Mafia Australiana (Completa)

Capitulo 25

Van tras de ustedes, escapen...

- Federick, ¿avisaste a mis padres? - pregunte al hombre frente a mi.

- Si señorita, pero dicen que no iran a ningún lado, que no tienen porque escapar- dice y la cólera me sube al mil.

- ¡Maldita sea! ¡Solo me lo complican! - grité y me fui refunfuñando por el pasillo.

Comencé a arreglarme, debía ir a la organización, cada vez estábamos mas serca de la misión y debía entrenar mucho, ya teníamos todo lo necesario, y estábamos al pendiente por si ocurria algún cambio, estar en el bando contrario no era fácil, por mas que lo pareciera no lo era, saber que le mientes a todos, saber que te pones en riesgo de mil maneras, no es algo que sea sencillo ni fácil de procesar, hacer esto implico mucho tiempo de entrenamiento y clases, porque para que no te cachen debes mentir muy bien y ser un estratega que pueda pensar rápido a la hora de un percanse.

Busco en mi armario ropa comoda para entrenar y me decido por un pantalón de lycra y un top con un sueter transparente arriba que me voy a quitar, tomo mis tenis negros, mi cabello lo arreglo en una coleta alta desaliñada y aplico poco maquillaje.

Salgo de mi habitación tomando mis llaves y mi bolso de entrenamiento con mis cosas.

(***)

- Patada, patada, derecha, izquierda, patada- me indicaba Vanesa.

Nos encontrábamos entrenando juntas, hacer esto con alguien era mucho mas fácil y llevadero, debíamos entrenar hasta que nuestros cuerpos nos griten basta y con otra persona logras motivarte a lograrlo, cuando estas entrenado para la batalla no puedes cansarte, debes estar en perfectas condiciones asi corras y pelees tanto que tu cuerpo este por desvanecerse, ese es el punto de nuestro entrenamiento.

- Creo que mi cuerpo después de esto va a parecer el de un hombre- le digo riendo a Vanesa.

- Pienso igual. Hera... quiero hablar contigo.

- Dime.

- Hay un chico...

- Uhhhh

- Este chico, es muy lindo, pero no me presta atención, a veces es tan cortante que parece de esos chicos malos que están en las historias de romance- dice nerviosa- ¿me puedes dar un consejo?

- Bueno, realmente no se si sea la indicada para darte consejos, ya que relaciones serias he tenido muy pocas, y libremente te puedo decir que la mayoría de mis relaciones han sido como la que el jefe y yo tenemos, te lo digo porque ya no es secreto que nos acostamos, pero, trata de llamar su atención sin que el vea que estas intentando hacerlo, y cuando tenga toda su atención en ti, ponlo celoso con otro, el karma le caerá, y lo tendrás a tus pies, por lo menos a mi me funciona- dije con una sonrisa levantándome de la banca en la que me había sentado.

- Bien, ahora hablando de otros temas, Apolo... cuéntame de el- dice y sonrío.

- Lo quiero mucho, nos conocemos desde hace un buen tiempo, es una persona alocada, pero es muy dulce.

- Se nota que le gustas- dice y me ahogo con el agua.

- ¿Disculpa?

- ¡No me digas que no te has dado cuenta! Amiga llega a la tierra, ¡lo tienes loco!- dijo con incredulidad.

- Claro que no le gusto, eso es imposible, lo quiero y veo como mejor amigo, solo así- dije.

- Pues el quiere algo mas que eso, tenlo por seguro, podemos salir esta noche si quieres, así conoces al chico que te digo, y conoces al novio de Artemisa- dice y asiento antes de escupir el agua.