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r u b é n
[2012]

—¡Feliz año nuevo! —gritamos al mismo tiempo, haciendo un abrazo gigante de diez personas.

Habíamos decidido salir a una disco con Lara, su novio y un par de amigos de nosotros de la universidad.

Al separarnos, con Dani nos abrazamos más íntimamente por unos segundos extra.

—¡Otro año, eh! —grité por sobre la música.

—¡Que ya van nueve! —gritó de vuelta en mi oído. Nos miramos y empezamos a reír.

Quizá era todo el alcohol que bebimos, pero nos sentíamos bien, más unidos.

—¡Espero que se cumplan los diez! —solté una carcajada, con sus brazos rodeó mi cuello y se pegó a mí mientras bailábamos al son de la música.

La oía reír por encima de la canción, debía de estar riéndose muy fuerte para que pudiera escucharla, pero no me importaba, me agradaba poder hacerlo.

Dani daba vueltas por el pequeño espacio que teníamos mientras sonreía, deslizándose por la pista y rozando mi cuerpo de vez en cuando.

Se veía preciosa. Sus ojos maquillados en sombra muy oscura, su nariz roja por el frío, sus labios pintados de un labial oscuro. Su mirada te lograba intimidar mientras que su sonrisa solo te invitaba a acercarse. Se movía con un tono de picardía a mi alrededor, sus curvas solo resaltaban su presencia aún más, y podía sentir como cada vez más chicos miraban en su dirección ignorando a su acompañante.

Al inicio me incomodó, pero ella solo me miraba a mí.

Dio unos pasos lentos hacia mi cuerpo, paseando sus manos por mi pecho y brazos de una forma que nunca me imaginaría de ella. Sintiéndome un poco más cómodo, agarré la suficiente confianza para tomarla de la cintura y controlar el ritmo.

Con su sonrisa coqueta, sin embargo aún con esa expresión de inocencia característica de ella, empezó a restregar sus caderas contra mi cuerpo. Sus movimientos eran suaves, pero la seguridad que ella dominaba los hacía sentir más firmes.

O quizá solo era yo.

Sus manos recorrieron mi nuca hasta llegar a mi pelo, dando pequeños tirones de él.

Deslicé mi mano hasta su mejilla, acariciándola. Acerqué mi rostro al ritmo de ella, sintiendo como nuestros labios estaban por rozarse.

-¡Dani, que he comprado más shots! —oímos gritar a Olivia interrumpiéndonos. Ambos nos separamos de golpe.

El hecho de haberme separado tan bruscamente y estar tan consciente de mi alrededor me estaba haciendo sentir ansioso, y mucho. La música estaba muy fuerte y había demasiada gente. Me fijé en Dani que nerviosa le decía algo a Olivia.

De pronto ignoró su conversación con ella y se centró en mí.

—¡¿Estás bien?! —gritó al ver mi expresión, negué intentando tomar una gran bocanada de aire pero me costaba un montón— ¡Vamos por aire fresco! —sin esperar respuesta agarró mi mano y me llevó entre toda la gente a la salida.

Cuando por fin estábamos afuera el frío me azotó, era pleno invierno. Me apoyé contra uno de los muros de la disco agarrándome el pecho, todo daba vueltas y sentía que el corazón se me saldría del cuerpo.

—Mírame —con sus dedos agarró mi mentón y me forzó a verla a los ojos—. Respira, no ha pasado nada para preocuparse, ¿sí?

No rompió el contacto visual hasta que mi cuerpo reaccionó y asintió.

just kids; rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora