En el camino hasta el patio exterior fue extrañamente silencioso. No se escuchaban alumnos y parecía como si todos hubiesen desaparecidos, porque no nos encontrábamos con nadie.
Una vez más, sentí un mal presentimiento.
Fuera, no había nadie por lo que decidimos ir rápido hasta los arbustos y escondernos durante unos segundos allí.
- ¿Alguien más está nervioso? -preguntó Axel.
- ¿Qué dices de nervioso? Respira adrenalina hombre. -respondió Alexa.
Rodé los ojos y Ross fue el primero en cabeza para dirigirnos al cobertizo.
- ¿Recuerdas dónde está el vehículo Dylan? -pregunté en un susurro.
-Sí, no se preocupe señorita Eileen.
Durante el trayecto, me hinqué varias piedras en las palmas de las manos, pero no fue ningún impedimento como para regresar y anular la investigación.
Ross alzó la mano y los cuatro nos paramos en seco.
-Agáchense y no abran la boca. -pidió Ross.
Todos nos tumbamos y miramos como, tres pares de zapatos, se paraban cerca nuestra.
- ¿Cogió la llave? -preguntó un señor de voz arisca.
-Obviamente, señor. -respondió otra voz grave de hombre.
-Dejen de pararse cada instante y apresúrense, al jefe no le gusta que le hagan esperar. -decía una voz femenina.
-Abra la puerta pues. -respondió la misma voz que preguntó por las llaves.
Pude reconocer los zapatos blancos de Begoña, pero los otros dos eran negros pulidos, por lo que no pude saber de quienes se trataban a simple vista.
Sentí como me acariciaban la mejilla, miré hacia abajo para saber de quien se trataba y tuve que contenerme un chillido. Menos mal, Dylan se percató de mi angustia y apartó la araña que trepaba por mi mejilla.
Odiaba los insectos con todo mi ser.
Alexa miró hacia atrás mientras elevaba ambas cejas, como respuesta negué con la cabeza y miré hacia el frente. Rápidamente, sentí la mano de ella pasar por mi cara, la agarré y la aparté.
¿Qué hace?
Vi como retrocedía poniéndose a mi lado.
- ¿Esos no eran los que vimos cuando me enseñaste el cuarto piso? -susurraba a mi lado.
Abrí los ojos algo asombrada cuando vi, entre hojas, a los hombres. Tenía razón, se trataba de ellos, era fácil de distinguir porque uno de ellos seguía llevando el mismo gorro. Lo que más llamó mi atención fue, como Begoña llevaba cinco cajas hasta que se adentró al cobertizo.
Esperamos unos minutos hasta que la puerta se cerró.
- ¿Qué hacemos ahora? -pregunté.
- ¿Entrar? -preguntó irónica Alexa.
-Esperemos un rato más, no sabemos si Begoña habrá bajado con ellos o se ha quedado haciendo guardia. -respondió Axel.
-Llevaba unas cajas, no creo que se haya quedado haciendo guardia.
-Tal vez sí, las dejó a un lado y bajaron. -añadió el pelirrosa.
-No quiero encontrarme de frente con ella en el caso de que esté haciendo guardia. -dijo Ross retrocediendo.
-A mí no me mires. -replicó Alexa mientras hacia la misma acción que Ross.
-Iré yo entonces. -dijo Dylan.
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El Internado Horspeen I.
Mystery / ThrillerUna chica nueva llega al internado Horspeen con la ilusión de conocer a más personas de su edad y estudiar como una chica normal, alejada de los lujos y las asfixiantes restricciones de su madre. Sin embargo, Eileen no espera que el internado al qu...