Capítulo 38.

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-El señor director me comentó que necesitarías hablar sobre el problema que surgió ayer. -decía ella- Puedes estar tranquila. Mi nombre, por cierto, es Katie Roberts.

Estábamos rumbo de la habitación donde se suponía que me iban a hacer las preguntas, al parecer se encontraba al fondo del pasillo.

-Antes de entrar, necesitaré que te hagan un chequeo por si estas en las condiciones adecuadas para responder.

No pude evitar mirarla mientras fruncía el ceño.

- ¿Por qué chequeos?

-Tranquila, no te dolerá. -dijo pasando una puerta blanca para dar paso a otra puerta blanca.

Cuando la abrió, rápidamente reconocí que era una enfermería. Había camillas colocadas enfrente de otras y grandes cortinas de color azul decoraban la estancia.

- ¿Emma? ¿David? -preguntaba Katie- ¿Dónde estáis? Os traigo una nueva paciente.

Una chica de cabello rubio y ojos azules apareció en el pasillo al doblar hacia la derecha.

-Oh Katie, que chica más linda me has traído. ¿Qué puedo hacer por ella?

-Necesito que le hagáis un chequeo rápido, Dante me comentó que debía hacerle unas preguntas.

-Claro, enseguida te la llevamos. -dijo la chica rubia.

Katie se marchó y Emma se acercó a un perchero para agarrar una bata blanca.

-Bien, siéntate aquí. -dijo señalando una camilla.

Sin saber porque me lo iban a hacer, hice caso.

-David, tráete la aguja del número dos por favor.

Al oír la palabra aguja me tensé.

- ¿Para qué es la aguja? -pregunté nerviosa.

-Oh tranquila, forma parte del chequeo, no te dolerá.

Un chico alto de piel trigueña y de pelo castaño apareció con una aguja. Sin embargo, se detuvo al verme.

Pasé a mirar a la chica y esta estaba dándome la espalda agarrando un utensilio. El chico, miró a Emma y dio media vuelta.

-Bien ¿estás relajada? -preguntó mientras se acercaba con un termómetro.

Asentí y ella me colocó el termómetro en la boca, mientras la miraba de reojo, vi cómo me ponía un tensiómetro.

Al cabo de segundos, David regresó. Se puso a mi lado y una vez me retiraron el tensiómetro y tomaron apuntes, me hincaron la aguja en el brazo izquierdo. Por otro lado, Emma me retiraba el termómetro.

- ¿Por qué me ponéis esto? ¿Mis padres lo saben? -pregunté.

Ninguno de los dos contestó y siguieron apuntando en una libreta a saber que datos.

- ¿Hola?

-Ya estas lista, puedes regresar con Katie. -dijo Emma.

David colocó un trozo de algodón en mi brazo.

-David, acompáñala a que vaya con Katie. -decía la rubia mientras se daba la vuelta.

Al salir, el chico me llevó hasta la clase más cerca. Se aseguró de que estuviese vacía y dejó la puerta entreabierta.

-Saben lo que estáis planeando Eileen, -decía rápido- debes intentar responder solo las preguntas que te haga respecto a lo que pasó ayer, ¿vale?

Parpadeé varias veces sin entender.

- ¿Qué se supone que estamos planeando?

-Sé que entrasteis al cuarto piso, os oí junto a Katie mientras hablabais con vuestro profesor. Si contestas más allá de las preguntas que se salgan del tema de ayer, tú y tu grupo estaréis en peligro.

El Internado Horspeen I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora