16. 𝓥𝓮𝓻𝓭𝓪𝓭𝓮𝓼 𝓞𝓬𝓾𝓵𝓽𝓪𝓼

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~ 16. Verdades Ocultas ~

 Verdades Ocultas ~

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ADRIANA

El día en el que finalmente pudimos reunirnos con Albus Dumbledore había llegado, estaba hecha un manojo de nervios. Sabía que el tiempo que pasó no había sido muy cómoda para Adara, estaba asustada, pues podía descontrolarse en cualquier momento y ponerse en riesgo, sin que nadie supiera como ayudarla o que tenía, la situación era compleja.

Cuando llegamos al colegio quería ir corriendo a buscar a mi niña y decirle que estuviera conmigo, pero era consciente de que no podía, aun así mi instinto de madre estaba a flor de piel, sabía que Cristh lo sentía y lo entendía, él estaba casi tan nervioso como yo, pero como siempre él se mantenía más positivo respecto al asunto, lo cual era un gran apoyo para mí.

El despacho de Dumbledore aguardaba y volver a pisar Hogwarts me trajo un mar de recuerdos, después de todo había pasado siete años de mi vida en ese lugar, y quien pensaría que las decisiones que había tomado bajo esos mismos muros me llevarían a donde estaría ahora.

A la hora en que llegamos habían algunos estudiantes por los pasillos quienes corrían para alcanzar su próxima clase, también se encontraba uno que otro alumno mayor con hora libre.

Me aferraba al brazo de mi esposo como si mi vida dependiera de ello, pues sabía que Dumbledore iba a querer saber la verdad absoluta y esa historia solo se la había contado a dos personas en mi vida, las cuales eran mi padre y mi esposo.

Han escuchado la frase la cual cita que el corazón de una mujer es un profundo mar de secretos. Pues mi corazón se iba a tener que desnudar frente a una de sus más profundas verdades ese día y estaba aterrada

-Amor, todo estará bien- trató de animarme

-Sabes que no me gusta hablar sobre eso- le recordé

-Sé que no, pero hazlo por Hela- dijo dándome un beso en la mano para calmarme, lo que fue un lindo gesto, el cual agradecí

-No sé qué haría sin ti- respondí mirándolo a los ojos

-Morir- dijo divertido

-Esa opción suena tentadora en este momento- bromeé

-No podrías dejarnos- presumió

-A veces enserio detesto que tengas razón-

-Aun así me amas-

Ese tipo de comentarios eran comunes entre nosotros, pues a pesar de ya ser padres, no dejábamos de ser jóvenes.

Continuamos hacía aquella estatua de águila, la cual era la puerta de su despacho

-Trufas saltarinas- dije a la gran estatua la cual comenzó a moverse dejando ver las escaleras

-Una contraseña inusual- dijo mi esposo

:・✧・𝓑𝓵𝓸𝓸𝓭 𝓣𝓲𝓮𝓼:・✧:・ -  (𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora