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—Hoy es el gran día, el dia en el que los cazadores empiezan la competencia en la que van demostrar cuanto han mejorado en este año y lo poderosos que son — un señor ya bastante mayor se para en medio de la arena con por lo menos diez Inquisidores a sus espaldas incluida la de mi Academia. El señor sonríe con orgullo —Hoy honraran a sus antepasados y les demostrarán a los dioses de que están hechos.

Le da paso a nuestra Inquisidora y ella, tan recta y llena de soberbia como siempre, toma el micrófono —Ya saben las reglas, están permitidos los poderes, armas y la presión hasta que su oponente se rinda, todo aquel que reciba un ataque directo debe defenderse y si no lo hace morirá.

Un escalofrío pasa mi columna solo de pensar en los demás cazadores muriendo desangrados por no tener lo suficiente para esquivar un ataque directo, y yo iba a ser una de esas personas. Sé muy bien de lo que soy capaz y lo que puedo lograr, pero también sé que me hace falta práctica y no estoy al cien por ciento aún.

—Aquel que mate a su oponente sólo tendrá que cargar con su asquerosa conciencia, ya que el torneo es libre cada quien puede optar por rinderse antes o durante la competencia o si no morirá — creo que la Inquisidora ha dejado muy claro que el débil morirá, tal vez es una indirecta muy directa a mi. Todos abuchean en señal de que nadie va a rendirse por lo que ella sonrie —Bien, entonces que empiece el torneo.

Todo aclamaron a los primeros contrincantes, Will el chico que pude agrandar y achicar las partes de su cuerpo a gusto, y Tara la chica que puede lanzar rayos láser de sus ojos. Durante la batalla Rivers soltó uno que otro chiste sobre Will algunos sexuales y otro más ingeniosos. Quería reírme para que no se sintiera ignorado, pero la verdad es que el miedo estaba comiendome por dentro.

—Hey, está bien... — siento la mano de Jayden tomar la mía así que volteó a mi derecha y allí está, sonriendo con empatía algo que me asombra. Jayden no es alguien que sonría mucho y menos para consolar a las personas —Has trabajado mucho para mejorar en cuatro días, sé que puedes hacerlo. Pero si necesitas ayuda yo romperé las reglas para ayudarte.

Por alguna razón eso me pone muy nerviosa, pero no de miedo sino de un sentimiento bastante diferente, uno que se supone que no debería sentir hacia él por estar con Rivers. Aunque en mi defensa, no sé si estemos juntos. O sea nos hemos besado y encontrado algunas veces, pero no ha pasado de eso. No sé si deba decirle pareja o que estamos saliendo.

Cuando todos empiezan a gritar porque gano Will yo aprovecho para soltar a Jayden y rascarme la nuca muy incómoda. La batalla siguió hasta que solo faltaban cinco más, es allí cuando la pantalla frente a nosotros se ilumina mostrando a los siguientes en pelear. La gigantesca pantalla grande muestra a Max con duplicación física y Camelia mi amiga con Hipnoquinesis. Tapo mi boca de los nervios cuando la veo entrar a la arena en medio del Coliseo.

El chico empieza a convertirse en diez versiones de él que a menos que sea el original ella no podrá dañarlo, pero esto no es un problema para la rubia quien empieza a lanzar una especie de bolas de luz color celeste que tal vez sean fragmentos de sueños. Cuando una de esa bolas toca al original este se pierde un momento en lo que creo que es alguna pesadilla porque cuando despierta la mira con rabia, se duplica nuevamente y cada uno empieza a atacarla. Le hunden sus espadas, le rasguñan la cara e incluso llegan a apuñalarla una o dos veces en la espalda.

Veo desde aqui que Bear esta próximo a romper las reglas y sacar a Camelia, quien se ve derrotada por un momento y el chico está punto de cantar victoria y darle el último golpe junto a sus compañeros , cuando Camelia empieza a flotar y suelta una onda expansiva que me hace recordar mis sueños y me pierde por un momento. Cuando todos regresamos del trance vemos como la rubia sostiene una espada junto al chico inconsciente, todos reclamamos y nos levantamos de nuestros puestos. Bear entra a la arena y la sostiene para que no se caiga ya que esta muy débil.

Tras tres contrincantes más llegamos al último de todos, Rivers el chico ácido y Dalas el chico fantasmas. Ya se darán una idea de su poder, pero por si acaso puede proyectar fantasmas a la batalla. Obviamente Rivers gana y el chico termina con una quemadura por ácido en la cara que necesitará tratamiento con perlas, al final del día terminamos de comer y me despido de Rivers pero no voy a dormir.

