Son las doce de la tarde, no he vuelto a la habitación y se que el esta allá esperándome, no me interesa, que se moleste o cualquier cosa, es su gran problema, se que tendremos una gran discusión y admito que tiene razones para estar molesto, en especial porque piensa que me fui con un hombre desconocido a un club nocturno.
Llego a la habitación y abro la puerta con mucho cuidado, entro en shock al ver el estado de esta, tenia las paredes llenas de alcohol, vasos rotos, sabanas destrozadas, botellas rotas, todo era un verdadero desastre y sabia que había pasado una terrible noche.
- ¿Dónde estabas? - pregunta a mis espaldas y cuando me doy vuelta para mirarlo lagrimas brotaron de mis ojos sin mi permiso. Se veía terrible. Estaba espelucado, con los ojos rojos y los nudillos rojizos por lo cual llegue a la conclusión de que algo o alguien había golpeado.
- No te interesa- respondí tajante.
- ¡Dime!
- ¡No! ¡Dime tu que demonios te pasa últimamente! No has querido decirme porque estas distante conmigo, no me das explicaciones, seamos justos, porque tampoco te las daré- dije.
- ¡Claro! ¡Peleamos y te vas de puta! - grito y le di una fuerte cachetada.
- Sabes, retracto lo dicho, te explicare, solo para quitarte de la boca esa maldita palabra y lo pienses dos veces antes de volver a llamarme puta- dije y el me miro desafiante- no fui a ese club con ese desconocido, no baile ni me bese con nadie, no hice nada de lo que se te pueda pasar por la mente, y si te preguntas que hice durante tanto rato, la respuesta es fácil!, camine por la playa, cene en el restaurante y me tome unos tragos, fui a la playa, cargo un bikini bajo el vestido, todo porque no tengo ojos para alguien que no seas tu, pero no lo se, creo que mi error fue haberte conocido y haber cambiado mi vida por... por... por ti- dije comenzando a llorar, no quería hacerlo frente a el, pero dolía demasiado.
- Hera... yo...
- ¡Claro! ¡Dijiste lo que querías decir! ¡¿Por que te cuesta tanto ser sincero y decirme que tienes a otra persona y no quieres estar conmigo?! ¡Dilo! Dilo y me iré, te juro que lo hare- dije secando mis lagrimas destrozada.
- ¡¿Que?! ¡No! ¡Por supuesto que no hay nadie! - dijo alterado.
- ¡¿Entonces que es?! ¡Dime! ¡Necesito saber porque ya no puedo con la duda y no creo resistir un día mas así Aaron! Me esta lastimando- dije débil.
- ¡Quería pedirte matrimonio de la forma mas perfecta posible! ¡Quiero que seas mi esposa! ¡Quiero que lleves mi apellido y estemos juntos! ¡Tengamos una familia! Te lo iba a pedir mañana a la hora de la cena, pero... pero tus dudas de mi y... yo...- no lo deje terminar porque estampe mis labios a los suyos, con pasión, con amor, con felicidad y todo sentimiento bueno, aunque me dolía porque pensaba que me estaba engañando cuando no era así, quería proponerme matrimonio en la cena y se puede decir que lo arruine.
- Lo siento...
- No, no, no, no te disculpes amor, el que te debe una disculpa soy yo- dijo.
- Te amo...- dije por primera vez desde que estamos juntos, y era cierto, lo amaba con todas mis fuerzas, estábamos hechos para estar juntos, o eso creía yo, aunque lo puse en duda por mis inseguridades, no quita que siempre lo he amado.
- Te amo...- dijo dedicándome una sonrisa- ¿Entonces... es un sí? - pregunto y comencé a reír.
- Pues obvio si- dije riendo.
(***)
Ya había pasado una semana y yo seguía pensando en la fecha de la boda, debía hablar con Aaron sobre eso, le había dicho que quería casarme en diciembre, muy cliché, pero era lo que quería y el estuvo de acuerdo conmigo, solo faltaba definir la fecha, para asi hacer las invitaciones y hacer todo lo que involucra una boda.
(***)
Ya habíamos decidido fecha y lugar, nos casaríamos en Alemania, el 14 de diciembre en el hotel titanic chaussee berlin.
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