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Un hermoso y verdoso campo se extiende hasta más allá de mi vista junto frente a nosotros. Yo no veo nada más que árboles y césped, pero parece que Jayden sí porque toma a su hermana en brazos y camina unos pasos frente a mi.

—La llevaré a la enfermería, quédate aquí y espera — tan pronto termina de decir eso avanza y desaparece justo frente a mis ojos.

Me aproximó a donde el desapareció pero no pasa nada, algo no me deja pasar más allá de aquí —¿ Pero que demonios...?

—Cassidy Bernard — me giro velozmente hacia la voz proveniente de mis espaldas. Una elegante mujer de unos treinta y tantos, su pelo negro como la noche en una trenza hasta sus rodillas y su impecable vestido negro que brilla con este sol. Frunzo el ceño un poco por la confusión —Bienvenida a La Academia.

—¿ La academia es un campo vacío ? Pues que lindo lugar, muy seguro — reprimo una risa para no parecer discordial. La mujer me mira seria y luego sonrie con arrogancia —¿ Cómo sabe mi nombre ?

—Sé tanto de ti que tu nombre debería ser lo que menos te preocupe — su voz es tan misteriosa y elegante, con cierto toque de carisma y sus ojos llenos de ambición y emoción —Y para responder a tu pregunta, no, La academia es mucho más de lo que su pequeña mente humana puede imaginar.

—¿ Y porque no veo nada aquí ? —ignoro su comentario algo hiriente y me enfoco en lo demás. Levanto las manos señalando el campo a mis espaldas.

—Eso es por el campo de distracción, no se si estás al tanto pero somos una organización secreta y muy poderosa, lo que menos queremos son intrusos como tus perseguidores aquí — mantiene la mirada neutral y las manos entrelazada frente a su cadera. Es tan recta y refinada que es casi inquebrantable —Para poder entrar al lugar tienes que prometer algo a los ojos de nuestros dioses.

—Oh, ya entiendo — la señora me da una vuelta y me mira la espalda —Tengo que decir una promesa para poder ser admitida en su secta satánica del poder y la ambición. Tiene sentido.

Ella ríe a mis espaldas y luego se detiene frente a mi —Realmente tienes un increíble e imprudente sentido del humor — ¿ eso fue un halago ?

No, no lo fue — doy un suspiro de alivio, al no seguir escuchar su voz por un largo tiempo creí que algo le había pasado. Es placentero saber que jamás me librare de él —Esa señora lo que menos quiere es ser amable contigo, sigue alerta.

Frunzo aún más mis cejas y ella lo nota por lo que sonrie con orgullo —¿ Qué dice el alienígena sobre mi ? No, déjame adivinar... —toma su mentón como si pensara —Ya sé, ¿ quiere que desconfies de mi y de todos, cierto ?

—Él no es de confiar mucho en desconocidos — y eso es cierto, apenas lo conozco un poco pero es suficiente para saber que los extraños no son su fuerte —No lo tome personal.

—Me trae sin cuidado lo que piense tu acompañante de otro mundo sobre mi y mis chicos, tu eres lo único que importa — levanta una de sus manos y chasquear los dedos, en un segundo un libro forrado de tapiz color rojo vino se hace visible entre sus aplicas palmas —Pon tus manos aquí y recita lo que dice en el lomo.

Aunque algo confundida decido confiar, lo mínimo que puede pasarme es que muera. Sujeto el libro entre mis manos y empiezo a leer lo que dice su portada —"Prometto davanti agli dei di essere la migliore acquisizione che l'accademia possa avere e se non realizzo il mio obiettivo che Zeuz mi riceverà all'Olimpo."

No acabo pactar con el diablo ¿ cierto ? me comunico con Darío telepáticamente.

No, es el lema de la Academia — doy un largo suspiro de alivio mientras le devuelvo a la señora su libro raro que me da miedo. Mi cerebro no puede creer que haya leído eso sin problemas, es claro que no es un idioma conocido para mi —Es italiano, la sede principal de La Academia tiene sus puertas en Venecia. Mejor dicho en el campo paralelo de esta.

—Italia es un bonito lugar — le sonrio a la mujer frente a mi, ella asiente sin más. A todo esto no he preguntado su nombre —No sé su nombre...

