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Nota: El de la multimedia es el nuevo...
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—Te dije que no lo tocaras... — el humano Dario me pasa una bolsa de hielo y me anima a ponerla donde me golpee, de mala gana se la quitó y me la pongo disimuladamente en la espalda baja —Debiste hacerle caso al extraño.

Ignorando el latido repentinamente acelerado de mi corazón, hablo molesta —¡¿ Qué iba a saber yo que ese animal es una bestia salvaje ?! — no me gusta hablar de ella así porque soy fiel creyente de que a los animales no se les critica por la primera interacción que tienes con ellos. Meneo la cabeza —Solo curame y deja de regañarme.

—Ah, no. Tú te metiste en esto solita, tu te sacas — y con eso desaparece sin más. Me levanto a duras penas y camino por toda la enfermería en busca de alguien más en este lugar. Paso por una habitación sin prestar atención hasta que Darío me habla —Ey, yo conozco a esos dos.

Hecho reversa y me paró al umbral de la puerta, dentro están mis cazadores favoritos —¡ Lou ! — corro a mi compañera de aventuras y me le lanzo encima, la abrazo y ella me sonrié con cierto dolor. Tomo su rostro entre mis manos y hablo triste —Me preocupe mucho por ti, no vuelvas a hacerme eso.

—¿ Tú, preocupada por alguien más que no seas tú ? Eso es nuevo — ruedo los ojos ante las palabras de Jayden, volteo hacia él y sus ojos se detienen justo en mi hombro izquierdo. Se acerca serio y pone su mano sobre la gran mancha que ocupa todo mi hombro y parte de mi pecho —¿ Qué te sucedió allí ?

Me sorprende mucho su voz fría y seria —Solo tuve un encuentro algo desafortunado con una hembra de Pegaso, todo muy normal — solo el hecho de hablar sobre un animal que es mundialmente reconocido y que se cree una leyenda en mi dimensión, hace que ese tema sea todo menos normal —¿ Y qué ? ¿cuánto tiempo te quedarás ?

—Un par de días, mis heridas necesitan observación para asegurarse de que esos rayos no afectaran mis alas. En un par de días estaré fuera — compartimos una sonrisa antes de que note que los ojos de Jayden siguen sobre mi.

—¿ Qué ? — odio que me vea así, siento que me juzga.

—¿ Segura de que no necesitas una crema para eso ? — niego mientras me levanto de la cama de la rubia y sacudo mi ropa —Se ve horrible.

—Solo es un moretón gigante, color negro que me hace parecer un plátano maduro lleno de manchas — arreglo mi chaqueta para disimularlo un poco en lo que salgo de la habitación. Me despido de mi encamillada amiga y salgo de la enfermería, en menos de lo que pensé Jayden empieza a pisar mis talones —¿ No deberías quedarte con ella ?

—Tiene que reposar, además tengo cosas que hacer — bufo incrédula por su falta de importancia. Me cruzo de brazos mientras caminamos en silencio por el pasillo —¿ Y cómo era ?

—¿ La hembra ? — él asiente ansioso, suspiró. Realmente no puedo decir nada malo de ella, pese a que casi me deja en cama por dos semanas, en realidad no es su culpa —Tenía el pelaje de su dorso en un negro muy oscuro, pero su melena y cola eran blancas, sus ojos son color ámbar. Tenía una expresión de desprecio y enojo que jamás había visto, estaba de verdad furiosa.

Jayden suspira y baja la cabeza —Sé a que hembra viste, solo aléjate de ella y no te volverá a pasar.

Luego de dejarme con las grandes incógnitas sobre esa hembra y todo lo que le ha hecho a las personas antes de mi, Jayden se va rápido con la excusa de que tiene entrenamiento. Después de sentirme sola en el pasillo decidí terminar el recorrido con la Inquisidora, lo cual me llevó al ala de los dormitorios que esta al otro lado del edificio norte.

Él me eligió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora