El Internado Horspeen I.

Capítulo 58.

Nos dividimos en dos grupos. Por un lado, estaban Axel y Ross quienes iban a buscar el libro. Por otro lado, estábamos Dylan, Alexa y yo.

Nos costó hacer los grupos porque por parte de los chicos, decían que estaba mal organizado. También, se unió la inseguridad y el interrogatorio de si encontrarían el libro que Dylan les encargó. Finalmente, acabaron aceptando y cada grupo marchó a sus destinos.

No nos iba a suceder nada, ya que pasó unas cuantas horas para que los nadadores finalizasen de entrenar.  Por lo tanto, el gimnasio ya había sido deshabitado. Lo más seguro.

Ragnar nos comentó que solamente tendríamos una hora para regresar a la habitación, mientras él se quedaba allí haciendo guardia.

- ¿Cuántos años tienes Dylan?

-No sé si estoy autorizado para contestar su pregunta, señorita.

-Claro que lo estás, Dylan. -contesté mirando al frente.

-Tengo diecinueve.

Mientras estos dos hablaban, yo comencé a pensar en qué relación hay con el código que nos enseñó Bernard con el que nos hemos encontrado. ¿Quizás tenga que ver con la empresa?

- ¿Por dónde vamos ahora Eileen? -preguntó Alexa sacándome de mis pensamientos.

-Por aquí. -respondí señalando las puertas azules.

Dylan las abrió y bajamos el ritmo por si aún había alguien.

-Si que es grande la piscina. -añadió Alexa asomándose a ella.

La agarré del brazo y cuando Dylan se aseguró que no había nadie, corrimos poniéndome en cabeza seguida de ellos hasta llegar a una puerta de metal.

-Es aquí. -dije tomando el pomo.

- ¿Por qué no abres? -preguntó Alexa.

- ¿Quizás porque está cerrada? -pregunté sarcásticamente mientras la fulminaba con la mirada.

Dylan me apartó despacio para forzar el pomo y luego abrirla. Eché una mirada a Alexa cuando vi que lo consiguió. Ella le miraba con asombro, debía haberme traído una servilleta porque se le caía la baba.

-Vengan. -exclamó el mayordomo mientras se adentraba a la sala.

Las dos entramos a la vez y provocó que chocásemos entre nosotras.

-Pasa tu primero. -insistió ella.

Elevé una ceja y cuando iba a pasar, se adelantó y nuevamente chocamos.

-Alexa. -dije mirándola seria.

-Perdón, perdón. -se disculpó riéndose levemente.

Entré y después ella, cerrando la puerta. Dylan encendió la bombilla y nos quedamos los tres mirándonos.

- ¿Dónde está la escotilla? -preguntó Alexa.

Miré la estancia en su búsqueda y señalé la caja al suponer que estaría.

-La encontramos ahí. -mencioné en voz baja.

Dylan la cogió y la dejó a un lado para que no molestase. Efectivamente, la escotilla se encontraba a simple vista.

Él se arrodilló y miró los candados.

-Se trata de un cierre giratorio inox. -hablaba mientras miraba el candado- ¿Probasteis a poner números por qué sí?

-En las escotillas no. -respondí mirando como tocaba la rueda.

-Shh, cállense. -dijo Alexa en alerta.