—Nadie lo sabe. Puedes llamarme Inquisidora, soy la rectora de este lugar — asiento mientras ella se voltea a el vacío nuevamente. Puedo notar como este poco a poco se va distorsionando hasta el punto de dejarme ver todo. Una hermosa construcción del tamaño de una ciudad entera, con muros altos como cercas y un amplio y colorido jardín frente a el. El edificio tiene un aspecto victoriano, de la época de la nobleza. Es simplemente hermoso —He aquí, La Academia.

Ahora sí que es más que visible que este lugar es lo mejor de lo mejor. La inquisidora avanza a las escaleras de este lugar así que la persigo —Este es el edificio principal, aquí están las habitaciones, el salón común, la biblioteca y el comedor. Todos los alumnos tienes horas comunitarias en las que ayudan a cocinar, limpiar u ordenar los libros — limpieza y asistencia, ahora está es una academia de orden y aseo. Que divertido —Allá están el edificio de las aulas, ahí irás todos los días a estudiar sobre lo que puedes hacer.

—¿ Teoría ? — ella asiente mientras sube con elegancia y a paso firme las hermosas escaleras —¿ No es mejor la práctica en este caso ?

—Hay quienes dicen que sin la teoría no hay nada y aquí creemos en eso. Primero aprendes cómo usarla y luego practicas — tiene sentido, o eso creo. Nos paramos justo frente a las largas y anchas puertas de este lugar —Y por allí está el zoológico, allí tenemos a los animales de compañía.

Para que más animales si ya me tienes a mi, yo soy todo en uno oculto la sonrisa de la señora frente a mi. Darío siempre con sus ocurrencias —Soy un animal exótico, de otro planeta.

Intento ignorar a el ser extraterrestre en mi cerebro, miro a la señora —¿ Animales de compañía ?

—Como sabrás este lugar no es muy seguro que digamos, así que a todos los cazadores se le otorga la compañía de un animal nativo de la dimensión. Te mantiene a salvo y seguro pero también te dan amor y amistad duradera — sonrio de solo imaginarme teniendo un perro o un gato de esta dimensión, seria algo placentero —Después del recorrido podemos ir, si eso deseas.

—Eso me encantaría — asiente y luego me guía adentro. Caminamos por el hermoso y largo pasillo de la entrada hasta una especia de sala gigantesca con decoración estilo victoriano y algunas estatuas de mármol banco. Son personas, quienes no conozco claro esta —¿ Quiénes son ?

—Los fundadores de la academia y nuestro primer aliado en tu dimensión — me señala muchas personas hasta que reconozco a uno, es... —Abraham Lincoln, nuestro primer aliado en tu dimensión.

—¡¿ Abraham Lincoln ?! Amo a ese señor — es mi presidente favorito, me apasiona todo loq ue tiene que ver con él. Suspiro orgullosa —Sabía que hacía cosas increíbles...

—Él era un hombre increíble —sus ojos se iluminan en amor y tristeza, la miro raro. ¿ Acaso ella lo conocía ? Ella da un suspiro serio y regresa a su firme posición, se detiene y me mira seria —Ahora ellos vendrán, no se altere.

—¿ Qué no me.... ¡ Oh por dios ! — de repente la sala se llena de chicos, unos azules, otros con un solo ojo y otros con cuernos. Ellos me miran serios y yo solo sonrio —Hola...

—Señorita Bernard, ellos son los cazadores — todos hacen una pose heroica y me miran con emoción, realmente les gusta ese nombre —Chicos ella es Cassidy Bernard, la siguiente y última Elegida.

El ambiente se llena de nostalgia y tristeza, una chica bajita se hace paso entre la gente. Sus gigantes ojos me miran con intriga y determinación, llegando a intimidante. Relaja el rostro en cuanto se para frente a mi —Eres tu... — toma mi mano haciendo Darío aparezca a mi lado —Eres su hija.

—Sí, soy la hija de el último elegido — le sonrio afirmando que no fui creada por el universo ahora seguir la línea de grandes elegidos. Todos me miran con cierta curiosidad —Soy hija de Elena Vásquez.

La dulce chica con el pelo color menta, rie con burla —Tienes ojos y no ves... — se da la vuelva y se dispersa entre la gente.
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Él me eligió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora