No tengas miedo.
Pov Aaron
Estaba ahí, en el piso brotando sangre, como pude la cargue y salí corriendo a las camionetas, la acosté atrás y Artemisa hizo lo mismo con Atenea, ambas tenían heridas profundas, Atenea tenia tres impactos de bala en la pierna derecha y cortes bastante profundos en la izquierda y estaba perdiendo bastante sangre lo cual era preocupante, Artemisa por otra parte estaba tan nerviosa que sus ojos cambiaban de color, era algo tan fuerte que en un momento el derecho era azul y en otro el izquierdo era el que poseía tal color, ver eso es algo escalofriante en especial cuando no sabes bien que significan o que implican esos cambios, yo estaba extremadamente nervioso, Hera estaba en grave peligro al igual que su hermana ya que se veía que tenia diversos traumas, no se que me hizo, pero caí en su red, en su juego y quede prendado del demonio de ojos castaños.
El olor a sangre inundaba la camioneta y cada vez me sentía peor, estábamos a unas cuantas calles del hospital, se me fue informado que perdimos a tres peones en batalla y que Fiorella falleció junto a ellos, ella era una gran soldado. También logramos apresar a Da Silva y lo que no sabia y me impacto es que Afrodita Benedetti estaba en ese lugar y Hera la mato, fueron exactamente ocho tiros, precisos, todos en el pecho, y un noveno en medio de sus cejas, por lo que me dicen los muchachos ese fue el ultimo que recibió, por lo cual debo preguntarle a Hera (si es que despierta) porque hizo lo que hizo como lo hizo cuando perfectamente pudo haberla apresado.
Mentiras... en nuestra relación ha muchas y yo lo se.
(***)
Llegamos al hospital y cargo a Hera en mis brazos, mi cuerpo sigue temblando por los nervios, una lagrima baja por mi mejilla y no puedo evitar sentirme así cuando pude haberla seguido y así evitar todo esto.
- ¡Ayuda! ¡Ayuda! - comencé a gritar y vinieron los camilleros, la arrebataron de mis brazos y en el momento en el que se la llevaron lejos de mi, me derrumbé...
Ella podía morir, eso es de lo único de lo que soy consciente en este momento, eso es lo único real para mi en este momento, eso es lo único que puedo pensar en este momento.
- Familiares de la teniente Andreato- llama el doctor y Artemisa y yo nos ponemos de pie- la teniente ha tenido un paro cardiaco y...
- ¡Ah! – grite desplomándome por segunda vez hoy, ella, no, me niego- ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Ella no se puede ir! ¡No puede maldición!
- Sr. Moretti, escúcheme, la tenemos en cirugía- dijo y de un momento a otro no podía respirar... esto no me podía estar pasando.
- ¡Doctor! ¡Ayúdelo! ¡Ayúdenlas! ¡No puedo tener mas perdidas hoy!- dijo Artemisa llorando tirada en el piso a mi lado.
De mis ojos no salían lagrimas, pero sentía como por dentro ardía en furia, como la venganza quería tomar poder de mi cuerpo, trataron de arrebatarme lo que es mío, ella es mía, y nadie me la va a quitar, este viva o no ella es mía, y si por algún motivo arrebatármela, matare a quien sea que se interponga en mi camino para recuperarla.
(***)
Horas... han pasado aproximadamente seis horas desde que Hera esta en el quirófano y cada vez pierdo mas esperanzas de volver a tenerla en mis brazos, Artemisa se encuentra con Atenea que ya salió de cirugía y se esta recuperando en una habitación, mi padre no deja de llamarme y Liam es el único apoyo que tengo en este momento, Brianna, Vanesa y Dakota se fueron hace ya un rato, debían descansar, Joshua no se ha despegado de aquí y eso me molesta, igual que me molesta la presencia de Apolo en la sala de espera, parece un niño pequeño llorando a mares cuando ya es muy tarde y no podemos evitar lo que paso.
Veo como sale el doctor del quirófano con la cofia en sus manos, tenia la cabeza gacha, eso no es una buena señal y ya estaba comenzando a preocuparme a tal punto de dejar de respirar, me levante de golpe del suelo mareándome en el proceso.
- Dígame que ella esta bien.
- Esta estable, pero su recuperación será muy lenta, sigue corriendo el riesgo de morir y por su trastorno el proceso va a ser muchísimo mas complicado, así que necesita de todo el cuidado que puedan brindarle- dijo y solté todo el aire que tenia retenido.
- Puedo verla.
- Habitación 214- dijo y corrí a la habitación en la que ella se encontraba.
Al entrar estaba Artemisa tomando su mano con lagrimas en los ojos, pero verla, postrada en una cama, con diversos aparatos conectados a su cuerpo era lo peor que había podido ver en mi vida, me negaba a la idea de que ella pudiese morir.
- ¿Puedo? - pregunte y ella asintió levantándose de la silla para salir de la habitación.
- Cuídala, ellas son lo único real que tengo- dijo y se fue cerrando la puerta a sus espaldas.
- Griega... tienes que ser fuerte- dije sentado a su lado tomando su helada mano- juro destruir el mundo si es necesario pero necesito que seas fuerte, prometo no dejar que mas nadie vuelva a hacerte daño, nadie podrá alejarte de mi, y primero tendrán que matarme a mi, pero necesito que seas fuerte y superes esto- dije y di un ligero apretón a su mano con cuidado de no lastimarla- eres el demonio que complementa los míos, eres el fuego que complementa el mío, y eres la reina por la que soy capaz de destruir el mundo- dije y bese su frente.
Me levante, la mire por ultima vez y salí de la habitación. Emprendí camino rumbo a la mansión Moretti, me baje del auto furioso, mi padre no deja de llamarme, y estoy con la cólera al mil. Subo las escaleras en busca del despacho y entro azotando la puerta.
- ¿Qué quieres?
- A mi me bajas el tono- dijo mirándome desde la silla de su escritorio.
- ¡¿Que quieres?!
- Decirte que las Andreato no son quienes tu crees, no caigas en sus redes- dijo mi padre y salí furioso de la oficina montándome nuevamente en el auto recordando cuando el el auto le decía a Hera que no tuviera miedo, ahora no se si soy yo el que debe tener miedo por ella o por mi, siento poco a poco como las cosas oscurecen y se que viene una tormenta que no cesara pronto.
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Mafia Australiana (Completa)
RomanceNacida en la mafia, es la princesa, una mision que cambiara su vida por completo... Amor? Pasion? Mentiras? Deseo?...