Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
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DRACO
Una semana en el maldito castillo y hasta entonces lo más gratificante de mi estadía había sido el hecho de romperle la nariz a Potter. Aunque para mí mala suerte, siempre había alguien quien le socorriera, impidiendo así su desgracia.
FLASHBACK
Sabía que algo raro estaba pasando en el vagón desde que Blaise volvió y había explotado ese polvo negro. Sin embargo mis sospechas se confirmaron en el momento en que Goyle intentó bajar su baúl y escuché ese suave pero claro quejido.
-Ve avanzando- le dije a Pansy quien me esperaba con una mano extendida -Necesito verificar algo-
Cerré el vagón y las cortinas para evitar ser visto. Luego saqué mi varita del baúl.
-¡Petrificus Totalus!- grité
Tal como pensé Potter cayó al suelo de bruces sobre su capa invisible, quedando expuesto y paralizado a mis pies. Lo cual me sacó una sonrisa
-Ya me lo imaginaba- celebré -He oído tu quejido cuando Goyle te dio con su baúl. Además en el momento en el cual Zabini regresó me pareció ver un destello blanco-
Fijé mi vista en sus zapatos, y por supuesto concordaban
-Supongo que fuiste tú quien atascaba la puerta cuando entró Zabini- dije mirándolo fijamente -No has oído nada que me importe Potter. Pero ya que te tengo aquí...-
En ese momento estampé mi pie contra su cara, rompiendo su nariz y logrando que sangrara
-Esto es de parte de mi padre. Y ahora vamos a ver...- dije sacando su capa para luego ponérsela encima -Listo. No creo que te encuentren hasta que el tren haya regresado a Londres-
Dicho eso tomé mis cosas y me despedí, no sin antes pisar su mano en el proceso
-Ya nos veremos Potter...o quizá no-
FIN DEL FLASHBACK
Efectivamente regresó al castillo más pronto de lo que creí. Pero su presencia solo fue el principio de mi mala suerte.
Mi prestigio no era el de antes, ya que con mi padre en Azkaban nuestro apellido no era considerado temible, por el contrario se le consideraba un chiste, por supuesto mi padre no podía hacer algo mientras estuviera atrapado, y con ello yo quedaba a mi suerte.
Lo que se vio reflejado en primera instancia cuando el nuevo profesor de Pociones Horace Slughhorn creo su "club de eminencias" donde a pesar de tener un apellido de suma relevancia en el ministerio, no recibí invitación. Además él no parecía tener un trato especial hacía los Slytherin como lo tenía Snape, incluso cuando le comenté de mi abuelo, este pareció a penas inmutado por su mención. Pero si era algo relacionado con Potter, este era sumamente receptivo.
