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Cassidy

En definitiva no estoy bien...

—Levántate — la voz de Darío suena tan vacía que siento como su molestia puede atravesar mi cuerpo. De repente aparece justo frente a mi —¡Dije que te levantes!

—Basta Darío, solo... Para — no puedo siquiera alzar la vista para confrontarlo. Me siento tan vulnerable ante él.

Gracias a las muñecas sujetas a dos cadenas y las rodillas apoyadas en el frío suelo, no puedo ni siquiera levantar la mirada. Me siento tan estúpida. Deje que mi bondad y mi estúpido corazón gobernaran mi sentido y no pude adivinar el daño que podrían llega a hacerme. Nunca se me paso por la mente el plan que tenía Nyx, jamás me imaginé que ella podría hacerme esto. Venderme para morir.

¡Te dije que ellos no eran tus amigos, que ni siquiera debíamos llevarlos a esa misión. Te lo dije y nunca me hiciste caso y ahora mira donde estamos! — abre las manos para señalar la enorme habitación que solo tiene un inodoro y una cama. La ira de Darío hace iluminar toda la sala de rojo carmesí —¡Vamos a morir y todo por tu estúpido corazón!

No me atrevo a decir nada. ¿Para qué? Si él tiene razón. Todo esto es mi culpa, vamos a morir por mi culpa.

La puerta de la habitación se abre, produciendo un sonido horrible al deslizarse por el suelo. Rápidamente Darío se para junto a mi, aunque la persona que entra no puede verlo. La Jefa de Melanie entra, acompañada de la misma y tres hombres. Todos me miran con la misma expresión en sus rostros. Esperanza.

—Levantenla — al escuchar la orden dos de los hombres jalan de mis cadenas, obligándome a ponerme de pie. Al momento en que pongo mi peso sobre mis rodillas siento como el dolor recorre mi cuerpo —¿Lo sientes?

Oh, claro que lo hago...

El dolor hace que mis piernas tiemblen, pero no soy capaz de volver al suelo. Las cadenas aprietan tanto mis muñecas que siento que si hago un movimiento brusco me rompere en dos. Nunca había sentido tanto dolor en mi vida, ni siquiera dolor emocional. Ellos han estado torturandome, obligándome a estar de pie durante día y noche, reproduciendo un sonido horrible que no me deja dormir y apretando tanto las cadenas que la sangre llega a correr por mis brazos.

Aquí adentro conocí el infierno en vida. Tanto que he llegado a querer morir solo para acabar con esto.

—Esto no es ni la mitad de lo que a Academia hizo con nosotros. Con mis amigos y conmigo — la rubia habla con tanta furia que su tono que hasta llega a asustarme por mi destino, pero nada puede ser peor que esto —Pero tranquila, ya llegaras a sentirlo...

Hace una señal y rápidamente Melanie empieza a caminar hacía mi. Sus ojos se encuentran con los míos y puedo ver un ademán de tristeza en ellos, hasta diría que puedo ver vagamente su aura. Mis poderes están fallandome, llevo tanto tiempo recibiendo dosis altas de Sulei que soy incapaz de estar junto a Darío más de un par de horas al día. Ellos se han encargado de que no pueda recuperarlo completamente, para que eso no influya en mi estadía aquí.

Estoy tan cansada, me siento tan débil que si no fuera por estas cadenas creo que ya estaría en el suelo. Me han agotado tanto física como mentalmente a un punto que no sé quién soy y ya ni siquiera creo que puedan encontrarme. Cuando llegue aquí estaba segura de que Jayden le sacaría información a Nyx y que no pasaría aquí más de dos horas, pero me equivoque.

Hoy cumplo dos semanas en este hueco. Dos semanas de llorar por mi vida, gritar hasta más no poder y sentir dolor hasta un punto inimaginable. Dos semanas fue el tiempo suficiente para perder las esperanzas. Para este punto ya no confío en nada. Estaré aquí por siempre.

Él me eligió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora