just kids; rdg

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r u b i u s
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—Fue un placer conocerte, Rubén —dijo, y con una palmada en mi hombro Dani lo acompañó a la puerta.

—Lo mismo digo —respondí entre dientes. 

Mi mano se cerró en un puño al oír sus risas por el pasillo. Se relajó una vez que la puerta se cerró y ese extraño ya no estaba en mi apartamento, o mejor dicho, el apartamento de Dani. Eran lo mismo, ¿no?

—¿Y? ¿Qué opinas? —preguntó apoyándose contra el muro satisfecha por como había ido la cena. 

—No me gusta —admití convencido, ella me miró confundida.

—Solo has estado con él una hora —me encogí de hombros.

—Me fue suficiente, no sé que quieres que te diga.

Soltó un gran bufido y peinó su cabello en una coleta desordenada. Se veía irritada.

—Me gustaría que pusieras de tu parte alguna vez.

—¿Qué se supone que significa eso? —me puse de pie molesto.

—Que quizá si salieras un poco de tu burbuja de "oh soy Rubius, soy súper famoso y mi vida es genial" podrías esforzarte más en ser parte de la mía —replicó sin vacilar.

Fingí una carcajada.

—Debería estar editando mi vlog y en vez de eso vine a cenar con tu tonto novio, ¡Estoy aquí, ¿no?! —elevé mi voz. 

Dani, sin asustarse ante mi repentina rabieta, dio un paso más cerca de mí.

—Te pasaste la cena respondiendo borde y apurado para irte, Rubén, ni siquiera intentaste conocerlo. Teo solo buscaba agradarte —rodé los ojos— ¡No hagas eso! Estás siendo un mal amigo.

—Cada vez que no actúo como tú quieres dices que soy un mal amigo —abrió la boca ofendida.

—Eso no es cierto, eres un mal amigo porque he conocido a alguien con quien logro conectar, alguien que respeta mis límites, mi personalidad, alguien que me entiende... y tú solo te portas como un jodido crío mañoso.

—¡Tú también eres una mala amiga! —le grité— Lo conociste hace meses y recién ahora me entero —sonó más agresivo de lo que quería, como si la culpara de que Teo no me agradara— ¡Entro a tu apartamento y hay un jodido desconocido besándote y agarrándote de la cintura que me recibe como si yo nunca hubiera estado en este puto piso! 

—¡¿Y por qué crees que no te conté, Rubén?! ¡Solo mira cómo actúas! —se sujetó de las sienes y tomó una bocanada de aire— Sabes qué, no lo entiendes —terminó por decir.

—¿Qué no entiendo? Que me dejas fuera de tu vida como si nada, ¿eso no entiendo? 

—¡Lo que no entiendes es nada! ¡Nada de nada! No entiendes que me he sentido incapaz de amar toda mi vida, Rubén, todos los chicos siempre me han dicho que no amo lo suficiente, que no puedo mantener una relación ¡Y ahora por fin una está funcionando y no quería que tu temperamento de mierda me lo arruinara! 

Pensé que lloraría, que se quebraría al terminar, pero no lo hizo, tampoco cortó el contacto visual. 

—Convéncete todo lo que quieras de que te estoy dejando fuera de mi vida, pero que no se te olvide que tú decidiste viajar tanto y no llamar —continuó con la voz más ronca de lo normal—. Tú me dejaste de lado a mí, así que deja de echarme todo encima como si fuera mi culpa, porque mientras tú estabas "descubriéndote" yo estaba aquí, Rubén.