Capitulo 23

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Pov Hera

El bar

Son las once y cuarenta y cinco de la noche, me encuentro en un bar moribundo y de mala muerte donde solo hay hombres borrachos y posiblemente unos cuantos violadores.

¿Miedo? No, se defenderme...

Aaron no ha dejado de llamar desde que me fui de la organización como una fiera cazando a su presa, realmente tenía ganas de matarlo, no se cómo me contuve, pero logre hacerlo, me arrepiento? No, merece vivir, todos merecemos una segunda oportunidad, pero si lo vuelve a tocar lo matare, claro a menos que tenga una razón lo suficientemente buena y creíble como para que le perdone la vida. Apolo es otro que tampoco ha dejado de llamarme, las chicas desistieron de la misión de contactarme y Artemisa ni se molestó en intentarlo porque ya sabía que no le contestaría.

A lo largo de la noche me he bebido casi una botella de tequila yo sola, sigo intacta, casi como si solo llevara un trago de tal bebida, pero no es así, me he bebido casi una botella y realmente no me importaría quedar inconsciente, sin importar que esto sea un bar de mala muerte.

Abren la puerta del negocio de una patada y me volteo rápidamente curiosa de saber quién es, al ver a la persona que estaba en la puerta una sonrisa burlona salió inconscientemente de mis labios.

- ¡Jefecito! ¡Únase a la fiesta! - grito sonriente.

- ¡Nos vamos! - exige.

- ¡Ja! Ya quisieras, pero no me he terminado mi botella de tequila y hasta que no lo haga no me iré de aquí- le digo tranquilamente mirando esos hermosos ojos que posee.

- La terminas en mi departamento.

- ¿En tu departamento? ¡MENOS! Te dije que no volvería a acostarme contigo y pretendo cumplirlo-le dije obvia.

- ¿Estas consciente de donde estás? ¿Estas consciente de que vas por mal camino y lo único que vas a lograr es que te de un coma etílico? - pregunta.

- Pues si, por eso vine, porque no me importa- dije- puedes decir lo que quieras, pero para sacarme de aquí vas a tener que esperar muy pacientemente que me termine mi botella, y créeme cuando te digo que pienso tomármela muy lentamente- digo con una sonrisa imaginando su cara de frustración.

- ¡Me canse de esto!

- ¡Me canse de ti!

- ¡Basta de comportarte como una niña!

- ¡Basta de comportarte como un maldito celopata! ¡No somos nada entiéndelo! ¡Métetelo en la cabeza! - le grito con burla.

- ¡Nos vamos!

- ¡No!

- ¡Si!

- ¡No!

- ¡Que si Hera Andreato!

- No Aaron Moretti, podrás decirme lo que quieras, pero contigo no voy más- le dije finalizando la guerra de palabras, pero eso no funciono y el continúo hablando solo porque yo me dedique a mi vaso y el líquido que este contenía.

- Bien, nos vamos- dijo frustrado, en un movimiento repentino logro sacarme de la silla colgándome de su hombro, el vaso cayo al suelo quebrándose en pedazos.

- Aquí está el dinero- dice Aaron- la botella y el vaso- le dice al cantinero.

- ¡Bájame maldito cabrón!

- ¡Tu cállate! - me grita y todos nos ven perplejos por la situación.

(***)

Refunfuño una y otra vez maldiciendo el hecho de que Aaron me trajera a su departamento. Juro que quiero irme, pero fácilmente el no me dejara ir, y no estoy en condiciones de iniciar una contienda, tengo alcohol en mi sistema, no se cuándo este pueda jugarme en contra. Para hacer esto más interesante - o tal vez no - Aaron está sentado frente a mi y me mira fijamente, lleva sentado así una hora aproximadamente, no se mueve y yo tampoco.

Mafia Australiana (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora