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Su boca se abre y cierra sin saber que decir, sus manos se aprietan a los lados de su cadera y puedo ver cierto temor en sus ojos. Veo como su cuerpo empieza a brillar en una mezcla de azul, de tristeza; y negro, de temor.

—¿ Qué es ? — vuelvo a preguntar para incentivarlo a que hable de una vez. Es como si todo a nuestro alrededor hubiera desaparecido y solo quedáramos nosotros dos, pero no se siente como yo quisiera.

Debería sentirse romántico y lindo como en las películas, cuando los protagonistas se ven a los ojos durante un largo tiempo solo pensando el uno en el otro hasta que todos a su alrededor desaparecen y todo se vuelve inaudible para sus oídos, solo ellos dos y su amor. Pero en cambio, me siento como si el temor en su mirada empezara a molestarme al punto de no poder centrarme en nada más.

—No... no creo que sea buena idea hablar de eso ahora — intenta darse la vuelta para volver a ver el juego, pero se lo impidió. Llega un momento en que sin darme cuenta el balón está próximo a mi cara —Cassidy...

Detengo la pelota con mi mente y giro hacia la cancha, todos me miran con sorpresa y expectativa. Frunzo el ceño de muy mala gana y lo lanzo a el arco de los lobos haciendo que los silvestres ganen y así el juego termina. Todos me agradecen antes de abandonar el patio, dejándome ahora si a solas con Jayden.

—Creo que ahora sí es un buen momento... — ladeo la cabeza y él suspira, empezando a caminar a el bosque. Lo sigo en silencio, imaginando me lo que puede ser como para que este tan incómodo con el asunto.

Tal vez es porque le gustas... — pongo los ojos en blanco por las estupideces de Darío —O sea piénsalo, esta nervioso y tiene miedo. Esta sudando por lo que debe ser algo muy importante ¿ y que más importante que sus sentimientos salidos de control ? Esta más que claro que no quiere sentir nada por nadie y tu rompes esa regla.

Te he dicho que dejes de divagar, estás volviéndome paranoica — intento no pensar en las tonterías que dice, cada una de esas estupideces que lleva diciendo desde hace más de una hora —Yo creo que debe ser algo sobre Penny y su relación con él.

Darío está dispuesto a responder cuando una edificación pequeña aparece en nuestro radar. Parece una pequeña capilla en ruinas, mal pintada y con la puerta a medias. No parece ser un lugar muy seguro.

—¿ Qué es esto ? — pregunto al ser obligada a entrar, me abrazó a mi misma cuando una corriente de miedo pasa mi columna. Jayden toca un boton entre dos ladrillos que hace que la puerta se tranque en obligación —¿ Ahora sí vas a matarme ? Recién me vuelvo cazadora y ya no me necesitas...

—No voy a matarte... aún — lucho contra mis impulsos de gritar cuando las luces de el lugar se prenden solas y hacen que este empiece a cambiar a uno más moderno y limpio. Todo lo contrario a lo que era hace un minuto y mucho más grande de lo que parecía desde afuera. Un pasillo se extiende ante mi y parece no tener fin —Bienvenida a el museo Cazador, donde habitan los recuerdo más importantes de la institución.

—Es algo bastante ingenioso lo de las luces... — avanzo mientras balbuceo y miro un todos los cuadros.

—Es porque en este lugar están artefactos demasiado peligrosos y que podrían ponernos en peligro, por lo que solo está permitido para algunos líderes y la Inquisidora — me sigue con las manos tras de su espalda y con su voz algo seca —Lo que significa...

Él me eligió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora