Capítulo 57.

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Andamos a paso ligero una vez salimos del gimnasio. Como dijo Axel, algunos alumnos comenzaron a entrar una vez lo dejamos bastante atrás.

-Por poco. -dijo él.

Asentí mientras me guardaba en el bolsillo derecho el trozo de papel.

Al fondo, vimos como Ross y Alexa seguían tumbados en la sábana mientras alzaban las manos.

- ¿Os disteis una siesta? -pregunté sentándome al lado de Alexa.

Ella abrió los ojos y los entrecerró.

- ¿Por qué habéis tardado tanto?

- ¿Y por qué habéis venido desde el gimnasio? No os vimos salir del internado. -expuso Ross.

Axel y yo nos miramos. En un acto rápido, saque él trozo de papel y se los enseñé.

Ellos dos se reincorporaron y no dejaban de guiar sus vistas del papel a nosotros.

- ¿Qué es eso? -preguntaron a la vez.

-Axel y yo, salimos un momento al patio interior y no creerán lo que nos pasó.

- ¿El qué? -preguntó Alexa mirándome fijamente.

-Encontramos una puerta, no tiene nada que ver con el cuarto piso según Eileen, pero nos llevó hasta la habitación donde guardamos el material de deporte.

-Luego de mirar que había, encontramos una caja donde había papeles con la empresa de alimentación.

-Apartamos una caja y encontramos la misma escotilla que hay en el cobertizo.

-Y al fondo, encontramos este papel, pero no sabemos qué es exactamente. ¿A vosotros os suena estos números? -pregunté mirándolos.

Ellos nos miraban boquiabiertos y sin pestañear.

- ¿Estáis bien? -peguntó Axel.

- ¿Por qué no me gritaste? -preguntó Alexa mientras se me abalanzaba a mí- ¿Y si te hubiese pasado algo?

-Tranquila Alexa, que estoy bien. -respondí colocando mis manos en sus hombros tratando de separarla.

-Eh, chicos. -intervino Ross cortante.

- ¿Qué? -preguntamos Alexa y yo a la vez.

Cuando alzamos la mirada, vimos como uno de los guardaespaldas de Dante estaba a milímetros de nosotros con las manos cogidas.

-Buenas tardes, señoritos. -dijo Ragnar.

- ¿Siempre nos vas a asustar con tu presencia o qué? -preguntó Alexa llevándose una mano al pecho. -Ponte una campana o algo para que sepamos que eres tú.

-No vendría mal, nos confundes con el otro señor. -expliqué mirándolo mientras quitaba a Alexa de encima.

Él carraspeó y asintió.

-Discúlpenme, pero venía a deciros que hay alguien esperándoos.

Al decir que nos esperaban, no dudé en levantarme rápidamente y correr hasta mi habitación.

- ¡Eileen espéranos! -gritaba Alexa cogiendo la sábana.

Lo sentía por dejarlos atrás, pero necesitaba saber si se encontraba la persona que tenía en mente en la estancia.

Subí de dos en dos los escalones mientras, apresurada, buscaba la llave en mi bolsillo contrario. Una vez llegué arriba, metí la llave en la cerradura y abrí la puerta viendo como Dylan miraba tras la ventana. Sentí un escozor en mis ojos como si tuviesen ganas de llorar.

El Internado Horspeen I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora