Kyojuro

675 86 121
                                    

Tanjiro denotaba confianza, seguridad y a la vez enojo.
Estaba consciente de que su compañera le había ocultado algo tan importante que podría poner en riesgo el alma de su humano a cargo, de Giyuu, aquel que dormía plácidamente en su cama siendo preso de la leve desesperación que lo atormentaba a causa de su enfermedad.

— ¿Q-que estás haciendo? — Preguntó atónito aquel infiel joven.

— P-por favor, no le hagas daño, ¡No puedes hacerle daño!

Makomo, apartate, este es un tema entre Sabito y yo.

De su mano brotó una nube dorada brillante que cubrió por completo la cabeza de Sabito quien no comprendía para nada la situación.

¿Quien era Makomo?
¿Por que el joven Ángel hablaba solo?
¿O no lo hacía?

Sea lo que sea, su mente comenzó a nublarse, todo se tornó blanco, podía escuchar su respiración, el latido de su corazón acelerado por el miedo... Pero, ¿Que sucedía? ¿Por que su corazón se aceleraba de esa forma...? ¿A qué le tenía miedo...?

Nada estaba claro, ¿En donde estaba?
Ya no él lo sabía con claridad.

— Giyuu-san te necesita, es doloroso, pero te necesita a ti para que no decaiga, ¿Lo entiendes? — Dijo tan fríamente. — Has algo productivo por una vez y no huyas como un cobarde.

— ¡Basta! — Gritó su "amiga" alada. — ¡Déjalo! ¡S-solo...!

— No me interesa lo que él quisiera hacer o no, me importa mi Giyuu, ¿Lo entiendes? Él es lo único que quiero proteger como lo hizo conmigo. — Aquellas palabras salían de lo más profundo de su ser, salían sin pensar confundiendo a cualquiera que le escuchara. — Nada va a sucederle mientras yo esté aquí.

Sentenció para luego cerrar su puño arrastrando consigo una pequeña perla con el nombre "Murata" sobre ella.

No... No lo destruyas... — Rogó Makomo.

Jamás había visto a su compañero de esa forma, tan enojado y un tanto serio.

Pero Tanjiro hizo caso omiso a las peticiones inútiles de su "amiga".

Apretó su puño haciendo trizas aquella perla con el recuerdo del amante de Sabito.

— ¿Le dirás a papá? Adelante, yo le diré como tú has roto las reglas al no comunicarme lo que estaba sucediendo, al proteger a un farsante como él, ve, cuéntale todo con lujo y detalle.

Fue entonces que ella calló sus palabras, él tenía razón, no habló por protegerlo.

Segundos después, Sabito cayó al suelo inconsciente.

— Tu enamoramiento ha llegado más allá de los límites, Makomo, no haces bien tu trabajo, no dejaré que por tu incompetencia, Giyuu caiga en la desesperación.

Dichas estas palabras, al lado de la ventana se escucharon aplausos lentos y un aleteo.

Dichas estas palabras, al lado de la ventana se escucharon aplausos lentos y un aleteo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A year with youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora