Capítulo 36.

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Una vez llegamos, Dante le dijo al guardaespaldas que nos acompañaba que no entrase. Este le hizo caso y se quedó esperando a fuera.

Dante cerró la puerta y se quedó de pie observándome.

-Señorita Eileen ¿podría explicarme que sucedió?

Miraba el suelo conteniendo mi rabia.

No podía hablar, todo ocurrió en tan poco tiempo que no entendía absolutamente nada.

Dante suspiró y se sentó en su escritorio.

-Señorita Eileen, como entenderá esta conducta no es tolerable en el internado. Le estoy preguntando qué sucedió para no hacer caso a mis teorías, por favor, dígame que ocurrió allí arriba.

Mis palabras querían salir para explicarle todo, sin embargo, mi cerebro no daba la orden para que saliesen.

-Si no responde me temo que será enviada de nuevo a casa, como usted vino por decisión propia no habrá problemas. -decía ordenando su cabello despeinado- A no ser que sus padres no toleren que sea enviada de nuevo y sea llevada a cualquier otro lugar.

Mis ojos se abrieron por completo cuando le escuché decir esto último.

-Lo que no me parece justo es que me tenga que decir esto a mí sin tener la culpa. -dije apretando mis manos.

- ¿No es su culpa?

-No la es, señor director. Salí de mi habitación porque escuchaba escándalo en el piso superior y encontré allí a Betsy junto a su grupo.

-Si escuchó un bullicio ¿por qué no se lo dijo a un adulto en vez de tomarlo por su cuenta y golpearlos?

-Disculpe, pero tan solo golpeé a Mark, ya que no es la primera vez que me pone una mano encima sin mi permiso.

-Pero la violencia no es la mejor conducta, señorita Eileen.

Cerré los ojos tratando de controlar la furia. No comprendo nada, digo la verdad y dice que la violencia no mejora nada, entonces ¿dejo que me toquen sin mi permiso? Definitivamente, no.

- ¿A quién más golpeó? -preguntó colocando sus manos encima del escritorio.

-A nadie más.

- ¿Y cómo es que la señorita Katherine comentó que los golpeó?

-Eso fue mentira, no hice más nada. Solo estaba enfadada y admito que les grité por la impotencia que estaban causándome.

Dante se quedó en silencio por unos minutos y asintió.

-Creo que aquí hay problemas de control de furia.

¿Disculpa? Pensé abriendo aún más los ojos.

-Tendrá que hablar mañana con la psicóloga, se encuentra en la segunda planta al lado del tercer aula. Dependiendo de lo que me diga ella, será enviada a su casa o a otro lugar que decidan sus padres.

Me mordí el interior de mi mejilla mientras apretaba mis manos. Es alucinante hasta donde me llevó esto.

-Ya puede marcharse, es tarde y mañana tiene clase.

Sin decir nada más, me di media vuelta y me dispuse a irme, pero el comentario de Dante hizo que me detuviese.

-Haga un favor señorita Eileen, deje de tratar de involucrarse en más problemas.

No le presté atención y cerré la puerta al salir. El guardaespaldas que se quedó fuera iba acompañarme, pero le dije que no hacía falta, aun así, este tampoco me hizo caso y me acompañó.

El Internado Horspeen I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora