Desordené mi cabello con ambas manos, cogí aire y exhalé.
Esto no es normal.
Miré la puerta y esta se movía de atrás hacia delante al haber salido esta chica extraña por ella.
- ¿Cómo es que...? ¿Cuándo...? -quise decir todas mis preguntas en voz alta aún sin superar lo ocurrido, pero no me salía ni una sola palabra para terminar de formular. Primero trató de matarme o darme un infarto, no sé qué es lo que planeaba hacer conmigo, pero agradecí que no me haya asesinado. Luego me hice cómplice de esta ¿para qué? Para robar nada más y nada menos que chocolate, que por cierto, ¿qué piensa hacer con tantas tabletas? Si pensaba comérsela ella sola, acabaría yendo al baño, de seguro cada dos por tres. Lo que no entendía para nada era cuando mencionó a las matonas. ¿A quién se quiso referir? Más tarde comentó que me lo compensaría, pero ¿cómo? No sabía su edad, su nombre ni a donde iba.
Perfecto Eileen, has sido cómplice de una chica que quería robar un montón de chocolate para hacer a saber qué.
Caminé un poco acercándome a la tabla de metal tratando de ver que pasó detrás del cristal. No pude apreciar a ver nada, así que mejor será seguir el camino para ver a Dante y comentarle lo ocurrido.
Puse mi mano derecha en mi cuello y caminé despacio hacía la otra salida. ¿Será que volveré a verla? Moví la cabeza de un lado a otro despacio tratando de quitarme a esa chica de la cabeza. No quiero saber nada acerca de ella, que se quede con sus problemas y que arregle lo que sea que tenga con esas matonas.
Quité la mano del cuello y tomé el pomo de la puerta, hice un poco de fuerza y empujé la puerta. Al salir del comedor respiré hondo, miré mi mano y veía como mis dedos estaban temblando. Menudo susto me dio y lo peor, podía haberme metido en un gran lio si nos hubiesen pillado. Menos mal que no había nadie cerca para apreciar lo que he visto.
Junté las manos despacio entrelazando mis dedos, respiré hondo y traté de borrar lo ocurrido de mi cabeza. Andaba despacio mirando al frente, sin fijarme en algo en específico. Contuve la respiración al oír algo que provenía del comedor, sin dudarlo, aligeré el paso llegando a las escaleras. Miraba hacia atrás cada dos por tres por si salía alguien del comedor, pero me detuve cayendo al suelo cuando mi cuerpo tropezó con el cuerpo de otra persona.
- ¡Lo siento! -mis ojos se cerraron por completo al sentir el impacto contra el piso.
-Tranquila, lo siento también yo, debí fijarme bien al doblar la esquina. No le escuché. -quien me dijo esto fue la voz de un hombre.
Abrí los ojos despacio mirando mis piernas y apoyando mis manos en el suelo para poder levantarme. Dejé de mirar las piernas cuando una mano se interpuso en mi vista. Alcé un poco la mirada y un chico de pelo rosado de ojos grises me sonreía aun extendiendo su mano. Le dediqué una sonrisa algo forzada y tomé su mano. Hizo fuerza y me levantó del suelo.
-Gracias. -le dije apartando mi mano rápidamente de la suya.
-No las des. ¿Estás bien?, ¿te has hecho daño? -se inclinó un poco para mirarme a los ojos, era bastante alto y para poder mirarlo tuve que elevar mi barbilla para mirarlo directamente.
-Tranquilo, estoy bien. -puse mi mano derecha en mi brazo izquierdo acariciándolo despacio.
-Está bien. -sonrió un poco más mostrándome sus dientes perfectamente blancos y sus colmillos bien definidos. -Parece que eres nueva, ¿no?
Asentí varias veces apartando la mirada intentando doblar la esquina, ya que aún escuchaba los ruidos que procedían del comedor.
-Soy Axel, por cierto. -me hablaba tranquilo.
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El Internado Horspeen I.
Mystery / ThrillerUna chica nueva llega al internado Horspeen con la ilusión de conocer a más personas de su edad y estudiar como una chica normal, alejada de los lujos y las asfixiantes restricciones de su madre. Sin embargo, Eileen no espera que el internado al qu...