Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ADRIANA
Recordaba muy bien cuando vi a Cristhian por primera vez, claro que en el momento jamás pensé que terminaría casándome con él.
Fue un día, a principios de mi sexto año, estábamos en camino a clase de Cuidado de Criaturas mágicas, con mi amiga Emily, quien me contaba sobre un rumor, el cual decía que iba a venir una persona importante al castillo. Yo la verdad no le prestaba mucha atención, debido a que no era una persona que se interesara en hablar de otras personas. Estaba más concentrada en no olvidar todo lo que había memorizado sobre los escarbatos, ya que ese día era nuestra primera practica con aquellas criaturas, y con todo el parloteo de mi amiga apenas si podía escuchar mis pensamientos, así que decidí interrumpirla.
-Emily querida no me malinterpretes, pero no me importa quien venga al castillo, y a ti debería importarte más el hecho de que tenemos prueba práctica, así que menos chisme y más Escarbatos- dije un poco harta del parloteo de mi amiga
-¡Ay que gruñona andas hoy! querida- dijo en son de queja -debería decirles al cuarteto de Gryffindors que te ayuden a alivianar tu tensión- ella sabía cómo molestarme, ya que como Prefecta debía lidiar constantemente con esos chicos
-Ni me lo digas, el único que me agrada es el chico que se la pasa en la enfermería, es el más tranquilo de todos- dije con normalidad
-Sí, Adri el más tranquilo pero no el más guapo. Digo ¿has visto a Sirius?, está lindo para ser un chico de catorce-
Cuando lo dijo se escuchó muy parecido a todas esas chicas menores que estaban obsesionadas con él, con esas voces tan chillonas y soñadoras, que en mi opinión necesitaban un enfoque mejor, que un chico tan inmaduro y problemático como lo era Sirius Black, además de su fiel compañero y secuas James Potter. Entre los dos no se sabía cuál de los dos era más molesto que el otro. Además de que sus bromas no eran nada divertidas, más para mí como prefecta que tenía que lidiar con varias de ellas a la semana.
- Emy te escuchaste igual de loca que todas sus fans, además creo que se te olvida algo, ¡Es menor que tú por dos años!- recordé
Me parecía increíble el comportamiento de Emy, o sea cada quien podía estar con quien quisiera, pero no sabía que mi amiga tenía instintos asaltacunas
-No te hagas la santa Adriana, algún pecadillo debes de poseer, algún instinto perverso...- dijo con un tono medio juguetón y maligno
-Okay, te lo voy a confesar, ¿Sabes cuál es mi pecado?- dije a modo de secreto y le hice señas para que se acercara -¡ESTUDIAR A LOS ESCARBATOS!- le grite en el oído
Lo siguiente que paso fue que tuve que salir corriendo ya que Emy venia para pegarme con el libro que llevaba en su mano, lo cual hizo que durante el resto del camino nos riéramos como locas.
