Mafia Australiana (Completa)

Capitulo 24

Besame...

- No te entiendo, tal vez si hablaras mas despacio podría entenderte- dijo Artemisa tratando de calmarme.

- Bien, me busco en el bar, me llevo a su apartamento, no quería dormir sola, dormimos abrazados en su habitación, nos despertamos, comimos, discutimos, estoy molesta, quiero matarlo, ahh... se me olvidaba, le metí una cachetada y salí corriendo de su apartamento- terminé y di un largo suspiro.

- ¡¿Que hiciste que?!

- ¡Ya se!

- Increíble...

- Claro que no, esta furioso.

- Bien, eso no importa, hagamos que se enoje mas- dijo y la mire incrédula- no me veas así, démosle una verdadera razón para molestarse, empecemos a jugar princesa- dijo y empezó a decirme lo que tenia en mente.

Sinceramente puedo confirmar que mi hermana esta cada vez mas loca, pero no esta nada mal el plan, además podría vengarme, y como dicen al diablo el que salga afectado.

Los sentimientos casi siempre son una debilidad en vez de una fortaleza, lo entendí cuando asesinaron a Atenea frente a mis ojos.

(***)

Estaba en mi oficina revisando los planos del lugar donde se realizará el baile, esta seria una larga misión, y todavía falta un tiempo para llevarla acabo, todo el mundo esta trabajando como loco, esta vez irán al ataque todas las tropas de alto rango de la organización, el trabajo se me ha hecho mas pesado desde que Chanel y Leah no están, ya que nos están dividiendo sus partes entre todos los tenientes.

Me centro en mi computador buscando distintas alternativas para ubicar el camión que lleva el paquete (las mujeres) de manera de poder desviarlo sin que nadie se de cuenta.

- Ey hola...- dice una voz ya muy conocida, levanto mi vista y le dedico una mirada fría, no estoy de humor.

- Hola

- ¿Como estas?

- Mi cara te puede dar la respuesta por si sola, ¿no crees Apolo? - digo molesta.

- Lo lamento yo... yo solo.

- Disculpa, solo no estoy de humor, no quería hablarte así realmente, solo que yo no me levante de la mejor forma, no debí pagarla contigo- dije dedicándole una sonrisa de boca cerrada.

- Esta bien, ¿que haces?

- Lo de las ubicaciones de los camiones, bueno no se cuantos son, realmente no creo que sea una carga pequeña- dije apoyando los codos en el escritorio.

- Entiendo, pero, debemos hablar- dijo serio.

- ¿Que pasa?

- La organización tiene en la mira a la mafia australiana- dijo y todo empezó a caer, sentí un leve mareo y tomé una respiración profunda, no podía salir de mis casillas.

- ¡¿Como?! ¡Explícate, pero ya! ¡Quiero una maldita explicación! ¡¿Que hicieron?!- grite desesperada y la gente fuera de mi oficina empezó a voltear porque escucharon mis gritos.

- Cálmate que te van a de...

- ¡¿Que me calme?! ¡¿Como se te ocurre decirme que me calme?! ¡Vete al demonio Apolo! - dije y salí de mi oficina tomando las llaves de mi auto, antes de lograr doblar el pasillo choqué con un enorme y musculoso hombre, y no necesitaba ver su rostro para saber quien era, su colonia lo dijo todo.

- Que dem...- dijo dándose la vuelta ya que estaba de espaldas a mi- ¿Hera? ¿Estas bien?

- ¡Quítate de mi maldito camino! - grite frustrada y me tomo del brazo y me metió en una habitación que se encontraba cerca.