Quimioterapia... Odiaba esa palabra, odiaba cada vez que tenía una, ¿La razón? El dolor.
Todo su maldito y enfermo cuerpo le dolía como si miles de cuchillas se fueran incrustando en sus huesos.
Se sentía cada día más y más inutil, una carga para con su amado novio.— ¿Como te sientes? — Preguntó aquel joven que había amado desde hacía mucho tiempo. — ¿Quieres comer algo?
No respondió, ni con palabras ni gestos.
— D-Disculpe, Sabito-san, lamento interrumpir, pero al teléfono está Iguro-San, dice que es urgente. — Dicho esto, hizo una reverencia y se alejó de la puerta principal dirigiéndose a la habitación.
El hombre mayor suspiró, últimamente el trabajo lo estaba consumiendo demasiado, deseaba internamente poder tener al menos unas horas más para cuidarlo, cuidar con todo su ser a aquel muchacho tan frágil que se encontraba en la cama mirando hacia el techo.
El brillo en sus ojos se había esfumado por completo.
Sus ojeras día con día se marcaban más.
En definitiva, no era el chico del que se había enamorado alguna vez, pero tampoco era al que dejaría de amar.
— Espérame, atenderé el teléfono y volveré para despedirme de ti.
Nuevamente, sin respuesta más que un leve suspiro.
A Sabito se le partía el alma.
Salió de la habitación directo al lugar en donde se encontraba el teléfono, por lo visto, el enfermero no estaba cerca, se asegurará después de decirle algunas cosas que deberá hacer en su ausencia.
— Residencia Kita-Tomioka, ¿Que se le ofrece?
Al otro lado de la línea, se escuchó una risa un tanto sarcástica, propia del mismo Iguro.
— Veo que aprovechas cada momento para decir que vives con ese idiota de Tomioka.
Pudo notarse que aquello dicho no le pareció para nada divertido, muy por el contrario, resultó ofensivo, demasiado.
— Cállate. — Dijo casi gruñendo. — ¿Me hablaste para burlarte de mi prometido? Si eso es todo lo que tienes que decir, voy a colgar y espero tengas lista una disculpa debida, ¿Querías que me pusiera a reír contigo? — Apretaba su puño con rabia. — No dejaré que nadie hable de esa forma de Giyuu, más si está muy enfermo.
— Ah, ¿Cáncer? Creo recordarlo bien. Aún con eso sabes que no deja de ser un tonto, solo se relacionaba contigo. En fin, quería decirte que Ibuyashiki-san pregunta si podrías cubrir a Rengoku durante un par de días, al parecer está enfermo del estómago y no hay nadie más que le ayude a cubrir esas horas más que tu.
Al haber escuchado esto, miró en dirección a la habitación del joven Tomioka, quería decir que no, pero dinero extra nunca vendría mal, aún si eso significa trabajar más tiempo, significaría también darle más comodidades a su novio, comprarle una manta térmica, más sueros, papillas y algunas cosas más que a este se le ofrecieran y necesite en un futuro.
Además... Necesitaba ahorrar para algo en especial, algo que estaba seguro Giyuu amaría.
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A year with you
FanfictionEl cáncer es definitivamente una enfermedad muy dura, poco a poco te vas apagando. Tomioka Giyuu de 21 años sufre de Leucemia, su destino ya está escrito. Su ángel guardián, Tanjiro, se ha ofrecido a cuidar de él y darle el mejor año de su vida, su...