Paseo un poco por las instalaciones con Jayden, quien peleará mañana.

—Tu novio es muy bueno... — lo miro con ganas de decir que no es mi novio, pero la verdad es que me gusta como suena. Asiento sin más y Jayden ríe con sarcasmo —Dalas estará en la enfermería por más de cuatro días, pero estará bien.

—Fue muy valiente, yo huire si me toca alguien como él o mucho peor — reimos un poco porque ambos sabemos que es verdad, soy valiente hasta cierto punto. Sin querrer rozó su mano por lo que tenemos un momento incómodo en el que nuestras miradas se cruzan —¿ Tienes alguna idea de quién puede ser tu contrincante ?

—Solo espero que sea mi hermano para poder cerrarle su egocéntrica boca y demostrarle que soy mucho mejor que él — esa rivalidad con su hermano mayor está permitiéndome ver como es Jayden en realidad, siempre se mantiene serio y frío ante cualquiera pero cuando se trata de su hermano no puede evitar decir todo lo que siente. Lo odia y eso no va a cambiar —No sientas miedo por tu contrincante, nadie es mejor que tu.

—No lo creo...

—Okey, ya basta — toma mis mejillas y me obliga a verlo a los ojos, esos hermosos ojos azul marino. Su repentino contacto me hace estremecerme, la intensidad en su mirada me pone en un trance del que no creo poder salir —Estoy harto de que te menosprecies y te dejes llevar por lo que dicen idiotas como mi hermano, tu eres mucho más poderosa de lo que ellos creen y tienes que estar segura de eso. No hay cazador más agil, rápido y poderoso que tu, así que deja de temer y empieza a actuar como la Elegida.

Okey, eso fue excesivo...

No sólo me subió el anima sino que también me regañó por ser una llorona motivandome como el líder que es, obligándome a dejar de tener miedo y empezar a actuar como la Cazadora que me está enseñando a ser y eso me hace sentir valiente y suficiente. Salto a sus brazos y le doy el abrazo más fuerte que le he dado a alguien solo que él no lo siente por la superfuerza.

—Eres el mejor entrenador de esta dimensión y un increíble amigo, Jayden Loghan — le doy un corto beso en la mejilla y él sonrié en respuesta. De repente siento que algo no está bien, como que la atmósfera se siente más pesada como si algo estuviera presionandome, claramente Jayden no siente nada —Debo irme, pero gracias por motivarme.

Me despido y empiezo a correr sin rumbo o más bien mis piernas saben hacia donde, pero yo no tengo ni idea.

Darío ¿ Qué está pasando ? — le pregunto a la única persona capaz de hacer esto y él se encoge de brazos sin saber que decir, solo espero que mis extremidades no me estén llevando a una muerte segura. Después de como diez minutos corriendo a la nada llego al centro del bosque que rodea el Coliseo —¿ Dónde estamos ?

Los árboles se mueven con algo de agresividad por la brisa que hace en esta dimensión y la oscuridad se extiende por kilómetros, esta tan oscuro que me obliga a utilizar algo de mi poder luminoso para ver mejor. Recorro el lugar tratando de averiguar porque mi cuerpo me trajo a este lugar sin avisar hasta que siento un empujoncito en mi espalda.

—Estas aquí... — me sobresaltó al escuchar la voz de Scott a mis espaldas y sin querrer lo ciego con la luz que emana de mi mano izquierda —¡ Tranquila, tranquila !

—Scott, perdóname no sabía que eras tu — reviso alrededor de sus ojos por si le dejé alguna marca y agradezco que no sea así. Sonrio —Aunque en mi defensa, ¡¿ Quién demonios habla a las espaldas de alguien en medio de un bosque tenebroso ?! Es estupido.

—Yo no planeaba asustarte, pensé que tu me habías llamado — lo miro confundida y él señala algo tras de sí. Cuando veo mejor me encuentro con mi hermosa Pegaso a sus espaldas con un semblante serio que cambia en cuanto me ve a uno muy feliz —Llegue y ya estaba aquí, parecía muy alterada; no ha parado de hablar desde que llegué.

—¿ Qué sucede bonita ? —acerca su cabeza a mi para animarme a poner mi mano sobre ella. Sonrio divertida —¿ Quieres mimos, eso es ?

Levanto la mano y en cuanto tomo su frente mis ojos se pone en blanco y me pierdo en la inmensidad de su mente...

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Él me eligió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora