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Eso fue muy extraño, durante minutos muy largos nos quedamos en silencio hasta que la Inquisidora lo rompe —Ignora a Mabel, no sabe lo que dice.

Algo en su voz no me deja muy tranquila, parece estar claramente mintiendo ¿ pero porqué ?

—Tranquila, todo estará bien...— siento la mano de alguien tomar mi hombro, me giro rápido y allí está. Una chica con los ojos amarillo brillante, los labios de un rojo oscuro natural y y su pelo castaño. La observo acariciar mi hombro —Te sientes triste, irritada y muy preocupada, pero quiero que sepas que esta bien lo que sientes. Todo tu mundo está patas arriba, Louise está herida y Jayden... te preocupas por él.

Abro los ojos sorprendida y la alejo de mi, hablo nerviosa —Si, bueno. Gracias muy amable — empiezo a tartamudear mientras por alguna razón sacudo mi ropa, como si estuviera llena de polvo —Preferiria que para la próxima no leas mis emociones, gracias.

—Perdonala, no se controla — un chico alto, con algo de barba y unos hermosos ojazos blancos. Se detiene frente a mi y me guiña uno de sus ojos —Aquí nadie tiene control en sí mismo, en especial yo.

Iba a reírme por sus palabras, cuando de repente siento como un escalofrío. Siento una corriente y sin pensarlo detengo algo en el aire —¡ Auch ! —miro impactada como el aire se queja de dolor, el chico se hace visible frente a mi. Sonrió con una ceja alzada —Eres fuerte, Elegida.

—Y tu muy tonto — suelto la mano que le tengo agarrada a lo que el chico me sonrie —No es muy inteligente tratar de asustar a quien no conoces.

—Es uno de sus muchos dones, molestar y hacerse invisible — el chico frente a mi me sonrie y yo le hago una mala cara. Me volteó a la inquisidora pero ella ya no esta, se esfumó sin más —Ella también hace mucho eso. Que deseducados somos, ni siguiera nos hemos presentado.

—Soy Lila — la chica de la empatía me mira sonriente —Lamento ver tus emociones, aveces lo hago sin permiso.

—Yo soy Rivers — el chico de la barba y el don letal me mira con carisma y superioridad. Creo que no se entera de que soy más letal que él en muchas maneras —Puedo llenarte de sustancias ácidas en menos de un segundo, al nivel de convertirte en Chernóbil.

—Yo soy Timothe — el señor asustador se presenta y suspira —Recordaré no hacerme invisible cerca de ti.

—Te lo agradecería — ladeo la cabeza cuando se hace invisible y lo veo irse entre toda la gente. Siento unos ojos concentrados en mi y es cuando noto que una chica de apariencia sombría se acerca a mi y se queda mirándome, examino mi cuerpo a ver si tengo algo pero no es así —¿ Qué ?

—Era muy lindo... — la miro confundida, ni siguiera sé si me esta hablando a mi. Se acerca y me mira triste pero con una dulce sonrisa —Guidion, era muy lindo.

Mi rostro cambia de estar confundido a estar muy serio —¿ Cómo sabes de él ? — Guidion era mi conejo cabeza de León, me lo regalaron cuando cumplí cinco y murió hace seis años. Mis ojos se inundan con el aún fresco recuerdo del día que lo perdí —¿ Quién te habló de él ?

Hace un ligero movimiento de manos y de repente una pequeña luz blanca pasa saltando entre los demás. La miro atenta y esta empieza a cambiar y a amoldarse en la diminuta figurara de mi mascota infantil. Sus ojos azules brillan y sus pelitos esponjosos se mueven a medida que salta hasta mi, llega a mis pies pero no se queda, solo sigue su campo hasta desaparecer por arte de magia.

A todo esto ya había empezado a llorar, miro a la chica y sonrio entre lágrimas —Gracias...— la muerte de mi conejo fue la cosa que más me dolió en este mundo, solo desperté a la mañana siguiente y él ya no respiraba. Fue horrible verlo sin vida a mi lado —Muchas gracias...

Él me eligió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora