-El jefe comentó que debíamos aprovechar las mañanas para hacer vigilancia. -decía una voz hostil.
-Lo sé, pero se olvida que tenemos más responsabilidades antes que dar vueltas por el internado. -respondió otra voz aún más grave y severa.
-Es una orden, si el jefe insiste en que hagamos guardia, tendremos que hacerla sin rechistar. -insistió el otro.
Pasé a mirar a Alexa, quien seguía teniendo su mano puesta en mi boca. Ella miraba las prendas con seriedad hasta pasar la vista de inmediato afuera, al escuchar una puerta abrirse.
Debido a la posición en la que la cesta se encontraba, frente a la puerta de la secretaría, vimos a los dueños de las voces. Se trataban de Travis y uno de los guardaespaldas de Dante, por un momento creí que podía ser Ragnar, pero lo descarté al escucharle hablar.
-Hoy viene la madre de la alumna Grifling, ya sabes que tienes que hacer. -decía Travis.
-Sí, solo tengo que estar atento a la conversación.
Alexa quitó la mano de mi boca para luego poner la mía de inmediato al oír ese comentario.
¿Cómo que va a escuchar? Esa conversación es privada, no puede hacer eso.
Quizás no se refieren a mí, pero mi apellido es muy poco común. Aparte, si estaba en lo cierto de que aquello que vi era un chip, seguro escucharon que mi madre vendría. Por lo que era muy probable que hablasen de mí.
El enfado iba apoderándose de mí, sentía como una oleada de fuego recorriese mis venas, como si en cualquier momento estas fueran a acabar en llamas.
Una de las cosas que también odio es que escuchen conversaciones ajenas y más en este caso, ya que necesitaba que la única que escuchase fuese mi madre.
-Procura no levantar sospechas en la niña. -advirtió Travis.
-Lo sé. -comentaba el guardaespaldas- Pero primero es lo primero, debes coger los informes, ya avisaré más tarde a Clara que fueron entregados.
Travis se acercó a la mesa y agarró los papeles que anteriormente estaba echándole un vistazo.
Encima, se llevan la prueba que le podría ofrecer a Ross para mostrarle si William seguía vivo o no, dependiendo de que pusiese ahí. Si lo hubiese cogido, podríamos haber conseguido algo de información al haberlo leído entero.
Lo bueno que se puede sacar de esta situación, al fin y al cabo, es que no nos descubrieron.
Alexa fue la primera en salir del cesto e hizo guardia para que saliese tranquila de esas asquerosas prendas, sin embargo, en esta vida nunca es tan fácil. Al salir, mi pie quedó enganchado con una de las mangas y provoqué que la cesta cayese creando un gran ruido en aquel agradable silencio.
Ella me echó una mirada terrorífica y yo quería que la tierra me tragase, por segunda vez. No debo ni siquiera alegrarme mentalmente porque visto está que meto la pata.
Rápidamente, las dos buscamos un nuevo escondite hasta que ella me agarró del brazo y nos metió en uno de los armarios. Gracias a las prendas que colgaban de las perchas, nos ayudaron a camuflarnos un poco.
Ambas nos pusimos tensas al ver como la luz del almacén se encendía.
- ¿Entraste en algún momento? -preguntaba Travis mirando la cesta caída.
-Estuve todo el rato a tu lado, ¿cómo quieres que entre?
- ¿Entonces cómo se cayó?
-Puede que haya sido por el peso de la ropa. -dijo el guardaespaldas agarrando algunas prendas. -Clara debió haberlas colocado mal y no aguantaron el peso.
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El Internado Horspeen I.
Gizem / GerilimUna chica nueva llega al internado Horspeen con la ilusión de conocer a más personas de su edad y estudiar como una chica normal, alejada de los lujos y las asfixiantes restricciones de su madre. Sin embargo, Eileen no espera que el internado al qu...