Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
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Me adentré en la carpa buscando a mi novio pues sabía que quería verme y me sentía de buen humor para convivir con las personas hoy, aparte de que claro, lo extrañaba, además sabía que por su derrota reciente con Gryffindor necesitaría apoyo, así que me dediqué a buscarlo, el ambiente era un poco tenso pues los cuervos no eran muy buenos perdedores, por ser conocidos como "los más inteligentes" y bueno, sus otras características de casa, era obvio que les daba un poco en el ego no salir campeones, aunque bueno, algunos se reconfortaban diciendo que era por la nueva escoba de Potter, de lo contrario habrían ganado, lo que sea que pensaran, la verdad no estaba muy interesada en discutirlo.
Finalmente llegue a la taquilla de Marck, donde estaba él cambiándose su uniforme todo sucio, como estaba de espaldas a mi no me vio llegar lo que me dio una linda oportunidad para molestarlo un poco, así cuando llegue a su lado le tapé los ojos y dije
-¿Quién soy?-
-No estoy para juegos en estos momentos chicos de verdad-
-¿Tan mal novio eres que no reconoces las manos y voz de tu novia?- dije con voz de fastidio, en ese momento Mark comprendió que no era una broma de sus compañeros, por lo que tomó mis manos con las suyas y se dio la vuelta
-Lo siento amor-
-Tendrás que hacer más que eso si piensas que te voy a perdonar cuervo-
En eso me tomó por la cintura y me atrajo hacía el para darme un beso profundo en los labios
-¿Así o te lo demuestro de otra forma?-
-¿Ah si? ¿Y forma sería? - dije molestando, íbamos a seguirnos besando cuando alguien gritó
-¡VAYAN A OTRO LADO SI PIENSAN COGER!-
Marck y yo nos reímos por las ocurrencias de sus amigos, pero decidimos hacerles caso, nos tomamos de la mano y salimos de la carpa, el aire era un poco más frio ahí afuera, pues no estaba cargado de gente ardida por perder un partido de Quiddicth, decidimos caminar hasta el lago negro para poder sentarnos a hablar. Al llegar a ahí tomamos asiento junto al otro con la mirada clavada en el horizonte.
-Jugaste bien hoy- dije tratando de romper el silencio entre ambos
-Gracias, aunque parece que no fue suficiente, después de todo no ganamos-
-No importa cariño, ganarán en otra ocasión-
-No lo creo linda, con la cantidad de puntos con la que Gryffindor ganó, nos queda difícil siquiera llegar de terceros, y muchos chicos estaban ilusionados con llevarse la copa en este su ultimo año, yo estoy entre esos chicos- dijo algo desanimado
