.
Sonrió y me besó.
Comenzó a ayudarme a sacarme la ropa, hasta quedar desnuda.
Se me quedó mirando de arriba a abajo cuando me dejó desnuda, me sentí demasiado observada.
- Qué pasa?
- Miro tu cuerpo, puedo?
- Sí... pero... tengo las estrías de los embarazos...
Ya me había visto miles de veces desnuda después de tener a Emma y a Simón, pero en general estábamos más cerca y no me miraba tanto.
Se me acercó y me besó el hombro, luego el pecho.
- Todo es tan hermoso... cuando miro esas marcas recuerdo lo más hermoso de todo... cuando diste todo de vos para poder formar una familia más grande... miro esas marcas y pienso en Emma y Simón... así que para mí son hermosas.
Se me salió una lágrima que ella secó inmediatamente mientras acariciaba mi rostro.
Me ayudó a meterme, la tibieza del agua me calmó al instante, había sales aromáticas y burbujas de colores.
- Bueno... te dejo -dijo y estaba a punto de irse.
- Qué? A dónde te crees que vas? -solté inmediatamente.
- Pensé que querías un momento de paz...
- Con vos...
Sonrió delicadamente como mofándose de mi.
- A parte, también quiero verte sin toda esa ropa estorbante.
Sonrió pícara y me hizo caso.
Terminó desnuda frente a mí, se metió lentamente y se posicionó entre mis piernas abiertas, de cara a mí.
- Estás tan hermosa -dije.
- Te gusta ver cómo me tenés a tus pies?
- Me encanta -respondí riendo.
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ELIZABETH OLSEN
Teen FictionMegan Smith, reconocida actriz estadounidence/argentina, de dieciocho años comienza a trabajar en Marvel, por lo que conoce al elenco y más que nada a una de ellos desde muy cerca.