Le era cada vez más difícil mantener el control sobre su propia conciencia, todo su cuerpo dolía como si mil agujas se clavasen en cada parte de él, aquellas hermosas plumas blancas cada vez eran más y más oscuras, su aureola dejaba de brillar conforme los segundos pasaban.
- ¡Ahg! - Apoyaba ambas manos en el estante del espejo. - N-no puede ser... Padre, a-ayúdame. - Pedía en voz baja y quebrada al ser todo poderoso que le cuidaba desde el cielo.
Alzó su mirada para ver su trágico ser al espejo, su ojo tan rojo como el carbón, era ahora negro, algunas grietas salían de él extendiéndose por todo su pálido rostro.
- ¡Tanjiro! - Gritó el chico de cabellos durazno sin saber qué era lo que estaba sucediendo frente a él.
Su mente no podía procesar lo que estaba ocurriendo, ¿Desde cuándo una persona podía hacer eso? No, en definitiva él no era una persona, no era humano, era todo... Menos un humano.
- G-Giyuu... Él está sufriendo, v-vaya... - No logró terminar la oración pues una punzada fuerte en su espalda le impidió hacerlo. - ¡AHHHG!
Esta vez, sus alas se extendieron y agitaron sin control, el ángel al borde de la corrupción, tomó ambas alas ahora llenas de negro, un oscuro y siniestro negro cuales alas de cuervo, y tiró de ellas lo más fuerte que podía.
- N-no más... ¡No más! - Sabito miraba atónito como el joven enfermero parecía querer arrancar sus alas, como éste lloraba sangre, como las raíces de sus alas eran desprendidas de a poco llevándose consigo su piel y carne.
- ¡No hagas eso! - Gritó Sabito aún con cierto temor de aquella extraña situación.
- U-usted... No lo entiende. - Una de sus alas fue fracturada por la misma fuerza del angel quedando colgando de un hilo, pero aquello no le importó, siguió con su tarea que al parecer... Era arrancar sus propias alas.
- ¡Detente! ¡No hagas eso! ¡Tanjiro! - Gritaba su compañera, aunque esta tratará de acercarse, una barrera se lo impedía. - Si haces eso ¡No podrás regresar con papá!
P-papá... Lo siento...
Hace cientos de años atrás.
- ¡Con ustedes...! - Hablaba en voz alta un anunciante de la realeza. - ¡Alaben al Shogun Kagutsuchi! - Los instrumentos musicales tradicionales comenzaron a sonar anunciando de esta forma, la llegada de aquel importa te hombre. - ¡RENGOKU KYOJUROU-SAMA!
Hizo su aparición el mencionado.
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A year with you
FanfictionEl cáncer es definitivamente una enfermedad muy dura, poco a poco te vas apagando. Tomioka Giyuu de 21 años sufre de Leucemia, su destino ya está escrito. Su ángel guardián, Tanjiro, se ha ofrecido a cuidar de él y darle el mejor año de su vida, su...