just kids; rdg

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d a n i
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—Rubén, iré a comprar pizza para cenar —dije entrando al cuarto donde grababa— ¿Qué coño? —solté una carcajada.

—¡Etmo hacendio shubbi bonny! —me gritó aguantándose de la risa.

—¡Rubiuh ha perdido! —oí a Cheeto por los parlantes.

Rubén escupió los malvaviscos de su boca en un pote y dejó salir una carcajada que se debió de haber escuchado por lo menos tres pisos más abajo.

—¡Dije que estamos haciendo el Chubby Bunny! —exclamó y me hizo un ademán para que me acercara— Di hola, estamos en directo.

Mis mejillas se sonrojaron y con vergüenza me acerqué a la cámara y saludé con la mano.

—¡Daaani! —gritaron los chicos al verme, estaba Mangel, Alex y Cheeto.

—Holaaa.

Rubén posó su mano en mi cintura y me habló.

—¿Te quedas un rato? Estamos haciendo retos estúpidos.

—Iba a comprar una pizza.

—Pídela por teléfono, espera, siéntate aquí —se puso de pie empujándome a sentarme en su silla "gamer" mientras él iba a buscar una silla del salón.

El directo duró media hora más. Contamos historias, discutimos estupideces y reímos un montón, pero no participé en muchos retos. Cuando terminó el directo quise ver los comentarios que pusieron mientras estábamos en vivo, pero Rubén no me lo permitió.

—No entiendo qué tiene de malo que los vea, siempre han dicho cosas buenas —insistí pero él continuó negándose.

Molesta fui a la cocina a servir la pizza que acababa de llegar, Rubén me siguió.

—Nunca nos hemos ocultado cosas y ahora siento que tienes una vida de la que yo no soy parte. No quisiste decirme porqué Mangel se mudó, ni porque nosotros tuvimos que cambiarnos de edificio, tampoco me explicas porque ya no sales... ¿Qué coño pasa que no quieres contarme?

Rubén parecía feliz, iba a viajar pronto, su canal ya había llegado a los seis millones, mucha gente lo reconocía y sin embargo estaba más raro que nunca.

Dos semanas después de regresar de Noruega, Mangel se mudó a vivir con Cheeto, su primo, y en febrero Rubén insistió en qué debíamos mudarnos. Yo no quería irme sin algún argumento que me convenciera, pero Rubén solo dijo "necesito que confíes en mí", y así lo hice.

Seguía viviendo en el departamento de enfrente, costó mucho encontrar un edificio con dos apartamentos libres, frente a frente, en el mismo piso, pero encontramos uno que acababa de terminar de construirse y por ende la mayoría aún no estaban arrendados.

—Dani... los fans ya no son como antes, ¿sí? —fruncí el ceño.

—¿Qué significa eso?

—El canal creció mucho... la gente ya no comenta cosas tan bonitas.

Refunfuñando le demandé que me mostrara los comentarios. Él, dándose por vencido me los mostró, pidiéndome perdón.

Por cada cinco buenos habían quince negativos.

Algunos pedían que saliera del directo, que solo molestaba. Otros que estaba con él por fama, incluso algunos me deseaban la muerte. Habían comentarios muy crueles.

—Mangel se mudó porque hubieron fans que querían encontrar nuestro piso y era más seguro que viviéramos separados. Tú nunca te diste cuenta porque salías a trabajar muy temprano y llegabas tarde, pero durante el día habían fans que esperaban afuera del portal a que saliera.