Capítulo 42.

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Miré a Ross y este me miraba sin saber que hacer, aparté la mirada y al ver que Begoña seguía ahí, le hice una señal para que no saliese.

A los segundos de que colgase la llave en el tablero y desapareciese por la entrada de la cocina, moví la mano rápidamente para que viniese. Ross no lo dudó dos veces y salió del escondite colocándose a mi lado.

- ¿Qué hacemos ahora? -preguntó.

-Tenemos dos opciones. Coger la llave o agarrar un cuchillo y forzar la cerradura.

- ¿Sabes hacerlo?

-La verdad es que no, ¿y tú?

-Pues tampoco.

-En ese entonces tendremos que coger la llave. -dije señalando el tablero.

- ¿Como se supone que lo vamos a hacer?

-Tu eres el más ágil, así que te toca ir a por ellas.

- ¿Y si me descubren?

-Mala suerte. -respondí encogiéndome de hombros.

-Muy bien, pues como no quiero que lo hagan, te toca ir a ti.

-Eh no, deja de lloriquear, levántate y apresúrate en coger esa llave.

Él bufó rodando los ojos y miró la estancia.

-Pienso decir que fuiste cómplice como me descubran, Eileen.

-Que si Ross, date prisa, nos están esperando a fuera.

Se separó de mí y corrió hasta el tablero, apartó unos papeles colgados y agarró la llave.

Miré rápidamente hacia la puerta cuando oí un golpe dando en esta. Manteniendo la respiración, devolví la mirada a Ross y este volvió a esconderse junto a mí.

- ¿Qué fue ese sonido? -preguntó tenso.

-No lo sé, puede que sea de nuevo ese señor.

-O que haya sido Alexa.

Le tapé la boca con mi mano derecha cuando vi pasar por delante nuestra a una mujer que se dirigía a la puerta. Ella al intentar abrirla y ver que estaba cerrada, se dirigió al tablero, pero se quedó petrificada cuando no vio la llave. Rápidamente salió por la entrada llamando a Begoña.

-Aligérate Ross, es ahora o nunca, abre esa maldita puerta. -dije soltándole.

- ¿Estás loca? Como salgamos nos va a encontrar y no quiero morir en las manos de una señora sacada del ejército.

Apreté mis manos, ladeé la cabeza apretando la mandíbula y le arrebaté la llave. Salí del escondite y me apresuré en abrir la puerta.

Me puse más nerviosa cuando oí como Begoña gritaba.

Tragué saliva y cerré los ojos por unos segundos al no encajar la llave en la cerradura, oí como ese bullicio se apresuraba y al abrir los ojos, la llave ya estaba dentro de la cerradura. Respiré hondo y abrí la puerta de un empujón.

-Cuanto habéis tardado. -decía Alexa mirándose las uñas.

-Tiraste una piedra contra la puerta para ayudarles. -decía Axel- Una piedra Alexa.

-No es el momento ahora, corred. -dije aligerando mi paso mientras doblaba la esquina derecha.

- ¿Qué se supone que pasa? -preguntó en voz alta Alexa.

-Viene Begoña. -le respondió Ross mientras me alcanzaba.

Oí como los pasos de ellos impactaban contra el césped, pero me alarmé cuando escuché que unos me pisaban los talones. Giré levemente y para mi asombro, vi a Alexa correr más rápido que Ross tomando la delantera del grupo. Iba la primera, alucinante.

El Internado Horspeen I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora