Ya habíamos regresado hace un mes de nuestra luna de miel, hoy nos encontrábamos en el medico ya que debíamos revisar el progreso de mi embarazo, siempre que venia me ponía muy nerviosa, ya tengo cuatro meses y no se había dejado ver para saber el sexo, así que no hemos podido decorar la habitación, lo cual es algo frustrante para ser sinceros porque quiero comenzar a comprar ropita y muchas cositas.
- Bien, revisemos a ese bebe- dice mi doctora sonriente mientras Aaron toma mi mano feliz de ver aquella ecografía que siempre guardamos en un álbum- bueno... mmm...
- ¿Doctora todo esta bien? - pregunte asustada. No contesto.
- ¿Doctora? - pregunto Aaron y se volteo con una sonrisa hacia mi marido y comencé a ver rojo.
- Por supuesto que todo esta bien- dijo sonriendo hacia mi.
- Entonces...
- No es un bebe- dijo- son dos- culmino y la mire sorprendida y luego voltee a mirar a Aaron que tenia lagrimas en los ojos, pego su frente a la mía y dejo correr sus lagrimas, sabia que estaba igual de emocionado que yo.
- ¿El sexo?
- Son mellizos y es una hermosa princesa y un hermoso príncipe- dijo mirándome sacando las fotos, escuchando los latidos de sus corazones, yo todavía no lo podía creer.
- Gracias- Aaron susurro en mi oído y apreté levemente su mano.
- Bueno, ¡listo! Todo esta perfecto- dijo y tras eso culminamos la consulta.
(***)
Tres meses después... siete meses de embarazo.
Ya teníamos todo arreglado para los bebes, habíamos comprado unas hermosas cunas blancas y habíamos decorado la habitación con colores crema, el mismo día que me dijeron el sexo de los bebes corrí a comprar un montón de ropa para todos los meses, increíblemente llegue a casa como con mil bolsas de ropa.
Aaron y yo nos habíamos mudado a una hermosa casa, era enorme, de dos plantas y tenia seis habitaciones, una enorme sala de estar, terraza, piscina, jardín y era la casa que siempre desee tener con aquella persona que amara como amo a Aaron.
Me habían llegado tres paquetes con nombres falsos y sabia que uno era de Stella, uno de Artemisa y otro de mi padre, tenían ropa de bebe y juguetes, también habían porta retratos para poner las fotos familiares que pensaba hacer, y ya tenia varias fotos profesionales embarazada que pretendía enmarcar.
(***)
Dos meses después... nueve meses de embarazo.
Me encontraba en la clínica, hoy cumplía los nueve meses de embarazo y la doctora me dijo que no había posibilidad alguna de que tuviese parto natural, por lo cual no queda opción que realizar una cesárea, pero lo importante es la salud de mis niños y la mía por supuesto.
También he de estar muy emocionada, por fin veré a mis hijos.
Aaron no ha parado de vomitar de los nervios y estoy mas preocupada por el que por mi, tampoco ha parado de llorar, me preocupa, esta muy estresado y no quiero que nada le pase.
- Debes calmarte- le digo tomando su mano.
- Lo intento.
- Estaremos bien, lo prometo- dije y el asintió tratando de respirar, pero no pudo en cuanto una oleada de vomito lo ataco, la doctora nos comento que era normal porque el puede estar sintiendo los síntomas del embarazo que me correspondían a mi sentir, dice que eso es muy normal y que tiende a pasar.
- Buenos días- dijo entrando la doctora- te llevaremos a quirófano, ya es la hora- dijo y Aaron vomito... otra vez.
- Amor, si sigues así no podrás entrar a la sala- dije y siguió vomitando mientras lo veía divertida.
- Bueno, vamos- dijo la doctora y los camilleros se acercaron para llevarme con ellos.
- Te... amo...- dijo Aaron entre vómitos.
- Yo mas- dije y salí al pasillo.
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