d a n i
Me crucé de brazos irritada al notar como sus ojos no dejaban de mirar a la chica haciendo cosplay cerca nuestro.
—¡Rubén! —gruñí haciéndolo reaccionar.
—No entiendo qué te molesta ¡Alégrate, que estamos en Japón! —rodé los ojos.
—Eres un gilipollas —bufé—. Tendrás que volver a grabar tú solo tus vlogs porque estoy a nada de dejarte.
Soltó una carcajada y caminó hasta mí para acunar mi rostro en sus enormes manos y besarme.
—Seguro que sí, después de mudarnos a Andorra, comprar una casa juntos y regalarme un vuelo a Japón vas a dejarme —se burló, asentí con firmeza.
—Lo haré.
—No, no lo harás —rió—, y te juro que te forzaré a poner en tus votos que no volverás a bromear con ello.
—¡Ah! ¿Así que ahora te quieres casar conmigo? —se encogió de hombros.
—No lo sé, la idea tampoco me molesta —golpeé su hombro de juego—. Suena bien.
—No me casaré contigo porque "suene bien", ahora deja de decir tonterías y vamos que quiero ver a los ciervos.
Sonriendo, juntó nuestras manos para dirigirnos al famoso parque.
—Lo que mi señora pida —dijo divertido.
A pesar de que después de habernos reencontrado en Noruega decidiéramos ir lento, no tardamos mucho en sentirnos cómodos con dejar que todo siguiera su curso y nos negamos a limitarnos por miedos tontos.
Los primeros tres meses estuvimos a la distancia; yo en Los Ángeles y él en Madrid, intentando decidir qué haríamos. Finalmente decidí que dejaría Estados Unidos, aunque me doliera un montón dejar a Rahma y a Calem, especialmente a Balu.
Rahma fue la primera amiga que hice cuando me mudé y estaba sola en un lugar desconocido, y ella con su marido me recibieron como si me conocieran de toda la vida. Más de una vez Calem me dijo que Rahma me consideraba como su hermana perdida, claro que a ella nunca le oí decirlo, no era mucho de decir lo que sentía, prefería demostrarlo con acciones.
Rubén no se quedó atrás y creyendo que él también debía dejar algo, dio la idea de irse de Madrid y mudarnos a Andorra, donde además de no tener que pagar un impuesto que le afectaba, viviríamos más tranquilos. No tardé en encontrar un empleo con el mismo cargo que tenía en Los Ángeles, el sueldo era un poco más bajo pero seguía siendo bastante alto.
Aún no nos mostrábamos en vídeos o fotos, habíamos logrado pasar los últimos siete meses desapercibidos a cualquier paparazzi o fan. No era tan sencillo evitar mostrarnos en público, pero desde que vivíamos juntos poder ser nosotros en casa a cualquier hora nos bastaba.
Yo ya le había dicho que no me molestaba que publicara que por fin estábamos juntos, pero él quería mantenerlo en secreto cuanto más tiempo pudiera por miedo las críticas.
—Ay, Rubén, que se han pasado dos años rogando para verme de nuevo, ¿de qué críticas hablas? —le recordé la última vez que discutimos sobre ello.
—Solo quiero que nuestra relación sea de nosotros dos, no que esté al ojo del mundo entero —acaricié su brazo con cariño.
—La relación seguirá siendo nuestra... además, quiero salir contigo por las calles, sentirme una novia normal ¿No extrañas grabar vídeos conmigo? —dejó entrever una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
just kids; rdg
Fanfictiondonde rubén y dani son solo niños, incluso de adultos. ⇝ No es un universo alterno. ⇝ Las fechas y datos están un poco cambiados pero la base sigue siendo la misma. ⇝ Los personajes y sus desarrollos son propiamente míos y por ende no van de la mano...