•Prólogo•

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En una pequeña cuna hecha a mano descansa un pequeño bebé recién nacido.
Dormía plácidamente, tranquilo y ajeno a los crueles sucesos del mundo.

Era él un bebé tranquilo que no lloraba a no ser que el hambre comenzará a atacarle, un bebé muy risueño que se divertía con sus colgantes de peces sobre él.

— Eres muy bonito. — Se acercó sin poderlo evitar, había notado que el bulto entre las sábanas se había movido. — ¿Te sientes bien Giyuu?

Le hablaba como si este fuera a responderle.
A pesar de no poder sentir su mejilla o sus manitas pequeñas, le bastaba y sobraba con simplemente verlo.

A los pocos segundos, aquel hermoso bebé abrió sus ojos, unos hermosos ojos azules tan brillantes y llenos de energía que alegraría a cualquiera que le viera.
Esos ojitos le miraron con curiosidad desde su lugar.

— Buenos días~ — Musitó mientras sonreía con ternura.

El bebé sonrió en respuesta mientras movía con esmero sus bracitos hacía aquella hermosa figura blanca alada.

Parecía que quería que esté le cargará en sus brazos.

— No puedo hacerlo, no puedes tocarme. — Acercó su mano a la mejilla del pequeño la cual se traspasó. — ¿Lo ves?

En respuesta, Giyuu comenzó a babear.

— Oh, tus papás estarán molestos si y babeas todo.

El pequeño bebé estaba más interesado en aquel objeto brillante que flotaba sobre la cabeza del chico de cabellos burdeos, estiraba y estiraba su manita más no lograba alcanzarlo y parecía que se había molestado por ello.

— ¿Esto? — Señaló hacía su cabeza aquella aureola dorada. — No puedes tenerla, eres muy pequeño. — Rio divertido pues el bebé parecía que le entendía a la perfección ya que este giró su cabeza. — ¿Te has enojado conmigo? Vamos, no te enojes, soy yo quien te cuida y te quiere mucho. — Pero Giyuu ni caso, seguía mirando hacia la pared mientras chupaba su dedito. — Eres muy orgulloso para ser un bebé. — Lleno de ternura, sopló el colgante de pescados sobre la cuna para poder llamar su atención.

Cosa que funcionó de inmediato, Giyuu devolvió la mirada al escuchar el sonido de campanas.

— No puedo hacer mucho, pero esto será suficiente. — Aplaudió un par de veces para alegrar al bebé. — Pronto dejarás de verme... — Suspiró con pesadez. — Pero yo estaré a tu lado, seré el viento que mueve tu cabello susurrando al oído un "Te quiero".

Giyuu miraba al ángel junto a él, era una figura que siempre estaba a su lado y le daba demasiada curiosidad.


Giyuu miraba al ángel junto a él, era una figura que siempre estaba a su lado y le daba demasiada curiosidad

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Y aquí estoy de vuelta.

Mi cuenta anterior "Kae_Stone" fue eliminada así que volveré a empezar de 0 aquí.

Espero ustedes también me sigan, los lectores anteriores y nuevos❤️

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